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Gloria al bravo pueblo de Venezuela: Crónica del referéndum
Johnson Bastidas / Viernes 7 de diciembre de 2007
 

Desde la madrugada del 2 de diciembre, los venezolanos han sido despertados con los juegos pirotécnicos, con las canciones de Alí Primera, Quilapayún y la popular diana militar. Los llamados a levantarse a todos los ciudadanos, a jugársela en el campo electoral, parecen más bien una fiesta o un carnaval que un acto de la importancia histórica como el referéndum.

Para el pueblo venezolano, seguidor y primer beneficiado de la revolución venezolana, este referéndum es una fiesta fraterna. Hemos visto cómo las gentes se abrazan en las calles, cómo la discusión política es un acto cotidiano. La carnicería, la farmacia, la plaza de mercado o cualquier lugar se convierte en un escenario político para discutir los alcances de la reforma.

Pero para la oposición venezolana la jornada del referéndum esta llena de estrés, y ellos la viven como una guerra, la guerra de sobrevivir o desaparecer del espectro político. Sus estrategias han girado en torno al llamado a la asonada, al amotinamiento, al maniqueísmo y al terror. En sus últimas jugadas políticas, la oposición anuncia que no aceptará los resultados electorales y a priori ya anuncia un supuesto fraude electoral. En las calles hemos recibido un manual para sembrar el terror en la noche, después del resultado del Consejo Nacional electoral (CNE). Nos instruyen en la guerra urbana para oponernos si triunfa el sí.

El proceso electoral venezolano es uno de los más desarrollados del mundo, certificado incluso por el Centro Carter de los EEUU, la Unión Europea y la OEA. En estos momentos siendo las 10:50 de la mañana, la jornada ocurre en completa normalidad. La participación se ve masiva, pues uno de los objetivos a vencer es la abstención.

Cada sector ha invitado a observadores internacionales. La derecha tiene entre sus invitados estrellas a la señora Moscoso, ex presidenta de Panamá, tristemente recordada porque un día antes de terminar su mandato constitucional indultó al terrorista Posada Carriles, quien, como es de conocimiento público, hizo explotar con la complicidad de la CIA un avión civil con más de cien personas. Actualmente Posada Carriles está protegido, como es obvio, por el gobierno de los EU. El segundo invitado, el señor Quiroga, ex presidente boliviano, quien apenas arribó a Caracas hizo pronunciamientos indignos contra el proceso venezolano, y se le retiró inmediatamente la credencial del CNE. Se conoce que la derecha venezolana le cursó invitación al ex presidente español José María Aznar, problemas de agenda impidieron su llegada. Debemos recordar que el gobierno de Aznar en pocas horas reconoció la “legitimidad” del golpe de Carmona contra Chávez. Personajes de esta reputación dan cuenta del carácter y esencia de la derecha venezolana.

La derecha venezolana, que hizo de la constitución de 1999 el objetivo de todas las críticas, terminó defendiéndola frente a las propuestas contenidas en el referéndum. La constitución del 99 ha recibido la bendición de la derecha venezolana.

La jornada trascurre normalmente, salvo algunos casos aislados de delitos electorales menores, golpes a algunas máquinas, destrucción del boletín de voto.

La noche pasa con una gran tensión, se especula sobre quién será el ganador. En la madrugada la directora del CNE advierte que el país espera que los vencedores sepan administrar su victoria y que los perdedores acepten el dictamen del CNE como árbitro del evento electoral. Ella esta a punto de leer el primer reporte de la jornada. Sorpresa, la victoria del no. Todos quedamos mudos. Después de la jornada vivida en Caracas, en el cierre apoteósico de campaña por el sí, la ciudad de vistió de rojo, rojito, nadie creía en una victoria del no.

El presidente Chávez sale inmediatamente a reconocer la victoria del no, la oposición se apresta a festejar y los militantes de la revolución bolivariana se miran estupefactos.

La ciudad se parte en dos, en el Este, principalmente en la plaza Altamira, los estudiantes de la derecha festejan, en el Oeste la ciudad se ve desierta, ni un alma. Esta parte de la ciudad se viste de derrota.

