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Exitosa jornada de salud en el sur de Bolívar
David Moreno Rodríguez / Sábado 22 de julio de 2006
 
Pancarta en la vereda La Virgencita. Foto del autor.

Cerca de mil personas fueron atendidas en la brigada de salud organizada por la Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra, que contó con la participación de estudiantes de la Universidad Industrial de Santander y de la Escuela Latinoamericana de Medicina con sede en Cuba. Las jornadas se realizaron en las veredas La Virgencita - Aguas Limpias, Cerro Azul y Alto Cañabraval, del municipio de San Pablo, sur de Bolívar, del 16 al 21 de julio.

La actividad, coordinada por las juntas de acción comunal y los comités de salud locales, permitió atender a pobladores de otras 31 veredas. Los estudiantes de medicina, nutrición y enfermería, coordinados por el equipo médico de la ACVC, encontraron la prevalencia de dolencias relacionadas con las condiciones de pobreza y marginación: desnutrición crónica, anemia, enfermedades tropicales e infecciones de transmisión sexual; y otras relacionadas con el cultivo de coca y las fumigaciones indiscriminadas.

Atención médica en la escuela de Cerro Azul. Foto del autor.

Además de la atención médica, se contó con medicamentos por un costo de 15 millones de pesos, gestionados a través de la Zona de Desarrollo Integral del Sur de Bolívar, que fueron distribuidos de manera gratuita. También se diagnosticaron 42 casos de personas con alteraciones oculares (pterigio y cataratas) para su inclusión en la Misión Milagro, por medio de la cual los gobiernos de Cuba y Venezuela facilitan los gastos de transporte, alimentación, alojamiento e intervenciones quirúrgicas de cualquier persona que sufra pérdida de la vista y requiera operaciones oftalmológicas especializadas.

El personal médico realizó además talleres con la población acerca de la salud sexual y reproductiva, la prevención de enfermedades tropicales, el derecho a la salud y los mecanismos que tiene la población para su cumplimiento. En conversatorios y charlas, los pobladores denunciaron la gravedad del tratamiento de guerra impuesto a la población civil por parte del estado: además del bloqueo que impide la entrada de medicamentos y personal sanitario, son muchos los casos de civiles heridos y muertos en medio de la confrontación, debido a los ametrallamientos, bombardeos y minados.

Agua, derechos humanos y trabajo organizativo

Totò Fruci, de IDF. Foto del autor.

Acompañando la brigada de salud, encontramos al italiano Totò Fruci, del grupo de voluntariado Ingeniería Sin Fronteras (ISF), quien trabaja junto a la ACVC para hacer un diagnóstico y mejoramiento del agua potable. Totò es ingeniero ambiental y toma muestras del agua que consume la gente en las veredas. De acuerdo con el resultado de algunas pruebas químicas, recomienda algunas mejoras para los acueductos locales. Explica a Prensa Rural que aunque la región es rica en quebradas, hay contaminación por la minería artesanal, así como por la presencia de laboratorios de coca y las fumigaciones con glifosato y otros venenos. Además, la gente suele asociar la calidad del agua con la presencia de peces y vegetación pero muchas veces estos seres vivos también generan elementos nocivos para el consumo humano, lo cual se puede resolver con sencillas medidas de tratamiento que ISF y la ACVC están impulsando.

Héctor J. Miranda, líder comunitario de Piedecuesta. Foto del autor.

Héctor José Miranda, presidente de la junta de acción comunal del asentamiento Nueva Colombia, en Piedecuesta (Santander), nos recibió en la vereda Cerro Azul, donde se encuentra desplazado tras haber sido objeto de amenazas contra su vida por haber denunciado casos concretos de corrupción que obstaculizaban la organización de la comunidad, particularmente tras los derrumbes ocasionados por el invierno, situación que aprovecharon algunos politiqueros locales para pedir el desalojo de las familias con el propósito oculto de apropiarse del terreno para construir lujosos condominios.

Este testimonio, así como el desarrollo de las jornadas y las declaraciones de los líderes comunales, fueron registradas por el equipo de comunicación de la ACVC, constituido por jóvenes capacitados en la región con el apoyo del Observatorio Internacional de Paz que acompaña a las comunidades campesinas. Los audiovisuales realizados por este equipo serán utilizados para difundir la labor de la ACVC y para motivar a las comunidades de esta y otras regiones a fortalecer el trabajo organizativo.

Concluida la brigada de salud, el balance fue altamente satisfactorio tanto para las comunidades como para los participantes y organizadores. Los estudiantes de ambas universidades se comprometieron a fortalecer este trabajo solidario y la ACVC desde ya está planeando futuras brigadas en otras subregiones, en las que se propone incluir equipos de cirugía y odontología, así como ofrecer dispositivos de planificación familiar.