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La paz no será posible con otro genocidio: Partido Comunista
’’Nosotros contribuimos hasta donde pudimos en evitar que la Marcha Patriótica terminara convertida en otro partido político más’’, afirmó el secretario general del PCC, Jaime Caycedo
Juan Carlos Millán Guzmán / Sábado 25 de agosto de 2012
 

En diálogo con Terra Colombia, el secretario general del Partido Comunista Colombiano, Jaime Caycedo, dio a conocer las principales razones que a su juicio llevaron a la dirigencia del Polo Democrático a buscar su expulsión provocando una agudización de la crisis que enfrenta la principal coalición de izquierda que existe en el país, así como el papel que deberá jugar la colectividad de cara a un eventual proceso de paz con las guerrillas de las Farc y del Eln.

Hijo de senador de la República, aunque enfático en precisar que no es de los Caycedo que algunas personas imaginan, el dirigente ubica sus orígenes en un sector de capas medias del Valle del Cauca de origen campesino en la región de Caloto, madre bogotana y padre caleño juntos profesionales.

Profesor de la Universidad Nacional de la que se formó como antropólogo durante 40 años, Caycedo reconoce en su padre una gran influencia a través de su militancia en el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), fundado por el expresidente Alfonso López y del que se terminó apartando, además de ser enfático en afirmar nunca haber comulgado con las ideas de derecha.

Compañero de carrera con el desaparecido máximo jefe de las Farc, Alfonso Cano, con quien incluso llegó a militar en las Juventudes Comunistas (Juco), aunque reconoce coincidencias desde el punto de vista social y de la lucha política, lo tomó por sorpresa que el novel guerrillero decidiera emprender el camino de las armas; determinación que respetó por las implicaciones que ella tuvo en su momento para su familia, esposa e hijo.

“Si hay un proceso de paz, en gran medida es parte de la inspiración que el planteó con relación a la búsqueda de una solución política por parte de ese movimiento insurgente”, asegura el curtido político para quien la actual ofensiva de las Farc y el Eln obedecen a la necesidad de que se les reconozca una condición en la que no llegan a negociar en calidad de derrotados.

Militante del Partido Comunista francés, al que se adhirió durante sus años de formación académica en París, el académico se define a sí mismo como producto de de lo que hubiera podido pasar con una persona medianamente inteligente y dispuesto a pensar en los demás.

LA CONTROVERSIA

¿Cómo se vinculó el Partido Comunista Colombiano (PCC) al movimiento Marcha Patriótica?

En el marco de la conmemoración del bicentenario, hacia el 20 de julio de 2010 se realizó una primera movilización grande de este tipo junto a otra de similares características realizada por la Juventud Comunista, que nosotros acompañamos como miembros del Partido Comunista y concejal del Polo en la ciudad de Bogotá en mi caso particular, acompañando su llegada a la ciudad de Bogotá de común acuerdo con la administración distrital.

Desde entonces hemos tenido un contacto permanente y continuo con este proceso, más que con el partido político que han querido presentar algunos sectores, puesto que se trata de un proyecto político con múltiples convergencias de luchas sociales en regiones del país, que en muchos casos están al margen de la atención estatal y hacen parte de las 16 zonas de consolidación del Ejército.

¿Qué participación tuvo su partido durante el masivo desplazamiento celebrado por la Marcha Patriótica en el mes de abril?

Hicimos un acompañamiento en el que algunos compañeros participaron en la elaboración y redacción de unos documentos de discusión y hemos estado cerca de ese proceso.

¿Hubo algún tipo de reconvención por parte de la dirigencia del Polo a lo largo de estos dos años?

Ninguna porque nosotros veníamos de una serie de acompañamientos similares a grandes movilizaciones como la minga nacional indígena y otras marchas como la adelantada por los corteros de caña en el Valle del Cauca que terminaron convirtiendo a Bogotá en el punto de convergencia hasta para casos como el del profesor Moncayo, en las que trabajamos de la mano con varios sectores del Polo.

