Por la lucha comunera incansable contra el latifundio, el día lunes 30 de septiembre en horas de la noche, fue asesinado por mano del sicariato en la carretera Rio Claro-La Cuchilla, el joven comunero y campesino José Alberto Pérez Mendoza, de 24 años de edad.

El joven campesino regresaba a su comunidad, Cerro Negro, luego de hacer un transporte de tomate, cuando fue interceptado por un grupo de delincuentes pertenecientes a la banda de "el Fernandito", famoso jefe de una de las mas sanguinarias bandas que operan en las montañas de Juárez y que actúa, presumiblemente, en coordinación con grupos paramilitares que hace un tiempo decidieron copar y controlar los territorios montañosos de Lara y Portuguesa en el objetivo de asentar en dichas zonas las fuerzas de la contrarrevolución.

El asesinato de José Alberto Pérez pasa a engrosar una larga lista de 10 pobladores asesinados por dichas bandas en su sangriento afán por someter a la población comunera y es manifestación de una amplia gama de crímenes que se cometen contra de poblados suburbanos y campesinos como Rio Claro, La Gotera, Nuezal, Tierra de Tinta, La Matia, Cerro Negro, Matatere, entre otros poblados. Así, las poblaciones urbanas y campesinas están sometidas al terror del cobro de vacuna, robo de vehículos, motos, robo de cosechas, secuestros exprés y tráfico de drogas por mencionar algunos de los flagelos.

Hace 15 días en la Comuna Socialista “El Maizal”, estas redes del crimen asesinaron también al comunero José Silvestre Pérez de 20 años de edad, joven campesino y trabajador de la tierra contra el latifundio.

Con estos asesinatos, ya suman en lo que va del año 12 los campesinos de estas montañas que han caído por las balas de bandas, que están convirtiendo las montañas de café de Ospino, Araure, Simón Planas, Juárez, Buena Vista, Andrés Eloy Blanco y Moran, en los estados Lara y Portuguesa, en territorios de disputa estratégica entre las fuerzas comuneras que alcanzan ya 20 comunas productivas en ascenso, y las fuerzas del mal expresadas en las bandas criminales, que como ya alertaban los comuneros meses atrás, están siendo el embrión de un paramilitarismo criollo donde las bandas articulan con el narcotráfico, terratenientes, policías y militares corruptos y el fascismo de Henri Falcón y Primero Justicia.

Los pobladores y pobladoras de estos territorios hicieron una vez más ante este hecho doloroso, un llamado al alto gobierno a enfrentar con autoridad estas fuerzas que vienen aterrorizando y desangrando al pueblo campesino y comunero. Asimismo, hicieron un llamado a recordar que son más de 310 campesinos y campesinas asesinados en la guerra contra el latifundio que ha emprendido la Revolución Bolivariana, y que sus muertes, continúan sin responsable, en absoluta impunidad y los familiares de las víctimas en abandono.

Con un llamado de alerta continuado ante la pérdida acelerada de soberanía del estado en estos territorios, que curiosamente constituyen la columna vertebral histórica de la resistencia político militar venezolana, de organización popular y producción comunal, pidieron al presidente Nicolás Maduro que “mande a sus ministros a batir el barro junto al pueblo, para que vean las realidades, penurias y sufrimientos que aquí abajo tenemos todos los días. Que el gobierno de calle llegue a los rincones olvidados de la patria…para que vea como el hampa, el sicariato y el fascismo están desangrando nuestros campos. Para que vean como nosotros, el pueblo pobre, estamos sometidos no solo al golpe económico sino también a las balas de la contrarrevolución”.

Finalmente, hicieron un llamado al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) a asumir una postura clara frente a esta violencia y pidieron al pueblo venezolano chavista, a movilizarse y no paralizarse frente al asesinato selectivo de los hijos de Chávez, de los campesinos comuneros y pedir que cese la impunidad, que de no pararla a tiempo pondría en riesgo el legado del Comandante Chávez en la lucha contra el latifundio y la soberanía de nuestro pueblo.