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Unas 1.000 personas participaron en el homenaje a San Vicente del Caguán tras los 10 años del “despeje”
Notiagen / Sábado 25 de febrero de 2012
 

El 21 de febrero tuvo lugar un acto de memoria histórica denominado “San Vicente del Caguán, 10 años construyendo la paz” en el cual unas 1.000 personas homenajearon al pueblo de San Vicente del Caguán (Caquetá) por sus esfuerzos de construcción de la paz luego de los diálogos fallidos entre las FARC-EP y el Gobierno de Andrés Pastrana en ese municipio. En el acto la Alcaldía presentó el avance del Plan de Desarrollo Participativo que ha venido desarrollando en conjunto con las comunidades del municipio. El Plan de Desarrollo recoge las propuestas y preocupaciones de un pueblo estigmatizado desde el fin de la zona de despeje en 2002 (espacio del cual el Estado se retiró temporalmente para dar pie a la interlocución con la insurgencia) y que, según autoridades locales, ha sido olvidado históricamente por las sucesivas administraciones públicas. Domingo Emilio Pérez, alcalde de San Vicente, inició así el acto: «Queremos construir la paz desde abajo hacia arriba y no desde arriba hacia abajo como se intentó durante la zona de despeje hace diez años».

Concejales de oposición del municipio habían enviado una carta al presidente Juan Manuel Santos diciendo que el acto era una apología a la guerrilla de las FARC-EP; incluso algunos medios afirmaron que las mismas FARC-EP habían impulsado el evento. El Gobierno nacional llamó a una reunión de todo el Consejo de Ministros para el 22 de febrero, opacando la jornada del 21 de febrero. A media hora de empezar la conmemoración el Ejército dijo haber encontrado cargas explosivas que fueron detonadas de forma controlada y que supuestamente habrían sido colocadas por las FARC-EP para atentar contra la vida del presidente el día siguiente. Cuando el evento empezó la plazoleta estaba rodeada por cuatro tanquetas que llegaron para transportar al gobernador y militares y policías cada dos metros. Luego del almuerzo la electricidad se fue en todo el pueblo, motivo por el cual el acto conmemorativo se suspendió durante media hora.

A pesar de los obstáculos y señalamientos realizados en contra de la Alcaldía y el acto de memoria, se dieron cita unas 1.000 personas provenientes de la zona rural y urbana del municipio. «Hoy es un día importante. El alcalde quiere cambiar la imagen que se tiene de nuestro pueblo en otras partes de Colombia. Queremos construir paz aquí en San Vicente porque se ha vivido durante los últimos diez años la guerra todos los días. Durante la zona de despeje podíamos dormir con la puerta abierta, en el pueblo se vivía bien”, cuenta Bibiana, vendedora ambulante que se encuentra en la plaza vendiendo chontaduro.

Ante los posibles beneficios que puede traer el Consejo de Ministros, Ferney, campesino de la zona rural de San Vicente, es escéptico. «Uribe vino tres o cuatro veces al pueblo y nos prometió de todo… pero hasta ahora no hemos visto nada de lo que dijo que nos iba a dejar. El circo que se monta mañana es una muestra de fuerza del presidente que quiere mostrar que la política de consolidación supuestamente funciona ya que puede llegar hasta San Vicente con todo su gabinete sin ningún problema. La militarización, el cierre de carreteras y el control sobre nosotros no se muestran. A nosotros tampoco nos preguntan nada y el pueblo quedará después de la visita igual que antes».

En todo caso, la visita del presidente generó mucho movimiento en San Vicente ya que hubo gran presencia de medios de comunicación que amplificaron el anuncio de Santos de acudir a su municipio. El solo hecho de que la gente se acercara a la iglesia para marcarse la cruz en la frente hizo que muchas personas curiosas se quedaran a ver lo que hacía diez años no sucedía como es la presencia del Jefe de Estado colombiano. Más allá del escepticismo, el propio alcalde afirmaba que la visita de Santos era una éxito para la iniciativa de paz desarrollada en El Caguán.

La zona de despeje

Luego de más de tres años (20 de octubre de 1998 – 20 de febrero de 2002) de negociaciones de paz entre la organización insurgente de las FARC-EP y el Gobierno nacional, el fin de la zona de distensión implicó la intensificación de la confrontación armada y se incrementaron las denuncias por violaciones de derechos humanos y vulneraciones al Derecho Internacional Humanitario. Para la población civil ser de San Vicente del Caguán resultó ser incómodo fuera los límites del municipio ya que la referencia de la zona de despeje diez años más tarde sigue siendo un estigma. «Cuando terminaron las negociaciones yo no podía ni decir que era de San Vicente cuando me iba para Florencia. Allí decía que yo era de Puerto Rico porque los ‘paras’ mataban a las personas de nuestro pueblo», nos cuenta Julián, quién trabaja como mototaxista en el pueblo.

El fallido intento de llegar a un acuerdo político entre las FARC-EP y el Gobierno no hicieron que la misma comunidad del municipio dejará de trabajar a favor de la paz. Sus habitantes seguían en la construcción de sus carreteras, centros de educación y salud satisfaciendo en lo posible sus necesidades básicas en medio de un contexto de los que sus pobladores definen como «abandono absoluto por parte del Estado colombiano». Según el campesino Arbey: «Aquí nos tocó construir todo: las carreteras, los puestos [de salud], la escuelita… y todo, prácticamente. Aquí no hay nada. ¿De qué servicios públicos por ejemplo vamos a hablar si nunca hemos tenido».