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El turismo es el principal renglón de la economía samaria. En 20 años pueda desaparecer si sigue contaminándose la región
En Santa Marta el carbón está acabando con el medio ambiente
Los desperdicios del carbón son arrojados directamente al mar. Varias especies han desaparecido y la afectación es grave. La cercanía de los vagones llenos de carbón con el mar, aceleran la contaminación
Alejandro Arias / Jueves 2 de febrero de 2012
 

En el Magdalena se ubican cuatro puertos por donde se saca el carbón del Cesar con clara incidencia en la zona turística sur de la ciudad; dos de estos puertos se localizan en Santa Marta, el puerto de la Sociedad Portuaria Regional de Santa Marta y Puerto Zúñiga de propiedad de Prodeco; Cerca de ahí, en Ciénaga, se encuentran los puertos de Drummond y el puerto Río Córdoba de la empresa Vale.

El debate suscitado entre el sector carbonero y el turismo en la ciudad de Santa Marta ha despertado el interés de muchos por revisar el desarrollo de políticas que propendan por mejorar los sectores productivos que hasta ahora no han sido articulados entre si y en cuya discusión tampoco se le ha dado mayor participación a las comunidades afectadas por las mismas. En medio de ello se han denunciado los impactos que genera la manipulación del carbón en dichos puertos, todos inmersos en la zona de desarrollo turístico de la ciudad, sin que de fondo las cosas hubieren mejorado para el sector.

Hoy, estos cuatro puertos están cercanos a mover más de 40 millones de toneladas/año de acuerdo a las cifras de exportación registradas en el 2010. Drummond está exportando alrededor de 22 millones de toneladas/año y Prodeco supera ya los 14 millones de toneladas cantidad a la que se deben sumar las exportaciones de las demás empresas que son del orden de los 4 millones de toneladas.

Actualmente, se avanza en la construcción de Puerto Nuevo y están pendientes las autorizaciones para la modificación del puerto de Drummond y la respuesta a la propuesta para el cargue directo de la empresa Vale. Puerto Nuevo entrará a operar a finales de este año o comienzos de 2013 e inmediatamente se debe suspender la operación en el actual puerto de Prodeco (Puerto Zúñiga).

Mientras ello sucede, algunas autoridades y grupos ambientalistas han denunciado los grandes impactos ambientales y sociales que han generado las actividades carboneras en el sector. Ha concluido la Defensoría del Pueblo que con esta actividad los habitantes de los sectores de influencia han tenido que ver dramáticas transformaciones en el paisaje de entorno; alteración de la dinámica hidráulica de la región; contaminación de aguas, suelos y aire; cambios drásticos de las coberturas del suelo; afectación de las especies de flora y fauna y evidentes cambios del uso de los suelos con las consecuentes perdidas, en la mayoría de los casos totales, de las actividades agrícolas y pecuarias. Sin contar, con la amenaza de desplazamiento de grupos poblacionales.

No obstante el MAVDT al dar respuesta a las quejas formuladas por lugareños y vecinos de las zonas de influencia del cargue de carbón por barcazas de la ciudad de Santa Marta, mediante Auto N.° 146 del 24 de enero de 2011, concluyó que tales afectaciones son meras confusiones y en manera alguna, de acuerdo con el MAVDT, el medio ambiente y las personas están afectadas por este tipo de operación. Precisó el MAVDT, en relación a las quejas de vertimientos de carbón y polvillo de éste en el medio ambiente y marino.

No obstante, otra cosa señaló Juan Gossaín en su crónica publicada el 6 de diciembre de 2010 en el diario El Tiempo bajo el título Sancho de ácido, carbón y mercurio al precisar: A esa misma hora los alcatraces de la bahía de Santa Marta, al norte de Colombia, desayunaban su ración cotidiana de buñuelos de carbón. El periodista Antonio José Caballero, grabadora en mano, esperaba en la playa el regreso de los pescadores que habían salido a trabajar temprano. Mientras aguardaba, la cámara de su teléfono celular retrató la pala enorme de un barco carbonero que arrojaba al mar el polvo negro que sobró en las bodegas.

Habrá de recordar que el sector de los Alcatraces en Santa Marta queda al frente de la zona de embarque de carbón por sistema de barcazas y palas mecánicas. Y desde donde se extiende el color negro en las playas hasta casi llegar a El Rodadero.

Se trata de dos visiones completamente opuestas en relación con una realidad vinculada con una operación que ha transformado la vida marina, ambiental y social de la zona sur turística de la ciudad de Santa Marta por cuenta del cargue de carbón mediante barcazas.

Visiones que hoy nos tiene caminando de la mano de un carbón que, para quienes vivimos en Santa Marta, es de verdad mientras que para el Ministerio de Medio Ambiente resulta ser de mentiras.