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Nos seguimos oponiendo a las prácticas sistemátic​as de muerte y de injusticia en nuestro entorno
Recuento de las últimas violaciones de derechos humanos en San José de Apartadó
Comunidad de Paz de San José de Apartadó / Domingo 5 de junio de 2011
 

San José de Apartadó se declaró comunidad de paz el 23 de marzo de 1997. Aproximadamente 500 campesinos, pertenecientes a 17 veredas, decidieron organizarse para sacar la guerra de su territorio, para no colaborar con ningún actor armado, para llevar adelante un proceso de neutralidad respecto del conflicto.

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En nuestra búsqueda por generar un mundo alternativo queremos ser coherentes con la vida; por ello consideramos como una obligación moral y ética dejar constancias de todas las injusticias o acciones de muerte que ocurren en la zona donde estamos incrustados, contra el campesinado de nuestro entorno. Así, pues, dejamos constancia de los últimos crímenes perpetrados a nuestro alrededor:

· El miércoles 1 de junio de 2011, hacia las 17:00 horas, en el barrio Alfonso López fue detenido por dos hombres el vehículo de servicio público que se dirigía de Apartadó hacia San José, se presentaron como autodefensas, estaban en una moto y portaban armas cortas, tomaron fotos a la gente que venía en el carro, entre los pasajeros se encontraban dos miembros de nuestra comunidad. Luego de ello le dijeron al conductor del carro que siguiera

· El jueves 26 de mayo de 2011, hacia las 6:00 horas, en la vereda Caracolí, fue asesinado RAMON FRANCO VAQUERO. Tres hombres vestidos de uniformes camuflados y con armas largas llegaron a su casa, lo llamaron a la puerta, y cuando salió lo asesinaron. Su casa se encuentra a 200 metros del reten permanente del Ejército.

· Damos a conocer la carta enviada a la Procuraduría por un campesino vecino nuestro, arbitrariamente detenido y víctima de montajes, que muestra con claridad la forma en que la fuerza pública trata a la gente de la zona y la forma como procede un aparato judicial que está profundamente corrompido:

Señores

PROCURADURÍA GENERAL DE LA NACIÓN

E. S. D.

- Referencia: Denuncia

GUILLERMO ANTONIO CALLE RESTREPO, mayor de edad, identificado con la cédula de ciudadanía Nº 8.321.374, por medio del presente escrito quiero poner en conocimiento de la Procuraduría General de la Nación una serie de hechos que nos afectan a mi familia y a mí, con el propósito que intervengan para garantizar nuestros derechos fundamentales, conforme a los siguientes

- HECHOS

PRIMERO. Soy un campesino de 31 años, residente en la vereda La Victoria
del Corregimiento de San José de Apartado, municipio de Apartadó. Mi familia está conformada por mi compañera permanente y nuestras tres niñas de 8, 6 y 5 años.

SEGUNDO. El 24 de junio de 2010 fui privado de la libertad mediante una
orden de captura sustentada en un montaje realizado por los miembros del
Departamento de Policía Urabá, principalmente por el Subintendente RAFAEL ANTONIO RAVELES SOLANO, quien mediante un “informe de inteligencia” señaló que una fuente humana anónima de su entera confianza, luego de observar las imágenes de las cámaras de seguridad del Almacén El Rey de la Moda, le había informado que GUILLERMO ANTONIO CALLE RESTREPO era la persona que había colocado un artefacto explosivo en dicho establecimiento, ubicado en el casco urbano del municipio de Apartadó, el día 11 de junio de 2010.

TERCERO. El día de mi captura fui presentado por diversos medios de
comunicación locales, nacionales, televisión por cable e Internet como el
terrorista que había colocado la bomba que causó la muerte a una persona y dejó gravemente heridas a diecisiete (17) más.

CUARTO. Pese a que desde el inicio de la investigación la Policía de Urabá tuvo acceso a los registros videográficos de las cámaras de seguridad del
almacén, donde a simple vista se podían apreciar diferencias muy claras entre la persona que aparecía en los videos como quien colocó el artefacto explosivo y yo, entre otras el largo del cabello que era muy evidente y el color de piel; la Fiscalía General de la Nación en cabeza del Fiscal 39 Especializado SERGIO YEPES MARTÍNEZ, me acusó por los delitos de terrorismo, homicidio y lesiones personales y me llevó a juicio.

