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A propósito de la marcha campesina de Necoclí
¿Un día histórico?
Iván Cardenas / Lunes 13 de febrero de 2012
 

Como no compartir el anhelo de restituir las tierras a personas que fueron víctimas del crimen del despojo de sus bienes, se trata de miles de familias campesinas, afrocolombianas e indígenas, que se convirtieron en seis millones de desplazados, que aún hoy, conservan la triste condición de permanecer en el Estado de Cosas Inconstitucionales, porque el estado colombiano ha sido incapaz de garantizar sus derechos fundamentales como víctimas de este crimen.

Pero ahora, se habla por doquier de restitución de tierras, el propio Presidente ha liderado las denuncias de múltiples formas de despojo que promovieron políticos, empresarios, paramilitares, delincuencia organizada, con la complicidad en muchas ocasiones de las propias instituciones del estado. Hoy se ha puesto en marcha la ley de reparación a las víctimas y restitución de tierras, que en términos generales es una buena intención para transitar hacia el restablecimiento de los derechos de las víctimas.

Sin embargo, la restitución no puede limitarse o entenderse como la sucesión de anuncios mediáticos de gran impacto, tampoco puede creerse que hay restitución porque el gobierno organizó una marcha campesina en Necoclí, Antioquia, encabezada por el propio Presidente, hechos que sin duda son importantes en el camino hacia el restablecimiento de los derechos vulnerados, pero que ellos solos, no constituyen la restitución en si misma de las tierras usurpadas violentamente.

Junto a estas acciones, es bueno que el gobierno le expliqué al país, de qué manera van enfrentar los grupos paramilitares que durante tantos años promovieron el despojo ilegal y violento de tierras, hasta expropiar entre 8 y 10 millones de hectáreas para ponerlas al servicio del narcotráfico, o para el desarrollo del proyecto minero energético, la ampliación del cultivo de la Palma Aceitera, o para negociarlas cuando de impulsar megaproyectos de infraestructura ha hablado el gobierno. Los grupos paramilitares como hoy se sabe, continúan ejerciendo control militar y político en buena parte del país, como recientemente lo demostraron los Urabeños y los Rastrojos promoviendo paros armados en importantes zonas del país.

Igualmente, es importante saber cuáles son las tierras que se restituirán?, Y como la restitución de tierras es compatible con los objetivos del proyecto minero energético impulsado por el presente gobierno, que adjudicara millones de hectáreas a transnacionales y grupos económicos, para una salva explotación de la riqueza del subsuelo colombiano?, Hace falta aclarar si las tierras que se restituirán son las mismas que perdieron los campesinos, hoy en propiedad terratenientes, transnacionales, políticos, militares y Mafias, o se trata de “nuevas tierras” baldías ubicadas en la frontera agrícola del país, llevando a las personas restituidas a una nueva fase de colonización de tierras?.

Por estas razones, compartiendo el entusiasmo generalizado por la restitución, no creo que una marcha promovida por el gobierno, para respaldar la ley de restitución, pueda catalogarse como “un día histórico”, esto sería tanto como olvidar que estas tierras se perdieron, precisamente porque el gobierno no fue capaz de protegerlas.

Lo verdaderamente histórico, en la restitución plena, no sólo de los títulos, sino de los bienes patrimoniales, que permitan a estos campesinos retomar su proyecto de vida campesina, histórico es el anuncio para el desmonte definitivo de los grupos paramilitares y la judicialización de los agentes estatales que promovieron, permitieron y se beneficiaron de esta criminal práctica, histórico sería que el gobierno expropie sin fórmula indemnizatoria a todos aquellos que se beneficiaron con los desplazamientos y despojos de millones de colombianos, histórico es que se entregue sin trabas tierra fértil, y en condiciones favorables para el desarrollo del proyecto de economía campesina a quienes deseen trabajarla, histórico es que el país conozca la verdad que hoy se oculta sobre el despojo y los nexos de éste con el modelo de desarrollo neoliberal, histórico que haya justicia para que los responsables de las violaciones a los derechos humanos, los perpetradores de crímenes, y quienes los ordenaron sean judicializados.

Por esta razón, siendo bueno que haya una movilización de campesinos, es mejor permitir que de manera autónoma los campesinos, desplazados, víctimas de los despojos y el país entero, promuevan manifestaciones independientes para exigir garantías para el cumplimiento de sus derechos.

Por esta razón, hay que respaldar la movilización impulsa desde el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado y el movimiento popular, para el próximo seis de marzo por una real restitución de tierras y patrimonios, con garantías para la vida de quienes reclaman este derecho.

6 DE MARZO: POR UNA VERDADERA RESTITUCIÓN, Y REPARACIÓN INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS