Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

“La paz con las Farc depende más de Chávez que de Santos”: Álvaro Leyva
El exministro Álvaro Leyva habla de los diálogos entre Gobierno y la guerrilla. Propone una ley de punto final para todos los actores armados
Colprensa / Sábado 13 de octubre de 2012
 

Leyva sostiene que la fórmula jurídica es para todas las partes que integran el conflicto y no puede ser para ‘Timochenko’, porque el conflicto en Colombia no es solamente con las Farc.

¿Antes de iniciar este proceso tenía conocimiento de que las Farc estaban intentando contactar al Gobierno para hablar de paz?

Cuando se inicia el proceso del presidente Santos recibo una carta de ‘Alfonso Cano’, esta es la primera vez que lo digo. Con esa carta pretendí ir a la Presidencia, pero no fui objeto de atenciones. Entonces, le mandé al Presidente una carta reservada, la cual no he dado a conocer.

A los tres o cuatro días contesta o dice: ‘Yo tengo la llave para la paz en el bolsillo’. El Presidente nunca conoció el texto que había recibido yo del señor ‘Cano’. Me hice al lado y el Presidente inicia un proceso de paz que hay que respetar y ayudar.

De tal manera que lo que hago es en función de ayudarle al Presidente. Quiero advertir que nunca he sido negociador y que en ninguna de mis actividades respecto de la paz he sido funcionario público, porque hay una confusión.

¿Cuándo le llegó la carta de ‘Cano’ y qué le decía el jefe guerrillero?

Esa carta tiene como un año largo. Comienza con unos planteamientos sobre la necesidad de la paz y del diálogo. Estoy en esto desde 1984, entonces hay un principio que es ‘hablarle a Juan para que lo entienda Pedro’. Como persona que sabe leer el vuelo de las aves me pareció que el primero que debía conocer el texto era el Presidente. Ya iniciado este proceso, lo que me corresponde es buscar instrumentos para que llegue a feliz culminación.

¿Qué protagonismo tendrá Venezuela en este proceso?

Para precipitar el diálogo el Presidente compartió la llave con Chávez. No tengo la menor duda, además con la aceptación de los Estados del Alba. Eso es importante que la gente lo sepa. Este proceso va a depender más de lo que pueda hacer Chávez , que de la buena intención que pueda tener el Presidente (Santos).

¿Por qué?

Los conflictos que se dan en el mundo son de tres categorías. Conflicto interno, internacional e internacionalizado. El conflicto internacional sería una guerra entre Brasil y Argentina. Y conflicto internacionalizado es cuando hay una injerencia de un tercer país con el que hay que contar, así no sea el país donde se hace la guerra.

¿Está hablando de que en Colombia hay un conflicto internacionalizado?

Sí, porque está la injerencia de Estados Unidos en materia de narcotráfico, porque comenzó a darse la injerencia de Chávez en el momento en que se prepara la negociación. En vísperas de su elección Chávez asumió, ante el público, su papel de facilitador de un proceso que en este momento se inicia. Ahí se ve un conflicto que ya no es nacional sino internacionalizado. Significa que las demás naciones van a estar encima, así no sea un conflicto internacional, pero que ha sido internacionalizado. Significa que hay unas jurisdicciones de afuera, más allá de nuestras fronteras, como la jurisdicción penal internacional en cabeza de la CPI y otra que va más allá, que es la jurisdicción universal, que es la que tiene cualquier tribunal en el mundo que protege el principio ius cogens, más allá de la CPI.

¿Cómo hacer un proceso de paz en el que los guerrilleros puedan moverse por el país y por el mundo sin que les dicten medida de aseguramiento ni los extraditen?

Ahí viene la complejidad de la que llamo ‘segunda llave’. Se puede acordar absolutamente todo, pero si lo que se busca es acordar la paz esta no puede ser a medias. Aquí lo que se busca es una situación jurídica final que permita sacar los intereses internacionales y a la jurisdicción internacional. Usted no puede llegar a una conclusión sobre la base que desde afuera vienen y le desbaratan lo que usted ha hecho. Los señores de las Farc ni los del ELN se van a prestar a que los extraditen. A los paramilitares se les dijo que no se les extraditaría y se les harían unas cárceles especiales y ni lo uno ni lo otro.
Habría que hacer una reforma constitucional para que ni la CPI ni ninguna Corte incida en el proceso...

No es que sea una reforma de las que pudo haber presentado el doctor Roy Barreras, eso no es así. Hay momentos en que se debe expresar la soberanía nacional. Eso tiene que ver con la responsabilidad histórica del Estado. Son 60 años de incapacidad para responder y solucionar, 60 años de responsabilidad por acción y por omisión. Eso se ata a normas del Derecho Internacional Humanitario. En concreto: la solución no está en los poderes constituidos. Por ejemplo, en Argentina un jefe de Estado decidió aplicar una amnistía a quienes habían incurrido en atrocidades durante la dictadura y llegó su sucesor y reversó la medida. No creo que las Farc, que han estado 40 años en el monte, se vayan a someter a fórmulas que les aplicaron a los paramilitares. No se someten porque consideran que eso implica una inseguridad jurídica, porque ven que un jefe de Estado no puede producirles satisfacción cabal, lo que se llama el punto final. Eso tiene que tener una situación de tal manera que escape a la injerencia internacional.

¿Qué pasará con paramilitares y policías y soldados condenados por hechos ocurridos dentro del conflicto?

Esta propuesta es para todas las partes que integran el conflicto; es decir, hay muchos militares en la cárcel que obedecieron órdenes desde la época del Palacio de Justicia. Porque esta no puede ser una fórmula jurídica exclusivamente para ‘Timochenko’, porque el conflicto en Colombia no es solamente con las Farc. El conflicto es con los que financiaron la guerra, con los bananeros, hay muchos oficiales que combinaron sus fuerzas y sus deseos de derrotar al enemigo con los paramilitares. Hay muchos funcionarios a los que se les fue la mano.

¿Ha buscado tener algún papel en este proceso?

Hay una equivocación. Ni he protestado ni pensé que me fueran a incluir. En ninguno de los procesos anteriores fui negociador ni he pretendido serlo. Pero sí soy gestor de situaciones de paz.