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Un gran acuerdo político nacional se abre paso
Al Foro Nacional sobre Participación Política asistieron más de mil personas de diversas formaciones sociales y políticas
Carlos Arturo Velandia Jagua / Miércoles 1ro de mayo de 2013
 

Ha concluido el Foro Nacional sobre Participación Política, convocado por la mesa de diálogo de La Habana entre el Gobierno Nacional y las FARC – EP. Estuve allí, participando al igual que mas de mil doscientos ciudadanos y ciudadanas pertenecientes a las más diversas formaciones sociales y políticas, expresiones del extenso y colorido espectro político de la Colombia urbana, de la Colombia rural y de la Colombia profunda; tres “Colombias” en una, tan dispares, pero merecedoras todas de ser incluidas en un solo país, nuestra Colombia, una y única para todas y todos.

En un extraordinario ambiente de respeto, sin exclusiones, sin censuras, sin temores, todas las formaciones políticas y sociales inscribieron sus ponencias, con sus puntos de vista y sus propuestas; los que no presentamos ponencia tuvimos la oportunidad de tomar la palabra para proponer, con tiempo igual para todas y todos, quien no habló fue porque así lo quiso. Así, discurrieron tres días de una puesta en común de las aspiraciones de inclusión y participación directa en la vida política del país; que serán presentadas a la mesa de La Habana, pero que constituyen un patrimonio nacional, porque son parte del saber colectivo, de los reclamos al derecho de un lugar que tenemos los ciudadanos y ciudadanas para definir los mecanismos y las acciones que nos conduzcan a la construcción de una Colombia en paz con justicia social.

No participó el partido de reciente creación Centro Democrático, que agrupa fuerzas políticas afines a las tesis del expresidente Álvaro Uribe Vélez, negando a Colombia una oportunidad de construcción colectiva de ideas para un mejor y nuevo país, que para lograrlo no conviene exclusiones de ninguna índole y menos autoexclusiones, a sabiendas que hacen parte de la realidad política nacional y que se les necesita y se cuenta con ellas, a la hora de convenir los pasos a dar en el presente que nos lleven a un futuro con mejores días para Colombia y sus gentes.

En las conclusiones del Foro el pedido de una Asamblea Nacional Constituyente fue casi que unánime; como mecanismo que tiene el pueblo en su condición de constituyente primario, para introducir los cambios necesarios que legitimen en la ley la ampliación de la democracia, de tal modo que de verdad, todas y todos seamos iguales y sujetos de los mismos derechos y deberes, en la que se incluyan garantías permanentes para los nuevos movimientos políticos y sociales existentes, pero también para los que surjan de los procesos de diálogo con las insurgencias y para los que en el futuro decidan crear los ciudadanos, tal como lo estipula el Art. 40 de la Constitución, en especial en su parágrafo 3.

Este pedido de convocar la Asamblea Nacional Constituyente, es ya una iniciativa en la que concurren las organizaciones insurgentes, los movimientos políticos y sociales participantes en el Foro y la derecha política agrupada en el partido Centro Democrático; de este modo se va configurando las bases para un consenso nacional, al que el Gobierno no se puede seguir negando, por el contrario, es momento oportuno para que el presidente Juan Manuel Santos se disponga a establecer un diálogo político con la derecha (ver artículo de mi autoría en: http://www.semana.com/opinion/articulo/una-mesa-para-paz-uribe-santos/325288-3 ) con el fin de agrupar a la nación entera alrededor de la paz como propósito nacional, en el que todas las fuerzas políticas y sociales presten su hombro para sacar a Colombia de la guerra, que solo nos lleva al “no futuro” y a una condena de muerte y desolación que nadie merece.

La paz en Colombia no es posible hacerla a expensas o en contra de fuerzas políticas y sociales tan importantes como las agrupadas alrededor del expresidente Uribe, entiendo que su altisonancia y beligerancia verbal es una manera de reclamar un lugar en las definiciones de futuro y al que el resto de país no podrá negar ese derecho. Conviene para el país mesura y ponderación de los líderes políticos, para crear un clima favorable y de respeto en la confrontación de ideas y la suma de voluntades en momentos tan decisivos como el que vivimos ad portas del final del conflicto armado interno.

En la perspectiva de convocar una Asamblea Nacional Constituyente, se deberá hacer mediante un gran acuerdo político nacional, en el que tomen parte la totalidad de las fuerzas políticas y sociales, existentes y las de futura creación, esto es: los partidos representados en el Congreso Nacional, partidos políticos sin representación nacional pero con presencia regional y territorial, movimientos sociales y políticos de vieja y reciente creación y los movimientos políticos que surjan de las organizaciones insurgentes tras la dejación de armas. Se trata que a la hora de las grandes definiciones nadie quede por fuera, nadie sea excluido, para que la carta constitucional que surja sea un verdadero tratado de paz y un contrato social del que nos sintamos orgullosos y vinculados, porque hemos estado allí. Porque hemos participado, porque todas las voces han sido oídas, porque todas las ideas han sido tomadas en cuenta. Ese día del Gran Pacto Político Nacional, quiero estar allí, es mi derecho, al igual que el derecho de todos y todas quienes integramos ésta, nuestra Colombia.

@CarlosVelandiaJ