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2013, año histórico de lucha por la paz
 
Foto: Gwenaël Piaser via photopin cc

Compatriotas:

Ya termina el 2013, un año que pasa a la historia como el año de la lucha por la paz con justicia social: fue un año de gran significado para la historia de nuestra patria, las aspiraciones populares de una paz justa y digna se dieron lugar en calles y carreteras, a las oligarquías no les alcanzó la represión violenta y mediática, las organizaciones y movimientos sociales y populares supimos sobreponernos a los obstáculos y mantener en alto la bandera de los cambios sociales, políticos, económicos y culturales que requiere nuestra patria para lograr la paz estable y duradera.

La Colombia profunda está dando todo para el reconocimiento, la reconciliación y la construcción de nuestra patria con justicia social, soberanía y democracia.

El pueblo trabajador se movilizó y entró a huelgas por el derecho al trabajo digno, al salario y al reconocimiento de sus demandas consagradas en los pliegos de peticiones dirigidos a los patronos y empresas. Desde principios del año los trabajadores de los sectores minero, energético, transporte, financiero, salud, agroindustrial, hotelería y turismo, educación e informal, se dieron cita en la lucha contra el capital, contra las injustas e inhumanas condiciones de explotación laboral, en procura de condiciones de vida digna, buscando soberanía nacional y respeto a sus derechos como trabajadores.

Durante buena parte del año el campesinado salió con fuerza, desde el Catatumbo, Boyacá, Nariño, la Orinoquia y todas las regiones, desde montañas y valles, a exigir lo justo: el derecho a la tierra y el territorio, por el reconocimiento y respaldo de la economía campesina. En los libros de la historia de nuestra patria ya está escrito el paro del Catatumbo Resiste y el paro nacional agrario y popular de agosto.

El movimiento indígena y afrocolombiano salió a la minga y el convite, lucha por los territorios, contra la economía de despojo, en defensa del agua y de la naturaleza.

También las mujeres dieron batallas por sus derechos, como el derecho pleno a ser y construirse como sujetas de cambio y transformación por la paz y la reconciliación: recordará la historia la gigante movilización de mujeres del 22 de noviembre.

Desde los barrios viene creciendo la organización cívico-comunal para luchar por la prestación adecuada de servicios públicos con tarifas justas, contra los despropósitos de la usura de las empresas privadas que negocian y enriquecen con esos servicios, por el derecho a la vivienda digna, a los espacios públicos y a la movilidad.

Los jóvenes en los barrios y municipios, las barras bravas, los centros culturales, en las opciones contra la guerra y la objeción de conciencia, se hicieron presentes en las luchas, por el derecho a la juventud, por la libertad de conciencia y de pensamiento.

El estudiantado mantuvo el ímpetu que nos demostró en el 2011, se sigue organizando y movilizando en los colegios, centros de formación técnica y universidades, debatiendo y construyendo un modelo de educación para la paz al servicio de las mayorías.

La diversidad sexual y de género nos mostró la Colombia que hay que construir, diversa e incluyente, con plenos derechos económicos, políticos y sociales para todos sin distinción alguna.

El 2013 también pasa a la historia por el papel que jugaron los medios alternativos y populares de comunicación, que desde la labor local, con el compromiso de dar voz a las comunidades, a la agenda social de los sectores populares, lograron poner de manifiesto las realidades que ocultan y estigmatizan los medios masivos de información.

Recordamos la memoria de los caídos en la lucha, cada uno de ellos se ha convertido en los faros éticos que iluminan el compromiso y valor que nos mantiene en la Marcha, en la lucha, en la brega por construir la Colombia nueva.

Fue un año donde la criminalización y judicialización de dirigentes populares no cesaron: recordamos a cada uno de los prisioneros políticos, a los luchadores que perdieron su libertad y se convirtieron en falsos positivos judiciales del establecimiento, luchamos por su libertad, en especial recordamos a nuestro dirigente y compañero de la Junta Patriótica Nacional Húbert Ballesteros, dirigente campesino y sindical, perseguido por su incansable compromiso con las causas populares de la paz con justicia social. Ser prisioneros de estos malos gobiernos refleja la justeza de la lucha que libra el pueblo de Colombia.

A cada uno de los colombianos, a sus hogares, organizaciones y comunidades, va nuestro abrazo de Navidad y de Año Nuevo, que en estos días de reencuentro y balance recuperemos fuerzas: se vienen nuevas batallas por la justicia social y la paz, nosotros, el pueblo, las gentes del común, saldremos victoriosos.

Gracias a la Colombia profunda, a hombres y mujeres que desde su cotidianidad y compromiso, en la educación popular, la organización y la movilización han hecho del 2013 un año histórico en la lucha por la paz con justicia social, noble objetivo hacia el cual debemos avanzar con más ímpetu en el 2014. ¡La esperanza está en el pueblo!

Junta Patriótica Nacional
Movimiento Político y Social Marcha Patriótica

27 de diciembre de 2013