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¿Zonas de Reserva Campesina o entidades territorios rurales de paz?
Si del fin del conflicto armado se trata para avanzar en la edificación de la paz, es progresista pensar en ZRC como Entidades Territorios Rurales de Paz
Héctor Pineda / Jueves 4 de abril de 2013
 

Aunque con toda seguridad, al salir a la luz pública el presente escrito, la ultraderecha uribista desatará toda su incontinencia insultante en las redes sociales contra el que escribe -así lo viene haciendo al referirse a mis escritos de un tiempo para acá-, me arriesgo a hacer una reflexión sobre la polémica que se ha desatado con respecto a las llamadas Zonas de Reserva Campesina (ZRC), creadas mediante la Ley 160 de 1994, y que se han constituido, por razones predecibles, en el centro del debate en las conversaciones que se desarrollan en La Habana (Cuba), debate que ha ingresado en las fronteras patrias, precisamente por los antiguos territorios de fuerte presencia guerrillera, clara señal que será, sumada a la resurrección jurídica de la UP, sin duda, elemento esencial para el logro del fin de la guerra con la guerrilla de las Farc.

Con respecto a las ZRC, hasta donde trasciende, la almendra de las diferencias entre las Farc y el Gobierno Nacional -según escrito del ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, publicado en este diario (EL TIEMPO, 23-03-13, ’Republiquetas, no; zonas de reserva campesina, sí’)- radica en que la mirada gubernamental concibe las ZRC como territorios para el desarrollo rural de especial atención con respecto a beneficios de créditos y tutela estatal, y por lo que trasciende entre líneas del debate, las Farc las consideran unos territorios con autonomía, vale decir, gobernados por las propias comunidades.

En buen romance, para el Gobierno, según la ley, las ZRC son unidades de planeación para el desarrollo rural, y para las Farc -por lo menos pareciera ser que es lo que quieren- son entidades territoriales que sin duda ponen en evidencia la intención de solicitar la convocatoria a una asamblea constituyente que le dé vida a la nueva entidad territorial rural.

Debo confesar que la discusión, irremediablemente, me devolvió al debate de 1991 en la Asamblea Nacional Constituyente con la fallida propuesta de los Distritos Especiales de Paz, entidades territoriales transitorias que permitieran la posibilidad del ejercicio del gobierno con las formas y las maneras propias de la democracia, en los territorios afectados por la violencia del conflicto interno.

La respuesta del establecimiento, en boca del general Bonnet (enlace de las Fuerzas Armadas con la ANC), fue la misma que hoy se expresa en las palabras del ministro de Agricultura: "No se aceptan republiquetas independientes", aludiendo a un término acuñado por la corriente conservadora laureanista al referirse a los territorios con fuerte presencia de la guerrilla de las Farc y que, entre otras cosas, sirvió de pretexto político y militar para el bombardeo, en la década de los sesenta. La intención de exterminar la guerrilla de las Farc y erradicar la violencia del campo colombiano a punta de bala, a la "visconversa", produjo la diáspora por el territorio nacional, y la violencia se exacerbó.

Bueno, pero ha corrido mucha agua debajo de los puentes, incluidas las lecciones y aprendizajes de procesos de paz exitosos a finales de la década de los ochenta y, por supuesto, señales claras de la posibilidad de llegar a los espacios de ejercicio de gobierno mediante el mecanismo del voto popular, esencia de toda democracia. Sin embargo, no dejan de preocupar las muestras de intolerancia derechista y guerrerista que quiere reversar lo avanzado, incluida la posibilidad de una paz en lo rural que, como toda premisa del fin del conflicto, está mediada por un acuerdo de desarme y de ejercicio de la política en democracia.

Entonces, si del fin del conflicto armado se trata para avanzar en la edificación de la paz, es progresista pensar en ZRC como Entidades Territorios Rurales de Paz. Debate abierto.

@ticoponeda