Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

La consulta previa a las comunidades campesinas
Democracia, paz y poder campesino
Carlos Quesada / Sábado 9 de febrero de 2013
 

Las versiones liberarles de la participación y la democracia se construyeron bajo la idea de garantizar espacios universales que en oposición a las restricciones estamentales del régimen aristocrático en la Europa de los siglos XVII y XVIII, garantizaran espacios formales para la deliberación de los que entonces se consideraron como asuntos públicos o nacionales; frente a éstas versiones universalistas y meramente formales de la participación, se han desplegado amplias críticas que recaen fundamentalmente en el hecho de usar el “Derecho” como un espacio virtual para la igualación de los materialmente desiguales.

En otras palabras, entender la democracia únicamente como la posibilidad de que todas las personas puedan acudir a las urnas en condición de formalmente iguales, es una manera de distraer la atención de las desigualdades materiales que las agobian. Es así como desde éste tipo de conceptos de democracia, las particularidades de clase, cultura y género entre otras, son ignoradas del plano de lo político, favoreciendo a quienes en cada caso usufructúan los dividendos de la dominación de clase, cultural y de género respectivamente.

Es por eso que si pensamos en construir una paz justa y democrática, es preciso que entendamos la necesidad de llevar al plano de las instituciones rectoras de la participación política los debates sobre la diferencia y la democracia. En ese contexto el derecho a la consulta previa es una herramienta para garantizar que quienes han sido invisibilizados, desoídos y sometidos por tener una forma diversa de comprender, producir y reproducir la vida, tengan oportunidad decidir sobre todo aquello que les afecta antes de que esto ocurra.

La consulta previa busca que antes de que una situación afecte a una comunidad ésta tenga la capacidad decidir sobre su ocurrencia; con esto la participación se lleva a otro nivel, ya no se trata solamente de escoger representantes ante las instituciones estatales, ya no se trata de escoger a alguien que decida sobre los destinos de los electores, no se trata de escoger a quien va a ejercer el poder en nombre de todos, ahora participar significa decidir sobre la forma en la que el poder se ejerce en mi comunidad, se trata de que las comunidades seamos el poder y no que lo escojamos.

Es por eso que para el campesinado en su condición de comunidad excluida de los espacios universales de participación política, la conquista del derecho a la consulta previa es una forma de empezar a restablecer los derechos que le han sido violentados a través del despojo y concentración de la tierra, a través del ingreso de megaproyectos a los territorios campesinos, a través de la militarización de los cuerpos y de las vidas. Esta conquista es requisito para superar la deuda de participación política que tenemos como sociedad para con el campesinado, de lo contrario nos veremos abocados a seguir reproduciendo la estructura política, cultural y de clase que hoy nos mantiene en guerra.