Un espejo para el Sur
Tecnología, identidad y movimientos sociales

por Vladimir Sosa Sarabia
ponencia presentada en el foro "Frente a la globalización de la desinformación, medios de comunicación alternativa".

Bucaramanga, 23 y 24 de mayo

Antes de comenzar mi exposición y lo hago antes, porque creo que es un asunto primario, quisiera expresar mi solidaridad y apoyo a los compañeros periodistas Carlos Lozano y Hollman Morris y a todos los periodistas, productores y realizadores que trabajan en situación de amenaza, a la vez de lanzar al viento una vez mas que la libertad de expresión es expresión de libertad y es un derecho del ser humano que no debe nunca ser cercenado por grupo o persona alguna en ninguna parte de este mundo.

Los medios

Nos convoca a este encuentro la palabra, la palabra hablada, la palabra vista, la palabra que viaja por las ondas del espectro radioeléctrico. La que viaja a través de los medios de comunicación. Hablar del poder de los medios ya es cosa vieja, es harto conocido que los de comunicación representan un gran poder junto con el económico y el bélico, incluso por encima del político y judicial. No hay que hacer un estudio muy profundo para darse cuenta de esto. Los medios de nuestros tiempos acaban con la vida de la gente, con culturas enteras, desaparecen países, destruyen matrimonios y tumban gobiernos.

Así, con sus cánones de belleza extranjeros, con la ridiculización de nuestras mujeres, la idiotización de nuestros niños, niñas y adolescentes y la subyugación de nuestros valores fundamentales estos medios de comunicación al servicio del imperio gestaron un duro golpe a la democracia venezolana.

En mi país, el poder mediático ha estado atacando constantemente a la población. Ese ataque persistente e implacable llegó a su máximo nivel el 11 de abril de 2002. Ese día se llevó a cabo el primer golpe de estado mediático en la historia de la humanidad: la incitación a la población a sublevarse, junto a un montaje en video transmitido por televisión sobre una marcha de oposición que nunca llegó, unos pistoleros que le disparaban a esa marcha que no estaba por todo aquello, mientras que francotiradores situados en la azotea de un edificio hacían gala de su puntería con los simpatizantes de uno y otro grupo, apostados en los alrededores del Palacio de Gobierno; esto, junto a la autocensura de los medios sobre cualquier hecho que representase indicio alguno de apoyo al derrocado y constitucionalmente electo presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, fue la propuesta televisiva del día. Sumando además la anunciada retirada del aire de Venezolana de Televisión, el canal del estado, y el allanamiento a los muchos y variados medios comunitarios y alternativos, hecho que nos dejaba sin voz ante aquella situación.

Una vez montado el golpe, hubo que producir el show mediático para el acto de coronación del dictador. Así los medios de comunicación privados con una "cobertura impecable", con excelentes tiros de cámara, perfectos análisis esperanzadores sobre nuestro futuro, sonido estéreo y todo muy bien decorado con investiduras militares y religiosas que se declaraban rimbombantes triunfadores ante las cámaras "en caliente" de los democratísimos medios de comunicación privado que, vitoreando al recién autojuramentado presidente de facto, Pedro Carmona Estanga, prometían que lo peor había pasado y que eran tiempos de paz y desarrollo próspero, a la vez que aseguraban una falsa tranquilidad en las calles.

Posterior a la fiesta de juramentación del dictador, los medios siempre "fieles" al Derecho de Libertad de Expresión pero también siempre violatorios al igualmente legitimo Derecho a la Libertad de Información se dieron la tarea de transmitir comiquitas, programas deportivos y dramáticos, censurando la movilización popular que venía derramándose por las calles del país tomando así estratégicos puntos militares y civiles. Tomando el epígrafe que abre la convocatoria a este foro: "Hacían como el avestruz, para no tener conocimiento de la realidad, metían la cabeza en el televisor", la ceguera de las cámaras y la sordomudes de los radiales no avizoraba que ese pueblo venezolano, siempre fiel a su presidente, a la constitución y sobre todo a un proyecto político de profundos cambios sociales hacia la democracia socialista, se decidía a tomar no sólo las calles, sino a rescatar a nuestro líder, reponer al gobierno democrático que eligieron y además de ello ejercer su legítimo Derecho a Réplica.