¿Cuándo comenzaron las fricciones que desembocarían en el anuncio de expulsarlos del Polo?

Eso es un asunto muy reciente, porque incluso recuerdo que los organizadores de la Marcha Patriótica se reunieron con la presidenta del Polo y le plantearon la posibilidad de participar sin ningún compromiso de orden orgánico, porque en ningún momento se estuvo en trance de llegar a pensar en constituir un partido político.

De manera que cuando el Polo determinó limitarse a acompañar con un saludo al movimiento nosotros estuvimos en desacuerdo porque pensamos que la Marcha se trata de un proyecto de coincidencias y trabajo común de diferentes sectores, incluido el Polo, más allá de otra cosa.

¿Con una crisis tan profunda como la que atraviesa el Polo no cabría la posibilidad de que este nuevo movimiento pudiera terminar por absorberlo?

El planteamiento nuestro no es de absorciones, porque lo que buscamos es encontrar los elementos que tenemos en común para trabajar de manera conjunta, que entre otras cosas fue la manera como se construyó el Polo. Un proyecto que no es homogéneo y donde existen varias visiones de la izquierda que le han permitido funcionar en las condiciones que plantea el país.

De hecho nosotros contribuimos hasta donde pudimos en evitar que la Marcha Patriótica terminara convertida en otro partido político más, porque ese no es el proyecto sino el del llamado a una convergencia de fuerzas en las que el Polo debe ser quien debería convocar a una unidad más amplia en su condición de núcleo originario de las diferentes tendencias de la izquierda.

¿Cómo sería esa recomposición de fuerzas de cara a un eventual proceso de paz?

Creo que va a haber alinderamientos políticos y el primero de ellos es por parte de quienes estemos a favor de que ese proceso comience y se consolide, de manera que se produzca un resultado de paz.

Para ese momento, la opción política que tomen los antiguos miembros de las Farc o del Eln será la de alinearse en un partido de izquierda, porque no creo que tengan ninguna afinidad con sectores tradicionales. A eso también le tienen miedo y por eso no se ha permitido que exista un proceso de paz suficientemente amplio.

¿El Polo está tratando de blindarse ante el eventual ingreso de futuros desmovilizados de las Farc?

Podría ser, aunque para cualquier fuerza política si un proceso de paz es exitoso y sus filas se van a acrecentar debería verse como una nueva oportunidad, pero cerrar las puertas sin saber lo que va a pasar es un error político.

LA MARCHA, LAS FARC Y LA PAZ

¿Qué es la Marcha Patriótica?

Se trata de un movimiento regional de raíces rurales en el que confluyen experiencias como la de la Asociación Campesina del valle del río Cimitarra, conformada a partir de una reserva de carácter campesino que ha logrado conformarse a pesar de todos los intentos del paramilitarismo y el gobierno de Uribe por terminar con ese tipo de experiencias que durante su administración alcanzaron un número de ocho y en este momento están en proceso de aumentar en otras 32.

Hay otra vertiente a partir de las zonas mineras de origen popular con presencia en regiones como Chocó, Bajo Cauca, parte del Magdalena y todo el suroccidente del país, que en el actual marco de desarrollo viene planteando una legalización que choca con pequeños productores quienes se ven amenazados por el gran capital de las trasnacionales y de compañías cuyo capital tiene un origen en el narcotráfico.

Además tiene también un componente de sectores indígenas, tanto de la Guajira como de la Amazonía y Orinoquía, junto con algunos sectores afro de la Costa Pacífica y un sector de la juventud estudiantil que se vio reflejada en la Mane que representa a una nueva generación del movimiento popular de carácter urbano.

¿Por qué suele asociarse a la Marcha Patriótica con las Farc?

