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Cumbre Agraria en Colombia. Soberanía Popular frente al Pacto Nacional del presidente Santos
Periodismo Internacional Alternativo (PIA) / Viernes 13 de septiembre de 2013
 

“El paro representa la movilización más importante y contundente de los últimos años en el país”, sostuvieron más de 2.500 representantes de organizaciones que se reunieron el jueves en el lanzamiento de la Cumbre Campesina Popular en Colombia. Luego de 25 días de paro agrario, campesinos, indígenas y delegados de gremios enfrentaron desde Bogotá el Pacto Nacional propuesto por el Gobierno Nacional de Juan Manuel Santos. Ratificaron la medida de lucha y volvieron a exigir políticas de reforma agraria.

A las 10 de la mañana del jueves se dio inicio al acto de apertura de la Cumbre con un repudio al Pacto Nacional de Santos que convocó a empresarios del sector, los mismos que son denunciados en el paro agrario. “Rechazamos el Pacto Agrario impulsado por el gobierno de Santos. Consideramos que es la reedición del nefasto Pacto del Chicoral que agrupó a los terratenientes para detener una posible reforma agraria. La gran diferencia radica en que hoy los grandes propietarios e inversionistas del campo quieren aliarse con los pequeños productores para apropiarse de su trabajo y de su sudor”, señalaron en la Declaración Política de la Cumbre.

En contraposición, señalaron que el paro nacional agrario y popular era una respuesta a la crisis del campo y del país generada por políticas de empobrecimiento. “Los gobiernos de turno han impulsado un modelo económico diseñado para favorecer a terratenientes, ganaderos y empresas transnacionales, desconociendo a las grandes mayorías campesinas, indígenas y afro”, denunciaron en la declaración. Entre las organizaciones presentes se encontraban Marcha Patriótica, el Congreso de los Pueblos, MIA y Coordinador Nacional Agrario (CNA).

En ese marco, rechazaron los cinco decretos rubricados por el presidente Santos por sectorizar y fragmentar los reclamos. A su vez, insistieron en la necesidad de avanzar en la discusión de una política de reforma agraria integral que presentaron en el Pliego Nacional de Demandas Agropecuarias. Allí se contempla la revisión de los Tratados de Libre Comercio (TLC) y el debate del acceso a la propiedad de la tierra; el reconocimiento a la territorialidad campesina; la participación efectiva de las comunidades y los mineros pequeños y tradicionales en la formulación y desarrollo de la política minera; la garantía de los derechos políticos de la población rural; y la inversión social en la población rural y urbana en educación, salud, vivienda, servicios públicos y vías.

A su vez, desde la Cumbre se ratificó la continuidad del Paro Nacional iniciado el pasado 19 de agosto. “La movilización no es algo que haya terminado, es un proceso que está en curso, como determinante del ejercicio de soberanía popular, que siente las bases para el camino de construcción colectiva”, destacaron en la declaración política.

En paralelo, miles de productores salieron a las calles y rutas en continuidad de las protestas en departamentos como Nariño, Boyacá y Córdoba. También hubo acompañamiento del gremio estudiantil que efectuaron una marcha de las antorchas para reclamar por el derecho a una educación pública gratuita y de calidad.

Luego de tres semanas, el Ejecutivo de Santos cedió el fin de semana pasado en la instalación de una mesa de diálogo, tal como reclamaron las organizaciones desde el inicio de la medida de lucha. En la reunión del domingo con representantes del Ejecutivo los campesinos acordaron cesar con los bloqueos pero advirtieron que seguirían en movilización.

El pacto de Santos

A la par de la Cumbre, el presidente Santos inauguró el denominado Pacto Agrario Nacional que constó en una serie de medidas paliativas con el apoyo del poder económico y el rechazo de las organizaciones campesinas. El Pacto fue anunciado por el Ejecutivo el pasado 30 de agosto frente a la presión del paro agrario acentuado por la creciente adhesión de campesinos y de gremios de trabajadores en las ciudades. Luego de negar la existencia del paro, ordenar la militarización de Bogotá y de reprimir sistemáticamente las movilizaciones, Santos lanzó su convocatoria bajo el argumento de la conciliación, de cara a las elecciones presidenciales.

Entre otros aspectos, el Presidente subrayó que los decretos contienen medidas como un régimen de libertad vigilada para el control de precios de los insumos y la creación de una comisión para la regulación de estos precios. También dio a conocer una reestructuración del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, con la creación de un viceministerio específico para el desarrollo rural y la formalización por decreto del Sistema de Participación Popular.

Desde las organizaciones campesinas en lucha rechazaron la propuesta del Pacto al acusarlo de ser “una componenda de los gremios y élites terratenientes como lo fue el llamado Pacto de Chicoral, con el que se sepultó la posibilidad de reforma agraria en el país”, denunciaron desde MIA.

En 1972 durante el gobierno de Misael Pastrana Borrero, en Chicoral -departamento de Tolima -se firmó el Pacto homónimo, una reunión entre liberales, conservadores y los latifundistas del país. El objetivo del acuerdo era frenar y destruir los intentos de implantar una reforma agraria en Colombia e impedir la organización campesina.

En ese sentido, el flamante ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, sostuvo que el problema del agro colombiano no respondía al modelo económico sino a “un desbalance en el bienestar y las condiciones de vida entre la población rural y la urbana”. Por el contrario, desde la MIA denunciaron que ese encuadre se materializará en “arreglos coyunturales, tecnocráticos, asistenciales y transitorios” que no resolverán la crisis estructural.

Días atrás, el Primer Mandatario se vio obligado a reconocer que el paro agrario expresaba “una crisis que tiene diversos orígenes y que no surgió de la noche a la mañana. Esto es la acumulación de una serie de fenómenos que hemos vivido o hemos omitido durante décadas y que ahora nos explotó en las manos”.