Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

El cierre del punto de Participación Política: un avance sustancial
Alejo Vargas Velásquez / Domingo 17 de noviembre de 2013
 

El anuncio hecho por la Mesa de Conversaciones de La Habana en el cual informa que ha habido acuerdo entre las dos Delegaciones sobre el segundo punto de la agenda evidencia que tanto Gobierno como FARC están haciendo todo lo que está a su alcance para avanzar en el desarrollo de la agenda que tienen a su consideración. Pero además que se preparan para abordar el siguiente punto que tiene que ver con el tema de solución al problema de las drogas ilícitas.

Este anuncio género un ambiente de optimismo en la sociedad colombiana y especialmente en los sectores que están de acuerdo en terminar este añejó conflicto interno armado de manera concertada, pero que en la medida en que no siempre tienen la información adecuada tienden a entrar en desanimo o peor aún en incertidumbres. Los sectores en contra de las conversaciones por supuesto nada los va a satisfacer y por el contrario se mueven de una contradicción a la otra, a ratos dicen que en La Habana le están entregando el país a la guerrilla y luego dicen que el contenido de lo acordado no es nada nuevo!!! y así sucesivamente.

No hay que olvidar, ni por un momento, que lo novedoso de este proceso de conversaciones es que tiene una clara y precisa hoja de ruta -acordada de manera minuciosa por delegados del Gobierno y de las FARC en sesiones de trabajo reservadas, como lo recomiendan los especialistas en negociación de conflictos-, que es el norte del proceso y que junto con la decisión política de las dos delegaciones seguramente va a garantizar que llegue a buen puerto estas conversaciones. Esta hoja de ruta define una agenda, unos procedimientos, un acompañamiento internacional, un principio rector -nada está acordado hasta que todo no esté acordado- y una participación de la sociedad que toma distancia tanto de las posiciones minimalistas -no se necesita participación social porque el Gobierno nos representa- y de las maximalistas -todos los colombianos debemos participar en la discusión y definición de los temas de la agenda, que suena atractiva pero que es inviable-; la participación social está dada a través de la página web de la Mesa de Conversaciones por medio de la cual quien quiera puede enviar propuestas, igualmente por medio de los buzones localizados en alcaldías y gobernaciones de todo el país, los foros de participación y la invitación de expertos a la Mesa de Conversaciones para ilustrarla sobre los temas en análisis.

Por ello no se puede analizar el desarrollo del proceso de conversaciones al margen de esta hoja de ruta, que es la partitura que siguen las dos delegaciones.

Lo acordado en este punto de participación política, que sólo marginalmente sería la participación de un movimiento político que surja de las FARC, fundamentalmente apunta a mejorar la calidad de la democracia, que sabemos no se agota en la participación político-electoral, aunque sabemos es una dimensión fundamental que en nuestro casó debemos mejorar y en esa dirección apunta lo relacionado por ejemplo, con el Estatuto de la Oposición -al respecto igual se evidencia las contradicciones de los críticos porque se acuerda que sean los partidos y movimientos quiénes definan el contenido y entonces se dice eso no es nada, pero si se hubiera acordado el contenido de un Estatuto de Oposición hubieran dicho, como es posible que se acuerde eso con la guerrilla !!!-, igual ciertas circunscripciones electorales para comunidades específicas tradicionalmente excluidas, pero adicionalmente involucra de manera sustancial la participación social. En ese sentido cabe la expresión que dice lo que se busca con este punto es ampliar y profundizar la democracia colombiana.

Pero, más allá de todas las implicaciones positivas que se deriven de lo acordado en este punto, las dos delegaciones consolidan su confianza mutua frente a la tarea que tienen encomendada y que no se podría concluir exitosamente sino hay un trabajo en equipo entre ellas, sin que esto signifiqué que dejen de tener sus diferencias y sus puntos de vista en muchos temas seguramente bastante distantes. No hay que olvidar que la metodología de esta Mesa de Conversaciones no es la propia de la resolución de un pliego petitorio, sino la construcción conjunta, entre ambas delegaciones, de acuerdos frente a los temas definidos en la agenda y la implementación de los mismos.

Si bien todavía no podríamos hablar de un proceso irreversible, sabemos que el mismo sigue siendo frágil y por lo tanto requiere acompañamiento y apoyo de las mayorías nacionales porque sus adversarios aunque minoritarios son muy poderosos, sí podemos afirmar que este acuerdo es un avance sustancial en la dirección de llegar a un acuerdo final de terminación del conflicto interno armado y que seguramente tendremos en unos cuantos meses, quizá menos de los que quisieran sus adversarios.

Tanto algunas posiciones de la derecha política, que sólo piensan en la derrota militar del adversario y su capitulación, o en la extrema izquierda delirante que sigue creyendo en que terminar el conflicto interno armado es "tomarse el palacio de invierno del zar" y hacer la revolución que elucubran en sus cabezas, encontramos adversarios a este proceso y sus avances ciertos, pero las mayorías nacionales van a acompañar los resultados del mismo y a permitirnos transitar hacia un escenario de transición hacia el postconflicto armado. Y en esa dirección las elecciones de Congreso en marzo y las presidenciales en mayo, serán fundamentales para definir la correlación de fuerzas políticas y sociales que están claramente por la salida civilizada de esta larga noche de enfrentamiento violento.