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Más señalamientos de Francisco Santos contra los comunistas, el movimiento estudiantil y la Marcha Patriótica
"Fuerzas Armadas blindadas en exceso y con alta moral combativa cueste lo que cueste": Francisco Santos
Andrés Monroy Gómez / Lunes 30 de julio de 2012
 

Vicepresidente de la República y director de una de las emisoras más escuchadas en Colombia. Esos dos cargos implican profundas responsabilidades (en un caso legales pero en ambos, morales) para la defensa y promoción de los derechos humanos.

A pesar de eso, el señor Francisco Santos promueve, según lo que entiendo de su reciente columna publicada en el periódico El Colombiano, un enorme retroceso en las garantías conquistadas con la Constitución de 1991 y una carta blanca para la lucha contrainsurgente. Da escalofrío que un exvicepresidente y actual director de noticias diga que es necesario blindar a las FFAA "así sea en exceso" y recuperar una moral de combate "cueste lo que cueste".

Acá apartes de su columna:

"Qué se necesita. Una estrategia integral. No la del asesor presidencial que nada que arranca, es la verdad, sino otra nueva. Hay que deshacer el plan de guerra que hoy tienen las Fuerzas Militares y diseñar uno nuevo que va a requerir profundos cambios constitucionales. El primero es blindar totalmente a las Fuerzas Armadas. Así sea en exceso y sin dudas. Hay que recuperar la moral de combate cueste lo que cueste. Segundo, crear zonas de rehabilitación o normalización con justicia que se ajuste a la realidad del conflicto. Si para luchar contra Escobar tuvimos la justicia sin rostro, para esas zonas de conflicto debe haber una justicia igual, rápida e implacable. No la justicia para Dinamarca que hoy tenemos. Para lograr esto se necesita urgente que la Fiscalía dependa del Ejecutivo. No podemos seguir en esas medias tintas por las que vamos perdiendo lo logrado en los pasados ocho años del gobierno de Álvaro Uribe".

Lea la columna completa:

Cambio de estrategia

Por: Francisco Santos

En las tres últimas décadas las Farc han tenido desprecio y desdén por todo lo que huela a civil o político. Desde su creación hasta mediados de los 80 el control político de esta organización, inclusive la integración de cuadros político-militares, estuvo al mando del Partido Comunista Colombiano. Es más, como está documentado en varias publicaciones, existía ese secretariado secreto del que hacían parte muchos de los miembros del comité central del Partido Comunista. Y mandaban lado a lado con el aparato militar.

Hacia mediados de los 80 el aparato armado se impone sobre el político, viene la masacre de la UP de la que es en gran parte responsable la combinación de la formas de lucha (política y armada) y con la coca y el fortalecimiento de los bloques el “ejército” se impone sobre el Partido Comunista. Vienen desde luego los mejores momentos militares de las Farc en detrimento de todo su accionar político. Los resultados le daban la razón a los guerreristas.

A partir del 2002 cambia el empate militar negativo del conflicto. Las Farc no sólo sufren las peores derrotas tácticas y estratégicas, sino que pierden sus mejores cuadros, la desmovilización golpea estructuras enteras y regiones del país como la Costa Caribe, Santander o Cundinamarca dejan de tener presencia de la guerrilla. Con la muerte de Reyes y Marulanda y ante el evidente retroceso militar, Alfonso Cano como líder, diseña una nueva estrategia para enfrentar la realidad irreversible. Ese nuevo accionar tiene como componente militar el uso de pequeñas unidades guerrilleras, de explosivos y terrorismo. Como estrategia económica, fortalecer la coca en regiones base, alianzas con bandas criminales y énfasis en la minería ilegal y la extorsión. Pero la más importante es la tercera estrategia, la reactivación de la lucha de masas. Es decir, utilizar a los civiles para lograr objetivos políticos y militares y dharle prioridad a este frente de lucha.

Han sido exitosos en el proceso de adaptación a la nueva realidad y lo que sucede en el Cauca es quizás el logro más importante que han tenido desde el 98 cuando les dieron la zona de despeje. Pero la infiltración de universidades ha sido otro frente donde tienen muy buenos resultados y la marcha patriótica, infiltrada igualmente, es otra pata de esa estrategia que no se combate con helicópteros o pie de fuerza.

Lo del Cauca es la derrota política más importante que le han infligido al Estado o a las FF.MM. en su historia. Es incluso más grave que esos años del Caguán. Además, se va a repetir en zonas de influencia de las Farc como Putumayo, Caquetá, Nariño y Catatumbo. Estrategia imposible de derrotar con lo que tenemos hoy.

¿Qué se necesita? Una estrategia integral. No la del asesor presidencial, sino una nueva. Hay que deshacer el plan de guerra que hoy tienen las Fuerzas Militares y diseñar uno nuevo que va a requerir profundos cambios constitucionales. El primero es blindar totalmente a las Fuerzas Armadas, así sea en exceso y sin dudas. Hay que recuperar la moral de combate cueste lo que cueste. Segundo, crear zonas de rehabilitación o normalización con justicia que se ajuste a la realidad del conflicto. Si para luchar contra Escobar tuvimos la justicia sin rostro para esas zonas de conflicto debe haber una justicia igual, rápida e implacable. Para lograr esto se necesita urgente que la Fiscalía dependa del ejecutivo. No podemos seguir en esas medias tintas por la que vamos perdiendo lo logrado en los pasados ocho años del gobierno de Álvaro Uribe.

Finalmente una zanahoria gigante pero que funcione y que tenga el componente de derechos pero también de responsabilidades. Y el que no se comprometa con lo segundo debe perder el primero.

Acabemos esta patria boba.