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El Movimiento Político y Social Marcha Patriótica se solidariza con la justa lucha del pueblo Paraguayo
 

El movimiento político y social Marcha Patriótica rechaza el golpe de estado realizado en Paraguay. El derrocamiento del presidente Fernando Lugo es un asalto a la democracia real y redunda en un duro golpe contra el creciente movimiento popular paraguayo, al que Marcha Patriótica expresa toda su solidaridad.

Esta nueva agresión de la derecha internacional denota los profundos límites de la democracia formal en América Latina, que sigue arropando los turbios intereses de mafias políticas y económicas en contravía de la autodeterminación de los pueblos. La Marcha Patriótica insiste en la necesidad de construir una auténtica democracia popular sustentada en el poder de las organizaciones sociales y populares, como real salvaguarda del gobierno del pueblo y camino certero para seguir avanzando por la segunda y definitiva independencia de Nuestra América.

Disfrazados ahora en las formalidades jurídicas de un juicio ultra sumario de 24 horas, están los viejos gorilas de la dictadura de Stroessner y el régimen del Partido Colorado. La cavernaria oligarquía paraguaya gestó el golpe desde la misma victoria electoral de Lugo, y empezó a encubarlo con las constantes presiones hacia su gobierno que derivaron rápidamente en la aprobación de medidas anti-populares como la ley antiterrorista, la asesoría de la policía colombiana a las fuerzas militares paraguayas o la reciente masacre de Curuguaty.

En una analogía perversa con Colombia, el 2% de los terratenientes del Paraguay poseen el 85% de la tierra, que está puesta a disposición de las inversiones especulativas de transnacionales de los agronegocios como Monsanto y Cargill. Son estos expropiadores, herederos de la más larga dictadura de Sudamérica, quienes con el guiño de los medios de comunicación vienen perpetrando masacres contra un creciente movimiento campesino que exige tierra y soberanía alimentaria y ahora se deshacen de un presidente que pese a las concesiones otorgadas no era uno de los suyos.

El drama del pueblo paraguayo se convierte en mensaje de alerta para todo el continente: ante el creciente acecho del imperialismo y las viejas fuerzas del statu quo, solo podemos anteponer la organización y movilización social y popular para impulsar y defender los cambios alcanzados. A contravía de lo dicho por algunos propagandistas, las concesiones a la derecha no la apaciguan sino la envalentonan, y a quienes luchamos en todas las latitudes por un mundo mejor, nos corresponde enfrentarla con decisión, dignidad e integridad. Honduras, Paraguay y las crecientes estratagemas conspirativas que empiezan a atisbarse en otros países de Nuestra América nos indican que el imperialismo no cesa de conspirar contra los intereses de los desposeídos y que debemos preparar la solidaridad permanente entre nuestros pueblos y afianzar la resistencia.

Exigimos al gobierno de Juan Manuel Santos, no seguir jugando el triste papel de legitimador de golpes de estado en el continente, como ya ocurrió con el nefasto reconocimiento al espurio gobierno hondureño, y más bien sumarse a las dignas posturas de otros países del continente que desconocen a los golpistas que encabezados por Federico Franco usurpan el poder hoy en Asunción.

Finalmente, hacemos llegar a nuestros hermanos paraguayos el vivo sentimiento de solidaridad de la Marcha Patriótica y del pueblo colombiano, que al igual que ustedes, tiene que enfrentar a diario la lucha por justicia social, en medio de la recia represión. Desde Marcha acompañamos sus luchas y nos sumamos a todas las voces que exigen garantías para su legítima expresión, para caminar conjuntamente con Bolívar, Antequera y Artigas hacia la segunda y definitiva independencia de nuestra Patria Grande.

Por democracia real y cambios sociales
Abajo el golpe de estado en Paraguay