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Campesinas santandereanas proponen alternativas
Décimo aniversario de la Asociación de Mujeres Campesinas de Lebrija, en Santander
Agencia Prensa Rural / Viernes 10 de noviembre de 2006
 

En el marco de la conmemoración de su décimo aniversario, la Asociación de Mujeres Campesinas de Lebrija (Amucale), el pasado 2 de noviembre dio a conocer su experiencia a otras organizaciones sociales del área metropolitana de Bucaramanga, mediante la presentación de los resultados de la sistematización de su experiencia.

La posibilidad económica y técnica de adelantar el ejercicio de sistematización de la experiencia y descubrir los aprendizajes del proceso, surgió del concurso que anualmente realiza el Centro Latinoamericano de Desarrollo Rural y el Fondo Mink’a de Chorlaví, denominado: “Sistematización de experiencias de territorios rurales pobres de Latinoamérica y El Caribe, exitosos en la vinculación a mercados dinámicos”, concurso en el que la experiencia de Amucale fue escogida junto a otras diez experiencias de Latinoamérica.

Mediante este ejercicio académico, Amucale evidenció que en esta década de trabajo ha logrado convertirse en una experiencia de organización exitosa, por cuanto se ha mantenido como un referente de organización social en lo productivo, a pesar del mal estado de las vías que dificulta la comercialización de sus productos, la presencia de paramilitares en algunas veredas de su municipio que entorpecen el desarrollo del proceso campesino, y la existencia de prácticas machistas al interior de los hogares rurales de Santander, lo que dificulta la participación de la mujer en procesos organizativos. Sin embargo, Amucale se presenta como una alternativa a la guerra y a la exclusión económica que viven las mujeres del campo colombiano.

En la actualidad, esta organización social adelanta una campaña por la defensa del agua como un bien público, en contra de la privatización de este recurso natural, campaña que cobra especial fuerza en el contexto del municipio de Lebrija, pues allí el monocultivo de la piña ha generado la deforestación del bosque y el deterioro de las cuencas hidrográficas, mientras que las empresas avícolas y porcícolas han canalizado o se han ubicado en las nacientes de agua para proveerse de este líquido y después vierten sus desechos en las quebradas de la zona.