Tal vez porque los planteamientos como movimiento social y expresión política de las regiones han insistido de manera reiterada en el tema de la paz como un punto de convergencia con muchos sectores internos que no son homogéneos desde el punto de vista ideológico, enmarcado dentro de una creciente actividad de bombardeos y militarización de algunas regiones por parte de las Fuerzas Armadas, como pudo observarse recientemente en el Cauca, el Catatumbo, Arauca, Magdalena y el sur de Bolívar.

¿Existe algún tipo de relación entre el movimiento Marcha Patriótica y la Unión Patriótica?

Hay una coincidencia importante con la Unión Patriótica en su momento, con las consideraciones particulares de su origen como propuesta abierta de la insurgencia, y es el tema de la paz. Debido en gran medida a que la Marcha Patriótica surge de unas regiones muy golpeadas por la guerra.

Pero desde luego se trata de propuestas distintas, porque la de la Marcha está constituida luego del gran genocidio de la Unión Patriótica que sin duda podría volver a repetirse y es una de las amenazas más serias, aunque creo que la sociedad colombiana está preparada para impedir que eso ocurra porque la paz no va ser posible con otro genocidio.

¿Cuál es la posición del Partido Comunista respecto al denominado Partido Comunista Clandestino, PC3?

El PC3 es un partido clandestino de las Farc con el que no tenemos ningún tipo de relación, porque hace parte del funcionamiento de esa guerrilla con el que no hay ninguna relación política debido a que ellos se mueven en función de la lucha armada, y esa no es la tarea de los comunistas ni del Polo. Eso lo tenemos clarísimo y así lo hemos consignado en nuestros acuerdos de unidad.

Nos parece que los fenómenos sociales que se reflejan hoy en día en la Marcha patriótica tienen más contenido social o político y por lo tanto mucha más perspectiva de jugar en la lucha social e inclusive política por la paz que un tipo de aparato como el PC3.

¿Qué papel jugaría este movimiento de cara a un eventual proceso de paz?

El problema que nosotros hemos visto en los últimos cinco o seis años es que el país se ha venido movilizando debido a que hay muchos problemas generados a partir de la puesta en marcha de las locomotoras agromineras y los grandes proyectos de explotación de recursos que han ido creando una gran inconformidad.

De tal manera que el conflicto armado interno va tomando la forma de una guerra civil en la que sectores muy importantes de la población civil terminan enfrentados con el Estado haciendo que la protesta social exprese su preocupación respecto al hecho de que los acuerdos terminen limitándose al hecho de que se silencien los fusiles y el Estado se olvide de problemas como la Reforma Agraria, los pequeños mineros, la educación o la enorme crisis que atraviesa el sector de la salud.

¿Qué diferencia hay respecto a procesos anteriores?

Lo que se está planteando ahora como hecho novedoso es que la gente reclama intervenir en ese diálogo y en esa negociación porque ahora quieren que esos problemas sean parte de una agenda de negociación.

En el pasado se intentó algo en ese sentido, pero pienso que experiencias como las del Caguán y otras no son reeditables aunque tiene que haber otra forma y no puede ser imposible; de manera que si el gobierno quiere dar un paso de trascendencia mayúscula que lo distinga al de Uribe sería el acoger nuevos espacios de diálogo en las regiones con el fin de poder considerar ese tipo de problemáticas con el fin de alcanzar una serie de acuerdos que finalmente se cumplan.

¿Qué mecanismos podrían ser útiles para alcanzar esos objetivos?

Me parece que la propuesta de una asamblea constituyente podría ser muy válida, no para buscar la reelección del señor Álvaro Uribe, sino para discutir casos como el de la explotación minera en condiciones que violentan el medio ambiente y la habitabilidad de regiones enteras, o la implementación de un estatuto que regule la oposición de carácter político y ofrezca verdaderas garantías electorales.

¿Se han logrado algunos avances durante este Gobierno?