La réplica

Era la madrugada del 13 de abril y la marea de gente, de pueblo, tomaba poco a poco las calles, así Miraflores (el Palacio de Gobierno) y el Fuerte Tiuna (principal base militar de la capital) fueron inundados por cantidad y cantidad de gente armados de consignas, la constitución bolivariana y con la rabia y la esperanza en el pecho. Entre esa gente se encontraban, siempre callados pero no por ello menos comprometidos, una raza de extraños viciosos de la imagen haciendo real lo propuesto por Fernando Buen Abad, en su texto Filosofía de la Imagen Documental: "No vale hacer registro sobre las luchas. Vale registrar en la lucha. No vale ser camarógrafo de manifestaciones, vale ser manifestantes con cámaras", eran los medios comunitarios. Luego de un día de movilización en calle y el rescate gracias a las comunitarias y un grupo de documentalistas de Venezolana de Televisión lo que significó de manera simbólica la restauración paulatina del poder genuino, en la madrugada del 14 de abril en una acción conjunta entre pueblo y Fuerzas Armadas fungiendo ésta como brazo armado, pero sin disparar un solo tiro, fue restituido el hilo constitucional y relegitimados los poderes: Hugo Rafael había vuelto a casa y con él la perspectiva de un país mejor.

Sin embargo había que reconstruir lo que había llevado años de construcción. En dos días de gobierno la dictadura oligárquica de Carmona o Pedro El Breve como se le conoce coloquialmente había allanado a casi todos los Medios Comunitarios. ¿Medios? Perdón corrijo, Completos. Hoy decimos en Venezuela que los comunitarios no son medios sino completos, porque no sólo fungen como propagadores de la información, sino también como articuladores de las comunidades, formadores de nuevos y revolucionarios comunicadores sociales y sobre todo representan núcleos para la construcción de los poderes locales y la organización popular.

Los completos comunitarios

En Venezuela se comprendió que la democracia participativa pasa no sólo por la participación en la toma de decisiones en lo político, social y económico, sino además en la democratización de los medios de comunicación, y en la participación del pueblo de los mismos, pero optar a cuotas de participación en los medios de comunicación comercial significaba "arar sobre el mar". Era obvio que los oligopolios mediáticos no iban siquiera a discutir tamaña osadía, sus medios eran de ellos y se transmitía lo que ellos decían, cuando ellos querían y como a ellos les daba la gana. El imperio entra por los ojos, por la televisión y el cine; y "el imperio llega hasta donde llegan sus imágenes", y en Venezuela los medios de comunicación están clara y francamente al servicio de éste, como en casi todos los países de la América Latina, creo que con la única excepción de Cuba, bastión de resistencia y definitivamente representante de la dignidad latinoamericana ante el poderío del imperio norteamericano durante muchos años. La oligarquía mediática venezolana y el imperio no iban a permitir el acceso de las comunidades a su reino.

Ya que la guerra era mediática había que prepararse para la pelea. Como en la lucha de guerrillas, se fueron conformando pequeños focos comunicativos. Ante el poder bélico-mediático, el pueblo va a la contienda con la esperanza y las ganas puestas en el foquismo-comunicacional. Sin embargo ya no funcionan como focos, no "pican y se van", ahora las comunitarias han ido ganando espacios físicos y de aceptación, pero lo mas importante es que esos espacios se han mantenido. En Venezuela existen cerca de 400 comunitarias, agrupados y articulados en su mayoría en la Anmcla (Asociación Nacional de Medios Comunitarios, Libres y Alternativos). Estos medios, que como dije son completos, en su mayoría radios, poco a poco han hecho realidad la democracia participativa y protagónica que dicta nuestra constitución, demostrando que hay otras posibilidades de construcción de mensajes e informaciones, dejando por sentado que ese sistema de representatividad en lo comunicacional está caduco y obsoleto. Nuestro pueblo ya no deja en manos de periodistas la responsabilidad de la información. Las comunitarias demostraron que ante los "medios de información" los "completos comunitarios" son mejores y gozan de mayor credibilidad en la comunidad.

De todos ellos Catia TVe, es quizás la más grande de los comunitarios en cuanto a alcance de su señal, abarcando casi toda la ciudad de Caracas, allí los mensajes son construidos por los habitantes de las comunidades organizadas, a través de la figura del Ecpai (Equipo Comunitario de Producción Audiovisual Independientes), independientes porque no dependen directamente de la televisora, es lo que se conoce como "División Medio-Mensaje". Esto quiere decir que los responsables del medio no son los mismos que generan el mensaje dando así la posibilidad de que cada comunidad sea dueña de su discurso, sin intermediarios, sin productores o periodistas ajenos a la misma. De esta manera las comunidades toman la palabra y se responsabilizan de ella, pues a su vez la televisora (el medio) no se hace responsable de los comentarios emitidos por estos equipos de producción. Allí hay un slogan que se hace consigna: "No vea televisión, hágala".

