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Hoy lloramos por Ana Fabricia Córdoba
Piedad Córdoba / Viernes 10 de junio de 2011
 

A pesar de una realidad maquillada mediáticamente que nos dice que aquí ya no pasa nada hoy nos toca volver a llorar. Esta vez, es por una mujer negra, de extracción popular, que sufrió en vida en carne propia de los rigores de la guerra.

Hoy nos toca volver a llorar, más que por la pariente oriunda del Chocó, por una valiente que se sobrepuso al desplazamiento del que fuera víctima en 2001, tras la pérdida de su esposo y algunos de sus hijos en la Urabá violenta de las épocas en que el Ex Presidente Alvaro Uribe Vélez fue gobernador en Antioquia y en la que se pavoneaban impunemente los paramilitares, arropados en la legalidad que les daba las Convivir.

Hoy nos toca llorar por ANA FABRICIA CÓRDOBA CABRERA una madre que, a pesar de haber perdido recientemente a su joven hijo Jonathan Arley Ospina Córdoba en un extraño incidente con la Policía, no le temblaba la voz para exigir desde el barrio La Cruz en las comunas Nororientales de Medellín, respeto y dignidad para las mujeres cuya situación les obliga a medigar alimentos en las plazas de mercado de la ciudad para alimentar a los suyos.

Lloramos porque nos duele la muerte de una lidereza de Poder Ciudadano en Medellín que no temía a las amenazas. Hemos perdido a una excepcional mujer cuyos desvelos eran en favor de la comunidad desde Latepaz, la organización comunitaria que fundó para trabajar por el mejoramiento de la calidad de vida de los y las desplazados y demás víctimas de la violencia invisibilizada, en una ciudad que es todo, menos equitativa y humana.

Nos entristece la partida temprana y violenta de ANA FABRICIA, porque recuerda que no estamos a salvo ni siquiera en el anonimato de un bus urbano; porque rememora la necesidad de acabar el conflicto en el que vivimos; porque demuestra lo poco que sirve denunciar ante la Vicepresidencia de la República y el Ministerio del Interior lo que aún sucede en las calles de barrios populares y, porque el luto en su memoria, nos lleva a exigir la conformación urgente del Comité Metropolitano de Derechos Humanos para implementar medidas de seguridad para los y las líderes que participan en los procesos de reclamación de tierras en la ciudad de Medellín, en el departamento de Antioquia y en Colombia.

Hoy en medio del llanto, solicitamos a la sociedad un grito de condena, y a quienes ejercen puestos de autoridad una rápida investigación y una justa sanción de este asesinato, al tiempo de que sean fortalecidos los programas de protección de los líderes amenazados en todo el territorio nacional.

Descanso en su tumba para ANA FABRICIA CÓRDOBA, y jamás olvido a quienes han ofrendado su vida por la reconciliación y la paz.