Están los problemas planteados por el Marco Jurídico para la Paz, la justicia transicional, así como el de llegar a la justicia, verdad y reparación, aparte del compromiso de no repetición planteado por los movimientos de víctimas y derechos humanos que también deberán amoldarse a un proceso de paz que no será simple ni sencillo.

De tal manera que esperamos se le termine dando acogida a las movilizaciones sociales y populares así como a la unidad de muchas fuerzas que estamos sosteniendo la idea de una paz democrática con nuevas garantías y una nueva institucionalidad en la que se escuche a los marginados.


LA IZQUIRDA EN CRISIS

¿Cuál es la actual situación del Polo?

La base de Polo reconoce que hay una crisis y que existe la necesidad de reorientar el partido en un sentido mucho más afirmativo en el tema de la paz y la justicia social, de manera que no solo se quede en el tema de la justicia social y logre reafirmarse como una fuerza democrática de izquierda.

Pero ahora lo que ocurre es una especie de interferencia al proceso de democratización interna y debate abierto en el que se nos excluye de ese ideario de unidad e identidades que impide hacer del Polo una estructura cerrada y sellada en la que algunos de los partidos preexistentes decidimos renunciar a una personería jurídica propia que desvirtúa la tesis de la doble militancia.

¿Qué diferencias habría entre la situación que en su momento afrontó Gustavo Petro y la que debe encarar el Partido Comunista?

El planteamiento de Gustavo era de alejamiento e inclusive de ruptura y efectivamente así se consolidó; pero el balance que nosotros hemos hecho es el de una crisis del Polo que ya venía desde la consulta interna celebrada entre Carlos Gaviria y Gustavo Petro que él asumió cuando decidió separarse y lanzar su propia candidatura a la Alcaldía, logrando atraer una inmensa cantidad de votos.

¿Cuál ha sido la principal dificultad en consolidar un partido de izquierda en Colombia?

La izquierda colombiana ha tenido una fuerte gravitación en torno al Partido Liberal, y muchos de sus militantes han salido de viejas disidencias producto del sistema bipartidista que aún hoy están presentes en movimientos como el de la Marcha Patriótica, como es el caso de la doctora Piedad Córdoba.

Es el caso también del Moir o de lo que representó en su momento el MRL, e incluso un sector del Eln que provenía de la influencia que ejerció ese movimiento sobre la juventud de la época; de manera que la tradición revolucionaria colombiana siempre ha estado impregnada de ese ambiente político tradicional para hacer abstencionismo o para meterse en las elecciones copiando viejos esquemas del clientelismo tradicional.

¿Qué posición tiene el Partido Comunista?

El Partido Comunista de hoy plantea el tema de la unidad de las diversas fuerzas de izquierda con un criterio muy distinto al que se ha planteado durante la época de la Unión Patriótica o la Unión Nacional de Oposición, en la que no vemos enemigos en la izquierda ni dentro del Polo.

Tenemos que hablar y entendernos para saber que a pesar de nuestras diferencias podemos resolverlas en el marco de acuerdos sobre aquello que nos une, de una manera mucho más comprometida con los sectores más abandonados y golpeados del país, no obstante a que exista un sector muy amplio de la población de un pensamiento atrasado que considera la política como un ejercicio despreciable.

¿No es una paradoja que muchos de los líderes de la izquierda provengan de familias acaudaladas?

La izquierda colombiana tiene ese origen por la tradición y la cultura histórica del país así como en los viejos odios heredados entre liberales y conservadores, el papel de López Pumarejo o el Frente Popular; pero la realidad es que la izquierda del país no está manejada por aristócratas o con un criterio aristocrático.

Yo por ejemplo he logrado sobrevivir a tres atentados y me he visto obligado a recurrir a medidas de protección cautelar de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, de manera que no ando en busca de privilegios especiales, aunque esas cosas tienden a influir y nosotros sí quisiéramos que la izquierda tuviera una dirigencia de origen mucho más popular.