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Uribe y sus negociaciones con las Farc
"Incomprensible: deterioro de la seguridad y el Gobierno negociando con el grupo terrorista de las Farc en Cuba", criticó el expresidente Álvaro Uribe, en uno de sus tantos trinos contra todo lo que huela a Santos y a su gobierno
Patricia Lara Salive / Domingo 26 de agosto de 2012
 

Que Uribe no perdone que su anterior ministro de Defensa no gobierne como su títere, es tonto, pero comprensible desde el punto de vista de las debilidades humanas y de una libido imperandi desprovista de poder. ¡Pero que después de que Colombia lleva 70 años en guerra, un expresidente se obsesione con torpedear la posibilidad de alcanzar una paz distinta a la del silencio de los sepulcros es inconcebible, por decir lo menos, sobre todo si se recuerda que él, muchas veces, hizo lo mismo!

Miremos no más unos ejemplos:

1. Como gobernador, Uribe creó la Comisión de Paz de Antioquia, en la que nombró a monseñor Isaías Duarte y a Jaime Panesso Jaramillo; apoyó la desmovilización de la Corriente de Renovación Socialista (de la entraña del Eln), se hizo muy amigo de uno de sus líderes, León Valencia, a quien siendo presidente le ofreció el Ministerio de Cultura, pero luego, cuando él destapó el escándalo de la parapolítica, lo bautizó terrorista.

2. Recién posesionado en la Presidencia, después de oponerse a la negociación con las Farc en el Caguán (ya secuestrada Íngrid Betancourt), nombró a Luis Carlos Restrepo alto comisionado de Paz y, en octubre de 2002, convocó a la Comisión de Conciliación y le pidió ayuda a la Iglesia para buscar la paz con la guerrilla y los paramilitares. “La paz con todos”, les dijo Uribe entonces.

3. Según fuentes de la Iglesia, en 2003 el presidente les solicitó a monseñor Luis Augusto Castro y al padre Darío Echeverri que se acercaran a las Farc. Tirofijo designó a Raúl Reyes, Fabián Ramírez y Joaquín Gómez como sus representantes y se reunieron con los enviados de Uribe en el río Caguán. Las Farc pidieron despejar cinco lugares, pero Uribe no aceptó.

4. En 2004, monseñor Castro y el padre Darío se encontraron en el río Putumayo con Rodrigo Granda y Raúl Reyes para proponerles, en nombre del Gobierno, llegar a un acuerdo humanitario. Se habló de negociarlo en un buque de la Armada francesa o en una escuela de Mitú, sitio aceptado por Uribe, quien metió en el proceso a la senadora Piedad Córdoba y al presidente Hugo Chávez. Y éste pensó que también podría ser facilitador, no sólo de la liberación de los secuestrados y del acuerdo con las Farc, sino del proceso de paz con el Eln, y tomó el encargo tan a pecho, que buscó el diálogo directo con el comandante de las Fuerzas Armadas de Colombia, sin pedirle autorización previa a Uribe. Ello enfureció a nuestro presidente, quien los destituyó de su encargo sin antes informárselo. Así hirió hasta el fondo el orgullo de Chávez. Entonces, ambos mandatarios se enfrentaron hasta el punto de que la guerra entre Colombia y Venezuela estuvo muy cerca.

5. Después, también según fuentes de la Iglesia, el presidente Uribe insistió en el diálogo con las Farc, e intentó desarrollarlo en Suecia, a través de Frank Pearl, su nuevo comisionado de Paz.

Lo anterior, para no hablar de las N veces en que Uribe buscó en Cuba la paz con el Eln, en un proceso liderado por Luis Carlos Restrepo y Julio Londoño, su embajador en La Habana.

Entonces, si fuera verdad que representantes de Santos intentan hoy en Cuba lograr un acuerdo de paz con las Farc, ¿qué critica Álvaro Uribe si él, durante sus gobiernos, muchas veces hizo lo mismo?