Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra
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La ACVC reconoce el potencial de las mujeres de la Zona de Reserva Campesina del Valle del Río Cimitarra
Lucy Córdoba Moreno / Martes 8 de noviembre de 2011
 

Desde ya hace algunos años la ACVC se ha comprometido con la mujer campesina del valle del río Cimitarra, ha reconocido que el desarrollo no se puede lograr si la mitad de la población está excluida, es por eso que hoy reconocemos el aporte de las mujeres en el desarrollo de diversas tareas organizativas, comunitarias y familiares, pero este reconocimiento no llegó solo, fue necesario que distintas mujeres manifestaran su inconformismo ante el poco reconocimiento y participación que tenían en diversos espacios, es así que incentivaron la inclusión del tema de la mujer en debates, proyectos productivos, eventos y en general en la cotidianidad de los/as que hacen parte de la familia ACVC, esto conllevó a concebir dentro de la actualización del Plan de Desarrollo un eje especial sobre la situación de las campesinas, donde se tendrán en cuenta aspectos como: violencias hacia la mujer, uso del tiempo, acceso y control de recursos, salud sexual y reproductiva y participación comunitaria. Edemás contendrá proyectos encaminados a disminuir las desigualdades de género en las comunidades.

Pero ésta no ha sido la única apuesta de trabajo e inclusión de las mujeres por parte de la ACVC. Desde el año 2000 se han venido realizando diversas actividades con y para las campesinas; éstas han tenido como objetivo no solo la visibilización de la situación de las mujeres, sino el fortalecimiento de la autonomía, la autodeterminación y la organización de las mujeres. Es así que se han implementado iniciativas productivas, como granjas de pollo y proyectos con cabras y peces; estos tenían como objetivo contribuir a una mejor alimentación de la población en general y específicamente querían mejorar los ingresos económicos de las mujeres. Cabe resaltar que estos proyectos fueron los primeros intentos de trabajo con una población históricamente excluida, generalmente con baja autoestima y poca participación en diversos espacios, además asumiéndose predestinada para ciertos oficios dentro de la familia y la comunidad. Tal vez fue un poco de esto y un poco de otras cosas (financiamiento, acompañamiento técnico, entre otras) lo que impidió llevar a cabalidad los proyectos propuestos, pero a pesar de los resultados inmediatos del momento, hoy en día se empiezan a recoger pequeñas semillas dejadas por las diversas actividades, talleres, debates y proyectos, porque hoy por hoy la mujer en el valle del rio Cimitarra propone iniciativas, participa activamente en diversos espacios comunitarios y productivos y hoy en la región se empieza a cuestionar el determinismo de la mujer y del hombre en los diferentes espacios de la sociedad. Aunque es necesario resaltar que en la historia han existido campesinas quienes se han salido del esquema “normal” y han aportado en la lucha para la transformación de las condiciones no sólo de las mujeres, sino del conjunto de la sociedad, es así que recordamos a:

-  Juana Julia quien fue una lideresa campesina, cofundadora del baluarte rojo de Lomagrande y entre otras cosas fue consejera y partícipe activa en la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos de Colombia (ANUC).

-  Felicita Campos quien encabezó una de las ligas campesinas en la resistencia contra los terratenientes.

-  Josefa Blanco y Petrona Yance quienes participaron en acciones de contraespionaje y saboteo en las diferentes luchas de los trabajadores agrícolas de las bananeras en los años 20.

Pero hoy queremos reseñar las apuestas por parte de la Asociación hacia las mujeres del valle del río Cimitarra. En ese sentido es importante señalar el trabajo desarrollado por Lucy Córdoba y Sammy Andrea Sánchez, quienes siendo practicantes de la escuela de Trabajo Social de la UIS, generaron un diagnóstico sobre la situación de las mujeres campesinas en el sur de Bolívar y construyeron un documento titulado: “Realidades y sueños: una perspectiva desde las mujeres del valle del rio cimitarra”, que contenía aspectos generales de la situación de la mujer y propuestas para el mejoramiento de dicha situación. Estos se construyeron en diferentes espacios participativos con las mujeres en algunas veredas del sur de Bolívar.

Actualmente AVRE está desarrollando un trabajo en el Nordeste Antioqueño con acompañamiento del equipo técnico de la ACVC y de Prensa Rural. Éste tuvo por objetivo conocer las afectaciones psicosociales del conflicto armado en esta región. También desarrollaron un espacio con las mujeres donde se generó un acercamiento a ellas y a su situación. Allí desarrollaron un taller que tenía como tema central el reconocimiento del cuerpo como territorio propio y autónomo.

Por otro lado, en el sur de Bolívar se está desarrollando un proceso formativo y productivo con las mujeres, allí se están desarrollando diferentes talleres que tienen como tema principal los derechos humanos y derechos de las mujeres, y cada una de las campesinas tiene una huerta en su hogar donde han sembrado pepino y cebolla, lo que fortalecerá el arraigo a este territorio, generara posibilidades de seguridad y soberanía alimentaria y contribuirá a motivar y fortalecer la organización de las mujeres en la región.

En este sentido es importante señalar el proceso que hoy se está desarrollando en Puerto Nuevo Ité, la cooperativa de la Zona de Reserva Campesina. Allí se constituyó el comité de mujeres: Equipo femenino de acción humanitaria del Nordeste Antioqueño. Ellas se unieron para aportar en la organización comunitaria y resaltar el papel de la mujer en la sociedad. Empezaron 17 y actualmente se han vinculado 22 mujeres, han trabajado con los niños/as de la región, han creado huertas caseras y conformaron un grupo cultural con niños/as a los que les enseñan danzas y teatro. Estos espacios han promovido la unidad de las mujeres y la integración social de la comunidad, afectada por las diversas manifestaciones del conflicto político, social y armado en Colombia.

Estas iniciativas ya sea que vengan desde las mujeres o desde la ACVC generan desarrollo, promueven la cohesión social, aportan a la igualdad entre hombres y mujeres, y abren nuevas posibilidades al replantear los espacios que históricamente habían sido adjudicados para mujeres y hombres. Es así que la cultura empieza a cambiar, hoy se generan nuevas oportunidades de desarrollo, hoy se reconoce la igualdad de derechos y la importancia de un trabajo mancomunado entre unos y otras, es por eso que la ACVC valora y promueve diferentes espacios de construcción colectiva donde mujeres y hombres en igualdad de condiciones puedan encontrarse y desde allí proponer alternativas de desarrollo.