"Un acto constituyente permite aplazar las elecciones. Proponemos un año de aplazamiento sin reelección presidencial"
"Abramos un debate nacional sobre la urgencia y conveniencia de aplazar el calendario electoral por un año": Farc
/ Martes 11 de junio de 2013
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Las Farc propusieron esta mañana, desde La Habana, al iniciar una nueva ronda de conversaciones de paz, abrir un debate nacional sobre el aplazamiento del calendario electoral, buscando que este no afecte el desarrollo de las conversaciones de paz, al tiempo que reiteraron que "este proceso de paz no es un proceso de sometimiento".
Las Farc insistieron en la Constituyente al manifestar que "Un acto constituyente permite aplazar las elecciones. Proponemos un año de aplazamiento sin reelección presidencial". Así mismo, propuesieron temas adicionales para la Constituyente, entre los que incluyen "la seguridad jurídica para todos los que han sido combatientes, la reforma a la
justicia, incluyendo la tesis de Fiscal de desvincular el Ministerio
Público de la jurisdicción penal; el reordenamiento territorial
que permita la creación con claridad y eficacia de las
regiones; la inclusión de los territorios de paz y otras entidades
territoriales; el reordenamiento de la descentralización administrativa y
fiscal; derechos de la oposición como el de réplica y otros; la inclusión
del mandato que haga obligatorio el desarrollo de normas constitucionales;
y normas transitorias que conviertan en realidad las diversas políticas de
postconflicto, la creación de una autentica Comisión de la Verdad y los mecanismos que den cabida a una plena identificación de las
víctimas del conflicto y su consecuente reparación."
El siguiente es el texto completo del pronunciamiento con la propuesta de las Farc:
*La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, junio 11 de 2013*
Abramos un debate nacional sobre la urgencia y conveniencia de aplazar el calendario electoral por un año
Queremos reiterar que este proceso de paz no es un proceso de sometimiento.
En La Habana lo que se ha venido dando es el encuentro de dos partes que se
han combatido durante décadas y que han comprendido que la salida al
conflicto social armado interno, no puede ser otra que la del diálogo,
buscando conciliar temas de interés político, económico y social, y con
ello, el bien de la nación entera que entiende que la desigualdad y la
pobreza ha sido la razón de tanta sangre derramada en nuestro suelo. Somos
conscientes que estamos dialogando con un régimen opresivo e injusto, pero
el sagrado propósito de la paz reclama magnanimidad y mucha comprensión.
Para nadie es un secreto que la mayoría del pueblo colombiano recibió con
alegría y optimismo, los avances parciales logrados respecto alsensible
tema de la transformación rural, que incluye un asunto tan crucial como el
acceso y uso de la tierra. Es evidente que las mayorías reclaman el fin del
latifundio y el freno inmediato a la extranjerización de la tierra y a la
desnacionalización de la economía. ¿Por qué entonces no se protege lo
alcanzado y se asegura un camino expedito hacia la culminación exitosa de
lo iniciado?
El país sabe que hemos luchado durante décadas por ideales que han sido
expuestos en la mesa, y que sin duda, han sido reconocidos con satisfacción
plena por enormes sectores de opinión. Más si de lo que se trata es de
producir hechos para llevarnos nuevamente a la guerra sin cuartel, ¿por qué
no confesarlo de una vez?
Lo cierto es que hoy, como lo hemos manifestado reiteradamente, sin olvidar
el contexto histórico, nuestra meta es la paz con justicia social. De allí
que insistamos en que, como lo indicamos en nuestro pronunciamiento del
viernes, “tenemos que defender este proceso de paz, esta esperanza. Todos
resueltamente: gobierno, guerrilla de las FARC y las organizaciones
sociales y políticas del país, debemos sumar voluntades para alcanzar,
luego de décadas de confrontación bélica, la anhelada reconciliación…”.
Insistimos, en que nos preocupaese molesto chasquido del látigo del tiempo
y de los ritmos en manos del gobierno que está fastidiando el diálogo y la
construcción del acuerdo. Igualmente somos conscientes de que la progresión
de un acuerdo tan trascendental no puede ser interferida por los tiempos
electorales y los plazos legislativos.
Es inquietante que los afanes legislativos electorales puedan maltratar,
marchitar o aniquilar para siempre las esperanzas de reconciliación.
Nuestra reflexión es en torno a situaciones que,de no ser atendidas con
inteligencia y decisión, harán saltar en mil pedazos lo alcanzado hasta la
fecha, y harán imposible la culminación del recorrido que aún falta para
lograrel propósitosuperior de la paz para todos: para los colombianos en
general, para los combatientes de ambos lados (alzados en armas y fuerza
pública); con reconciliación,y garantías para quienes han perdido la
libertad por motivo de hechos sucedidos por razones de la guerra
política-social interna. Necesario es tener en cuenta la reparación
integral para las víctimas del conflicto generado por el Estado.
