Con la participación de más de mil personas se cerró este jueves el Foro Nacional Sobre la Solución al Problema de las Drogas Ilícitas realizado por la Universidad Nacional y la ONU por encargo de la mesa de negociaciones de La Habana.

Del 24 al 26 de septiembre organizaciones, movimientos, colectivos, fundaciones, empresas, partidos políticos, diversos sectores sociales e Iglesias fueron representados en las mesas de debate que se organizaron en torno a los tres subtemas del cuarto punto de la agenda de los diálogos de La Habana.

El martes 24 fue presentada la metodología y algunas perspectivas de ciertos sectores y comunidades que se han visto afectadas por el problema de las drogas y el narcotráfico. Los sectores indígena, campesino, afro y de mujeres fueron contundentes en proclamar el fracaso de la actual política contra las drogas, que más allá de convertirse en solución para estas comunidades, se ha convertido en una traba para el desarrollo autónomo de estas y en piedra nodal de la lucha contra sus formas organizativas, su participación política y sus reivindicaciones de vida digna y permanencia en el territorio.

El martes se presentaron entonces las primeras aproximaciones y la presentación de diversas perspectivas sobre cuales deben ser las soluciones al problema de las drogas y el narcotráfico. Pero desde aquel día era evidente que, en general, las propuestas para la solución al problema de las drogas pasaban por superar la criminalización y represión, especialmente porque las propuestas provenían de sectores y comunidades donde el conflicto se vive intensamente y donde no median mentiras de los medios masivos de comunicación.

Las discusiones se dividieron por mesas en torno a los tres subtemas: Mesa temática para presentación de propuestas sobre “los programas de sustitución de cultivos de uso ilícito”, Mesa temática para presentación de propuestas sobre “programas de prevención del consumo y salud pública” y Mesa temática para presentación de propuestas sobre “solución del fenómeno de producción y comercialización de narcóticos”.

La dinámica de estas mesas fue la presentación y debate de las ponencias, posturas e intervenciones de los representantes de las organizaciones que acudieron al foro nacional. Cabe anotar que durante el tiempo que sesionaron estas mesas (los días 25 y 26 hasta las 11 de la mañana) no hubo presencia de medios de comunicación con el fin de dar la mayor garantía a los participantes para que pudiesen expresar su sentir y sus propuestas en torno a la solución al problema de las drogas ilícitas.

Como se dijo anteriormente, fue evidente que las propuestas pasaban por la superación de la criminalización y represión, tanto de los pequeños productores, como de los consumidores y hasta de los pequeños comerciantes o “jibaros”.

En concreto, las posiciones recogidas por los relatores de la Universidad Nacional versaban sobre: erradicación y proyectos sustitutivos concertados y con consulta previa; fin de las fumigaciones; reconocimiento del daño ambiental por parte del Estado; legalización de la coca, la marihuana y la amapola; respeto a la territorialidad campesina, indígena y afrodescendiente; inversión y desarrollo social; no extradición y privilegio a la reparación; y la titulación y no extranjerización de las tierras, entre muchas otras propuestas.

Todas estas propuestas están enmarcadas por emanar de sectores en su gran mayoría populares y porque atienden a condiciones propias y reales de las diversas comunidades que asistieron al foro. Así mismo atienden a los problemas generados por los cultivos de uso ilícito y a su modificación en el producto final como droga ilícita, su tráfico y comercialización.

Pero también se puede decir que son propuestas que enmarcan soluciones estructurales al problema del narcotráfico, pues queda claro que las comunidades representadas que asistieron al foro son comunidades que llegaron a vincularse a los cultivos de uso ilícito y al narcotráfico por motivos más apremiantes que el lucro y el enriquecimiento.

Por lo anterior, y pese a la formulación de las diversas propuestas para solucionar el problema de las drogas ilícitas y el narcotráfico, quedará latente en la discusión el tema sobre el modelo económico vigente, pues en relación con la diversidad de propuestas es transversal a todas ellas que se basan en el desarrollo de economías y modelos de producción que atienden a la realidad colombiana y donde resultaría ineficaz aplicarlas donde persista la agroindustria y el latifundio, pues estos, al igual que los cultivos de uso ilícito y el narcotráfico, atentan contra las formas propias que las comunidades rurales se quieren dar a sí mismas para lograr la tan anhelada paz.