Asociación Campesina del Catatumbo
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La mesa del Catatumbo
Horacio Duque Giraldo / Jueves 8 de agosto de 2013
 

La histórica lucha de los campesinos del Catatumbo ingresa en una nueva fase de acción colectiva con la instalación de la mesa de negociaciones, a la que llegan como delegados de Santos reconocidos enemigos de la zona de reserva campesina, como el señor Bedoya, del Ministerio de Defensa.

La lucha de los campesinos del Catatumbo, liderada por Ascamcat, entra en un nuevo ciclo político a raíz de la instalación de la mesa de negociaciones en la que se definen las demandas y peticiones del pliego que ha servido de soporte a la movilización y huelga realizada durante más de 58 días en Tibú, Ocaña y los otros municipios de la región donde residen más de 300 mil colombianos.

Los dirigentes de la protesta y del movimiento social han dado muestras de destreza política para atender las peticiones de una comisión mediadora de personajes influyentes que sugirió suspender temporalmente los bloqueos viales para facilitar los acuerdos y definiciones respecto de los problemas centrales que han motivado la explosión popular, sin antecedentes en las luchas del pueblo colombiano. Comparable solo con la potente erupción volcánica que significó el paro cívico de septiembre de 1977.

Todo lo cual ha ocurrido sin que se haya renunciado a las justas demandas planteadas.

La mesa del Catatumbo entra a funcionar desde hoy en las oficinas de la gobernación de Norte de Santander, en el salón Eustorgio Comenares, con la presencia de siete integrantes llegados de Bogotá y con seis delegados de los campesinos.

Los enviados por el señor Santos son el director del Departamento para la Prosperidad Social, Bruce Mac Master; al alto consejero para las Regiones, Juan Carlos Mira; el director del Departamento de Nacional de Planeación, Mauricio Santamaría; y los viceministros de Trabajo, José Noé Ríos; de Defensa, Jorge Bedoya; del Interior, Carlos Gechem; y de Agricultura, Andrés Felipe García.

Nombres ya conocidos por su presencia en anteriores y recientes encuentros y por su manifiesta incapacidad y mediocridad para plantear soluciones adecuadas a la problemática histórica y estructural que azota a los más pobres. Algunos de ellos, como Bedoya, son abiertos francotiradores de la zona de reserva campesina. Hay que decirlo con todas las letras.

Los representantes populares en la mesa serán Elizabeth Pabón, Eugenio Guerrero, César Jerez, José del Carmen Abril, Juan Carlos Quintero, Olga Lucía Quintero. Un equipo muy solido de voceros agrarios que poseen un profundo conocimiento del Catatumbo.

La negociación no será fácil sabiendo cuál es la estrategia del señor Santos de dilatar y eludir los asuntos primordiales. Es muy probable que en principio lo que pretenda sea construir un escenario de fingida tolerancia para proyectar una incidencia en las movilizaciones agrarias que se inician el 19 de agosto, las cuales quieren deslegitimar, abortar, desarticular y dispersar con presiones violentas del Esmad y manipulación mediática.

Parte fundamental del funcionamiento de la mesa del Catatumbo es que se establezcan unos principios filosóficos mínimos, una agenda que corresponda a los asuntos centrales del alzamiento popular (ZRC, Plan de ZRC, erradicación social de la coca, subsidios a las familias cocaleras, proyectos productivos, reformulación de los Conpes, plan de derechos humanos, inversión en educación y salud, control a los impactos de la locomotora minera, suspensión de la zona militar de consolidación y recuperación estratégica, obras públicas, redes tecnológicas y garantías judiciales), un cronograma de implementación efectiva y coordinada de los acuerdos, la presencia de la comisión mediadora para que dirima impases y una metodología de trabajo para que el funcionamiento de la mesa de negociaciones sea muy eficiente y eficaz en su cometido.

La presencia de medios de comunicación, especialmente de medios alternativos, como Prensa Rural y Voz, será crucial en toda la dinámica que hará curso hacia adelante, tanto en la sede de la Gobernación en Cúcuta como en los 13 municipios del Catatumbo, donde es convenientes se realicen de manera simultanea audiencias públicas con las avances y acuerdos logrados, en el día a día.

La audiencia pública y los cabildos son mecanismos institucionales del modelo democrático/participativo que involucran claramente a todos los habitantes y son garantía de transparencia y compromiso para alcanzar las soluciones que se requieren.

La mesa del Catatumbo requerirá de la solidaridad de todos los colombianos, al igual que la acción colectiva de los mineros en curso, que hoy ha tenido un momento vibrante de lucha en el municipio de Zaragoza, en el bajo Cauca Antioqueño, donde el Gobierno está movilizando los neoparamilitares de las bacrims para asesinar a los pequeños, medianos y artesanos trabajadores de las minas de oro que reclaman sus derechos fundamentales.

El 19 de agosto, al iniciarse el gran paro nacional agrario, el Catatumbo será un símbolo de la protesta y huelga agraria que ya ha formalizado ante el Ministerio de Agricultura su pliego principal consistente en la implementación de medidas frente a la crisis de la producción agropecuaria; accesos a la propiedad de la tierra; reconocimiento a la territorialidad campesina; participación efectiva de las comunidades y los mineros pequeños y tradicionales en la formulación y desarrollo de la política minera; tomar medidas de protección a la protesta y que se cumplan las garantías reales para el ejercicio de los derechos políticos de la población rural y finalmente inversión social en la población rural y urbana en educación, salud, vivienda, servicios públicos y vías.

Todos somos Catatumbo.

Cúcuta, 8 de agosto de 2013