Con este resultado, varias cosas quedan claras, aunque la evaluación apenas comienza:

1. El resultado de este referéndum nos plantea la vieja discusión de pretender hacer una revolución con y sobre el soporte del estado burgués capitalista. Hasta que punto, la lucha contra el capitalismo se debe hacer desde las urnas.

2. La llamada derecha endógena, es decir, aquella que sobrevive del puntofijismo y que sigue inmersa en la administración actual, sigue ejerciendo su papel de quitarle velocidad a la revolución venezolana, y carcome desde adentro los intentos de cambio. Como es obvio, esta derecha voto no a la reforma propuesta por el ejecutivo.

3. La incapacidad de construir una vanguardia revolucionaria que conduzca el proceso revolucionario. Varias propuestas organizativas han fracasado, como los círculos bolivarianos, y en el mismo camino va la propuesta del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Este ha servido para el reciclaje de adecos y copeyanos que se han refugiado en sus filas. Esta propuesta generó más divisiones que las que pretendía generar, pues se llamó a la disolución de los partidos para sumarse al PSUV. La posición más coherente la conservó el Partido Comunista Venezolano (PCV), que en un congreso extraordinario tomó la decisión más sabia de apoyar al presidente Chávez, pero conservando su estructura organizativa e independencia. El PSUV cooptó algunos cuadros del PCV, pero éstos, pasados algunos meses, enterados de la dinámica del PSUV han pedido su reintegro al PCV. Una organización vanguardia es una deuda del proceso venezolano y se notó en el resultado del referéndum.

4. Algunos dirigentes populares, barriales y sociales ofician hoy como funcionarios del estado. Resultado: algunos sectores populosos del país se quedaron sin dirigentes, sin coordinadores del trabajo popular, las bases sociales aún con una organicidad en construcción denotaron una ausencia de conducción política.

5. La derecha logró pasar con efectividad sus mensajes catastróficos sobre la supuesta cubanización de Venezuela, de la eliminación de la propiedad privada, de las supuestas intenciones del presidente Chávez de perpetuarse en el poder. Todo este discurso caló en algunos despistados. Lo que es peor, muchos de los medios de comunicación de la derecha venezolana disfrutan de la publicidad del estado bolivariano, es decir, son cofinanciados con los dineros públicos.

6. Siguiendo con los medios de comunicación, lo que nació como un proyecto revolucionario de comunicación, nos referimos a Telesur, se encuentra infiltrado de muchos periodistas de la derecha endógena. Muchos comunicadores de la clausurada RCTV trabajan hoy en día en Telesur en puestos claves, conduciendo la postura editorial del medio. Entre ellos citamos unos pocos casos : Dannyl Montero, José Antonio Goncalvez, José Rafael Cordero Chang, Juan Carlos Scandela, Carlos Pereira, José Durán, Milagros Guevara, Martha Uribe Jaramillo, Andrés Hurtado. Una revolución no puede hacer frente a tantos enemigos que moviliza el imperio, si no tiene un medio de comunicación capaz de salirle al paso a la guerra mediática.

7. Durante algunos meses previos al referéndum, misteriosamente los productos de primera necesidad desaparecieron de las tiendas y plazas de mercado. La falta de efectividad de las medidas para garantizar el suministro, sumada a la corrupción al interior de Mercal, agudizó la escasez de alimentos. Esto se utilizó contra el gobierno para presentarlo como incapaz de resolver la crisis. Hoy, después del triunfo del no, los alimentos aparecieron como por obra y gracia del Espíritu Santo.

8. Otro aspecto que sobresalta es que a los observadores externos nos queda la sensación de la soledad del presidente Chávez. El presidente ha recibido informes inflados de sus colaboradores, otros le han filtrado información falsa o errónea. La revolución venezolana parece un barco con un capitán indiscutible, pero sin tripulación.

9. Los enemigos de la revolución no están todos en la oposición o en la derecha lacaya venezolana. La revolución también tiene sus enemigos en la burocratización de muchos cuadros políticos. La lucha contra la burocratización es hoy por hoy un objetivo importante para el éxito de este proceso.

Los enemigos que puedan surgir del seno mismo del chavismo, tipo general Raúl Isaías Baduel, de la socialdemocracia o de la seudoizquierda, son factores importantes para evaluar en estos tiempos post referéndum. Estos le hacen más daño al proceso que los enemigos naturales del mismo.