En Venezuela hubo una ruptura, las comunidades obviaron cualquier intento de participación de los medios comerciales y forjaron sus propios mecanismos de información. Hoy el espectro radioeléctrico está repleto de imágenes y sonidos que nos son comunes, las comunidades cuentan sus historias y las comunidades las escuchan, la gente se ve, se conoce y se reconoce. En mi país la democracia participativa y protagónica en lo comunicacional es real, se observa y se escucha, a través de la pantalla de televisión y las cornetas de la radio. Sin embargo ese trabajo de posicionamiento de los completos duró años, dedicados a la construcción y formación de la gente.

Uno de los paradigmas a romper era el divorcio entre las comunidades y las tecnologías comunicativas. A nuestro pueblo, como a casi todos los pueblos del mundo, en algún momento le dijeron que la televisión y la radio eran cosas de ricos, y que para manipular una cámara o un micrófono había que estudiar mucho, por lo tanto eso de aparecer en televisión era cosa de estudiados o en su defecto de niños bonitos y flacas estiradas. Sin embargo, el trabajo de formación que un grupo de realizadores se dedicó a desarrollar en las comunidades rompió con todos los modelos. Luego de convencer a la gente que la televisión y la radio son medios de comunicación a la que todos tenemos derecho, fue posible entonces colocar en sus manos cámaras videograbadoras y micrófonos. La hegemonía de los botoncitos había quedado desmitificada.

Tecnología popular

La democracia pasa y debe pasar siempre por la democratización de la tecnología, no todos los juguetes son para los ricos. Está claro que los costos elevados de los recursos técnicos y sistemas para la realización audiovisual y radial en algún momento fueron espeluznantes y distantes para nuestro bolsillo, pero, hoy por hoy la tecnología en su afán por domesticar los equipos ha puesto en nuestras manos toda una gama de cámaras videograbadoras con todo y accesorios que presentan una calidad de captación e imagen bastante cercanas a las que utilizan los grande medios de televisión. A la vez, esto ha hecho necesario que los consorcios dedicados a la creación de software para computadoras generen versiones caseras pero también muy cercanas a las de óptima calidad, para la manipulación de imágenes y sonidos. De esta manera, cualquier comunidad organizada con un diminuto esfuerzo puede tener en su seno un pequeño pero óptimo equipo de producción audiovisual que le permita registrar sus procesos y vivencias para luego generar contenidos y programación. Los grandes consorcios tecnológicos también hicieron su aporte, sin saberlo, a desmitificar la realización audiovisual, y nos dieron armas para la contraofensiva mediática de nuestro tiempo.

De la identidad y la imagen

El pueblo, que es sabio por naturaleza, una vez comprendido los mecanismos de funcionamiento y los lenguajes audiovisuales, revolvió los cánones impuestos en la materia. Sí, el mismo que dijo que para aparecer en televisión había que ser gringo y bonito fue el que dijo que los paneos debían ser perfectos estaba jodido, otro modelo que huía en balsa con destino a Miami.

De esta manera el pueblo venezolano se forjó una imagen y un sonido propio, resignificó el lenguaje y creó una identidad que rápidamente fue asumida por productores y documentalistas locales con sensibilidad por los asuntos sociales. Sin llegar a los espacios académicos, porque la academia siempre llega tarde a los procesos, en Venezuela es muy común hablar de la "estética comunitaria".

Para explicar esto tomo palabras de Gabriela González Fuentes, comunicóloga y fundadora de Catia TVe:

Difícilmente una producción de Catia Tve podría ganar una Palma de Oro en Cannes o un Oso de Plata en Berlín, pero también es cierto que películas como Citizen Kane de Orson Well o Crónica de un Verano de Jean Rouch y Edgar Morin, por más paradigmáticas que sean en el imaginario cinematográfico occidental, nunca podrán tener en esta comunidad receptora el mismo impacto que el registro de un acto cultural en el barrio o las entrevistas realizadas a sus fundadores.

Así queda demostrado que nada de lo impuesto es para siempre, es posible redimensionar y redireccionar la creación de mensajes y contenidos audiovisuales y radiales, creando una identidad propia. En Venezuela se probó en un proceso del que participaron y participan gentes de varios de los pueblos del mundo.

El Sur por una nueva identidad

Hoy la ofensiva demanda otros escenarios. Ahora nos toca a todos ver a la América como la gran comunidad. En ese sentido se llevan cabo dos proyectos en Venezuela de características continentales, pero ojo que no se malentienda o sea interpretado esto de un arranque de ego nacional. Ambos proyectos cuentan tanto en su dirección como en su producción con hermanos de la mayoría de los países de nuestra América, mi país sólo coloca el espacio geográfico para el funcionamiento y estructura técnica. Sálveme alguien de que mi país ande algún día por allí tirando líneas, no señor, las ideas e iniciativas vienen de todos lados.