Abramos un debate nacional sobre la urgencia y conveniencia de aplazar el
calendario electoral por un año. Nos referimos al aplazamiento durante
dicho término de las elecciones de concejales y alcaldes de todo el país;
de diputados y gobernadores; de representantes a la Cámara, desenadores y
Presidente de la República.
Consideramos que hay que anteponer el interés colectivo de la paz a
cualquier otra circunstancia que enrarezca el fin que nos ha convocado en
La Habana. La fórmula para lograr lo que se proponeestá en la Constitución
y al alcance de todos, y es quizá uno de los pocos aspectos que avalamos.
Se encuentra en el artículo 376 de la Carta, y es la Constituyente.
Por más de treinta años las FARC han esperado la convocatoria de una
Asamblea Nacional Constituyente para encontrar una verdadera solución al
conflicto con la decisiva participación del pueblo. Está consagrada esta
aspiración en nuestros documentos y en pronunciamientos efectuados por
nuestros comandantes Jacobo Arenas y Alfonso Cano. Pretendimos hacer parte
de la Constituyente del 91 y se nos impidió. Lo manifestamos en los
diálogos de Caracas y se nos desconoció el derecho. Hoy vemos que es la
solución a males que aquejan a la sociedad en su conjunto.
Un acto constituyente permite aplazar las elecciones. Proponemos un año de
aplazamiento sin reelección presidencial. Como temas adicionales de la
Constituyente se incluiría, además de lo que se acuerde en La Habana, para
ser debatidos a fondo y democráticamente en dicho escenario, aquellos que
garanticen la seguridad jurídica para todos los que han sido combatientes,
la segunda instancia para los congresistas; la eliminación de inhabilidades
por única vezpara senadores y representantes que aspiraren a ser candidatos
a alcaldías, gobernaciones y Presidencia de la República; la reforma a la
justicia, incluyendo la tesis de señor Fiscal de desvincular el Ministerio
Público de la jurisdicción penal; el reordenamiento territorial de la
Nación que, por ejemplo, permita la creación con claridad y eficacia de las
regiones; la inclusión de los territorios de paz y otras entidades
territoriales; el reordenamiento de la descentralización administrativa y
fiscal; derechos de la oposición como el de réplica y otros; la inclusión
del mandato que haga obligatorio el desarrollo de normas constitucionales;
y normas transitorias que conviertan en realidad las diversas políticas de
postconflicto, la creación de una autentica Comisión de la Verdad de la
Historia, y los mecanismos que den cabida a una plena identificación de las
víctimas del conflicto y su consecuente reparación.
Se entiende que se trata de fundar un verdadero Estado Social de Derecho.
La temática tendría que ser enriquecida con iniciativas de las partes en
conflicto, priorizando las reivindicaciones de las mayorías nacionales y
las valiosas propuestas de la sociedad.
Lo que reiteramos, es que creemos en la paz, que estamos comprometidos con ella, y por lo tanto con toda la sociedad colombiana, que, por lo demás, no puede seguir padeciendo indefinidamente los estragos de la confrontación
armada.
Invitamos a todos y cada uno de los congresistas a que nos escuchen de
manera serena sobre lo que acá se propone. A las directivas de todos los
partidos y movimientos políticos: el Partido Liberal, el Partido
Conservador, el Partido Comunista, el Partido de la U, el Partido Cambio
Radical, el Partido Verde,la Marcha Patriótica, el Congreso de los Pueblos,
la Ruta Social Común por la Paz, el Polo Democrático Alternativo, el
Movimiento Independiente MIRA, el Movimiento Autoridades Indígenas de
Colombia AICO y al movimiento Alianza Social Independiente ASI y el Partido
de Integración Nacional PIN; a las organizaciones afro-colombianas, a las
mujeres, a los jurisconsultos del país, a los gremios, a los sindicatos,
trabajadores y campesinos, a la población LGTBI, a los profesionales de
Colombia, y a las generaciones que se vienen formando en todas las escalas
de la educación formal e informal y en general, a la juventud colombiana.
Les pedimos que estén atentos a la fórmula que queremos plantearle a los
congresistas, y partidos y movimientos de nuestra patria, a fin de darle
una pronta y adecuada salida a los diálogos iniciados en La Habana, con
progreso y justicia social. Todo sin menoscabo de los comisionados
oficiales del gobierno que han debatido y aceptado lo que hasta la fecha se
ha logrado.
No permitamos que se hunda lo ya construido y que se impida construir aún
más para así lograr un país mejor para bien de todos y con paz permanente y
definitiva.
Convocamos el interés colectivo para transitar conjuntamente el camino que
nos queda. ¿Para qué correr el riesgo de que los cantos de cisne de quienes
quieren la guerra terminen aniquilando la última esperanza de paz en
Colombia?
Nuestro deseo de paz con justicia social no es de ahora. Lo expresaron en
vida nuestros comandantes Manuel Marulanda Vélez y Jacobo Arenas. También
lo demostró con hechos el comandante Alfonso Cano, antes de ser vilmente
asesinado tras aprobar las conversaciones que hoy adelantamos en La Habana.
*DELEGACIÓN DE PAZ DE LAS FARC-EP*