QUINTO. En desarrollo del juicio oral, se presentó a solicitud de la defensa un estudio morfológico de cotejo video-gráfico, por MARIO LEÓN ARTUNDUADA, reconocido morfólogo forense, quien concluyó que sin lugar a dudas se trataba de personas completamente diferentes.

SEXTO. Pese a que el juicio culminó el 1 de febrero de 2011 con sentencia
absolutoria, luego de demostrarse que se trataba de un típico FALSO POSITIVO; el Fiscal 39 Especializado SERGIO YEPES MARTÍNEZ, no satisfecho con todos los perjuicios que nos había causado a mi grupo familiar y a mí, en la audiencia pública, a la cual asistieron muchas personas, hizo las siguientes afirmaciones:

Apartadó, población que ha sido víctima de muchos atentados señoría y muy casualmente señoría por personas que todas son residentes en San José de Apartado, es una vereda donde infortunadamente la mayoría de las personas que tienen algún vínculo con la guerrilla, en este caso del Frente V de las FARC, generalmente residen en esta vereda donde casual y fatalmente reside el señor GUILLERMO ANTONIO CALLE RESTREPO.
Uno podría decir, y esto lo digo con mucho respeto, que una persona tan humilde, de un lugar tan lejano y un lugar tan abandonado de pronto, ya es una sensación, cómo hace una persona para ejercer un acto de estos y luego estar rodeado de tantas garantías desde el punto de vista defensivo, y sigue siendo una especulación, cómo un humilde campesino desarraigado si se quiere, que viven en techos de paja y de cartón y de bareque cómo hace para solventar una defensa y pagar un perito tan costoso, y son situaciones que no las podemos dejar al plano de la objetividad, son situaciones que quedan flotando en el ambiente, pero son coincidencias fatales su señoría.

Afirmaciones que no son de recibo después de que el mismo funcionario solicitó absolución, pero que muestran que el trabajo de la Fiscalía General de la Nación, en cabeza del Fiscal 39 Especializado, no estaba encaminado a investigar los hechos y evitar que un crimen tan grave quedara en la
impunidad, sino a mostrar una resultado positivo a cualquier precio. Pero,
ante la contundencia de la prueba pericial, sabiendo que mi absolución era
inminente, se dedicó de manera irresponsable a lanzar falsas acusaciones no solo en contra mía sino de todos quienes habitamos en el corregimiento de San José de Apartadó.

Como puede verse, esta denuncia pone al desnudo, una vez más, la podredumbre de la “justicia” en Urabá y en Colombia. No sólo se hace caso omiso de cualquier rectitud probatoria y se pisotean todos los principios del Debido Proceso contemplados en los Códigos internos e internacionales, sino que, frente a la contundencia del montaje, se recurre a estigmatizar a la población de la zona mediante calumnias infames y a intentar descalificar la misma defensa por tratarse de víctimas pobres, las cuales, según el Fiscal, no deberían tener recursos para defenderse y si lo hacen, quizás endeudándose de por vida, eso ya los hace “sospechosos” para él y le da pie para insinuar nuevas acusaciones infames.

Nuestra Comunidad ha desnudado multitud de veces este tipo de falsa justicia putrefacta y le ha suplicado a todas las altas Cortes del Estado mediante Derechos de Petición (enero de 2009) que declare un estado de cosas inconstitucional en Urabá y someta a examen el desempeño tan corrupto de fuerza pública (usurpadora del poder judicial), fiscales, jueces,
magistrados, procuradores y defensores. No han querido hacerlo y la
“justicia” sigue acumulando podredumbres, ayudada por los medios masivos de “información” que se gozan todos los días arruinando la vida de los pobres mediante infames calumnias y no son capaces de rectificar ni siquiera cuando una “justicia” tan perversa se ve obligada a absolver.

Esta situación nos reafirma en las convicciones de seguir buscando espacios en medio de esta confrontación armada desde la conciencia firme de una resistencia civil que genera paz desde la solidaridad y desde una vida en contra-vía a esa lógica de muerte que buscan imponernos.