El primero de estos proyectos nace enmarcado dentro del plan comunicacional de VIVE, una televisora alternativa del gobierno y de alcance nacional, es el Noticiero del Sur, espacio que pretende ser ventana de los procesos que vive hoy nuestro convulsionado pero definitivamente sabroso continente. Este rompe con toda la lógica de lo que hasta ahora conocemos como noticiero, el del Sur no es ese chorizo de malas noticias encadenadas unas con otras sin pasado ni futuro, y sin pies ni cabeza. Esta propuesta busca contextualizar los hechos sacrificando así la cantidad por la calidad y la superficialidad de la inmediatez por la profundidad de la investigación. Este espacio diseñado en tres segmentos dará además la posibilidad de que cada quien en su país sea el generador de la noticia. El Noticiero del Sur no tendrá representantes en los países, la intención es que cada uno de los habitantes de América se convierta en un observador, participante y corresponsal de los sucesos y eventos que le sean propios, todos y cada uno de nosotros haremos el Noticiero del Sur.

Junto a esa iniciativa nace TeleSur, que viene a ser un proyecto continental y que será un espacio de 24 horas para el encuentro de las naciones americanas, un canal continental al servicio de los pueblos, pero dejo su explicación al responsable de TeleSur en este panel.

Tanto uno como otro proyecto debe ser un espejo, debe ser una invitación a mirarnos y reconocernos en nuestras semejanzas y diferencias, el variopinto pueblo latinoamericano y caribeño debe de una vez sacarse el yugo de Televisa, Radio Caracol y Venevisión Continental, que no son más que los grandes consorcios latinoamericanos de la comunicación al servicio de Hollywood, CNN, Sony Entertainment Television, MTV y Discovery Channel en su tarea de penetración cultural del imperio yanqui en la América Latina. Recordemos compañeros que el Plan Colombia viene acompañado de imágenes y sonidos. "María llena eres de gracia" no es una casualidad.

Mi intención es invitar a todos y cada uno de los seres que habita esta región a que se sumen a las distintas iniciativas de integración, pero que además seamos participes de una discusión que tiene rato girando en la cabeza de muchas de las personas que laboramos en el mundo de la radio, la televisión, el cine o el video en toda la América Latina: ¿cómo se construye la imagen latinoamericana? Durante poco más de un siglo hemos sido engañados y mostrados a través de ojos ajenos, nos hemos creído la visión que tiene Hollywood de nosotros, nos dijeron que éramos feos, enanos, drogadictos, traficantes, ladrones, contrabandistas y terroristas. Ya se han hecho algunos ensayos y conversas sobre el tema. Mexicanos, colombianos, argentinos, bolivianos y venezolanos, entre otros, hemos tenido nuestros encuentros para tratar el tema. Sin embargo mi postura siempre ha sido que cinco o seis realizadores o periodistas nunca vamos a resolver el asunto, la respuesta debe y estoy seguro que así será, venir de la gente, de los pueblos, de las comunidades, de los movimientos sociales. Para ello es necesario que esa discusión llegue a todos los rincones de la placa territorial.

Y la lucha debe estar allí en el empoderamiento de los pueblos de los contenidos y sus imágenes. Debemos embarcarnos en una tarea fundamental: cada una de las comunidades, cada uno de los movimientos sociales debe tener la posibilidad de generar contenidos audiovisuales, cada pueblo debe tener voz e imagen propia, nunca más los pueblos debemos dejar en manos de periodistas, productores y realizadores la responsabilidad única de informar sobre nuestros procesos, debemos ir de la mano. Cada periodista debe firmar sus notas de la mano de las comunidades, cada productor deber registrar de la mano de los pueblos, cada realizador debe crear de la mano de los movimientos sociales.

Así, sólo así, podremos algún día tener espacios informativos, formativos y recreativos en nuestros medios de comunicación, y así quizá en ese momento podamos elevarlos al estatus de "completos" de comunicación.

No quiero irme sin decirles que como venezolano me siento bolivariano, y no se puede ser bolivariano sin sentir un especial respeto y un profundo cariño por esta tierra colombiana, donde nuestro Libertador Simón pasó sus últimos días. Ustedes están en el corazón de los venezolanos, en mi corazón hay un pedazo gigante que dice Colombia. Y cuenten con mis más sinceros y humildes esfuerzos para lo que ustedes demanden para liberar esta tierra de la intervención imperialista. Viva Colombia libre y en paz. Viva la integración latinoamericana. Fuera Bush de Colombia. Viva Colombia sin Uribe.

Buenas tardes y muchas gracias.

Lo agrario Derechos humanos Plan Colombia Movimientos sociales Desarrollo regional Opinión Internacional Contáctenos Últimas Noticias Conflicto Medio ambiente ¿Qué es Prensa Rural?