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Nueve indígenas Nasa heridos por la fuerza pública en La Emperatriz, Cauca
Organización Nacional Indígena de Colombia / Viernes 13 de junio de 2008
 

La Consejería de la Autoridad Nacional de Gobierno Indígena de la ONIC,
alerta y denuncia ante la comunidad nacional e internacional que
miembros del ESMAD atacan (al medio día del 13 de junio) con gases
lacrimógenos recargados con vidrio y piedra a más de 300 indígenas que
participan de la apuesta de liberar la Madre Tierra, en la Hacienda La
Emperatriz, resguardo de Huellas Caloto.

El resultado: nueve heridos por esquirlas los cuales son atendidos en
el puesto de salud de Toez, según lo indicó una autoridad de la Consejería del CRIC, quien a su vez, recalcó que "la situación tiende a empeorarse debido a que en estos momentos (3:00 pm.) los indígenas que se resisten a no abandonar la hacienda están siendo atacados con tiros”.

Por todo ello, la Autoridad Nacional de Gobierno Indígena de la ONIC,
hace un llamado de carácter urgente a la Defensoría del Pueblo y demás
órganos de control a intervenir.

Cabe destacar que en comunicado publico el día de ayer, el cabildo
indígena de Huellas Caloto, ratificaron su posición de resistencia como
pueblo pese a las estigmatización del gobierno por sus justas luchas,
debido a que “hoy la salvaje sed de acumulación de los dueños de tres
ingenios en complicidad con algunas familias colonialistas, burgueses; y
gobiernos manipulados por su interés y hoy por las multinacionales, han
logrado apoderarse de casi todo el valle sometiendo a miles de hermanos
afros, campesinos, mestizos e indígenas a sus despiadadas maquilas
agroindustriales y agrediendo el territorio rompiendo su equilibrio y
armonía; hasta tal punto que sus reacciones naturales han producido
consecuencias que hoy sufren no precisamente estas familias sino miles de
ciudadanos de los sectores más pobres y marginados de las políticas del
estado”.

“El territorio del norte del Cauca era una fuente inmensamente rica en
diversidad natural, fauna, flora, hidrografía y tierras fértiles que
ofrecían a los campesinos, comunidades negras, sectores mestizos y pueblos
indígenas su vida mediante la abundante soberanía alimentaria y el
mercadeo de cientos de productos que surtían y surten a pesar de todo los
mercados de los pueblos y ciudades, garantizando la solidez de la
convivencia intercultural, social y política de la región”.

“Por eso rechazamos esta avanzada sistemática del sometimiento y
esclavitud de los pueblos y la agresión del territorio; hoy nos
corresponde como deber de los pueblos indígenas con la humanidad seguir
abriendo el camino de la conciencia de los colombianos lo que significa
liberar nuestro territorio como deber constitucional en el ejercicio de la
soberanía de los pueblos para avanzar en la reconstrucción de un país con
igualdades sociales en donde la justicia natural sea el fundamento del
desarrollo humano que logre restablecer el equilibrio y la armonía del
hombre y la naturaleza como único camino que garantiza la vida y el
bienestar de las próximas generaciones humanas”.