El consorcio agroindustrial Monsanto delibera sobre posibles medidas legales contra el gobierno alemán, que prohibió el maíz transgénico MON 810, de la multinacional estadounidense.
Mientras que para los agricultores ecológicos y los ambientalistas la prohibición significa un gran éxito, para la industria y la investigación es todo lo contrario. La noticia fue aplaudida por unos pero criticada por otros, como la ministra de Investigación Annette Schavan, que lamentó que la prohibición del maíz transgénico tipo MON 810 no lleva a Alemania, como lugar de investigación, en la dirección adecuada. “Es una señal lamentable para los investigadores”, dijo Schavan, quien pidió la realización de una discusión en la que participen representantes de la investigación científica, de la industria, así como de ministerios y gobiernos locales.
Leer más: