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Debate
El voto en blanco tiene infartados a los partidos políticos
El voto en blanco, con 30,6 %, sería la opción electoral mayoritaria para los colombianos si las elecciones presidenciales fuesen mañana, según la encuesta Colombia decide, que arroja como segundo resultado el apoyo a la posible reelección del presidente Juan Manuel Santos, con 27 %
Miller Armín Dussán Calderón / Jueves 30 de enero de 2014
 

El avance del voto en blanco que hoy encabeza las encuestas para Congreso y Presidencia de la República de Colombia, ha generado un temor sin precedentes no sólo en los partidos tradicionales sino aquellos que se reclaman de izquierda y, además, se reconocen minoritarios.

Muchos posan de analistas. Lo más preocupante es que quienes se reclaman de la oposición, de izquierda hacen todos los esfuerzos para intentar “demostrar” que si avanza el VOTO EN BLANCO, ellos pierden. Es decir, no están seguros de que quienes siempre han votado minoritariamente por ellos ahora lo vuelvan a hacer. O más grave aún. Es un reconocimiento de su incapacidad para convencer a los ciudadanos de que sus propuestas programáticas los representan. En ambos casos, el temor es perder o no acceder al codiciado puesto parlamentario.

Ahora, la disculpa es que si ellos no alcanzan el umbral es responsabilidad de quienes VOTAN EN BLANCO. Incluso, existen cuñas publicitarias que llaman al VOTO LIBRE, no importa por quien, siempre y cuando no VOTEN EN BLANCO, estigmatizándolo, desconociéndolo como el Voto más libre, autónomo y democrático, incluso reconocido en la Constitución y la Ley como un Derecho Ciudadano, "una herramienta legítima y valiosa de expresión política de disentimiento, abstención o inconformidad por parte de los sufragantes”, (Resolución 0920)

En el Huila, fue tan impactante el surgimiento del VOTO EN BLANCO, en las elecciones atípicas para la gobernación, cuyo candidato único, Carlos Mauricio Iriarte, fue respaldado por todos los partidos, entre ellos, algunos que se reclaman de izquierda, que acudieron ante el Consejo Nacional Electoral, logrando, a través de la Resolución 977 del 20 de marzo de 2013, que se prohibiera y ordenara encarcelar a quienes promovieran el VOTO EN BLANCO. Es decir, el Derecho Ciudadano a expresarse libremente, a disentir y protestar contra la fracasada “democracia representativa”.

La represión y la estigmatización del VOTO EN BLANCO no lograron impedir el auge sin precedentes del mismo, promovido por las organizaciones sociales, Asociación de Afectados por el Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo –Asoquimbo-, la Asociación Cultural y Ambientalista del Sur y Comunidad, por la defensa del Territorio y contra la política minero energética, los agronegocios y lor TLC de Santos y Uribe. Sumó 78.000 VOTOS convirtiéndose en la primera fuerza ciudadana, donde las nuevas VOCES expresaron su indignación, su autonomía, su capacidad de decidir por sí mismos, constructores de una alternativa ciudadana y social que participa y resiste contra el control corporativo de nuestro territorio por las empresas transnacionales, pero que desprecian todos los partidos o sectas religiosas convencidas de que la política se reduce a la "representación parlamentaria", es decir, a mantener el Régimen Político centralista, autoritario, clientelista, corrupto, mafioso y criminal.

El VOTO EN BLANCO tiene infartado a los partidos políticos, en especial, a los minoritarios que se reclaman de izquierda cuya angustia es perder sus dos o tres curules o no alcanzar el umbral. Lo paradójico, es que atacan el VOTO EN BLANCO, un Derecho Ciudadano a la libre expresión propia de la misma democracia que dicen defender. No se entiende cómo si se reclaman de oposición al régimen o al gobierno y sus argumentos son válidos, no logran convencer a la mayoría de los ciudadanos para que voten por sus candidatos y se conviertan en mayoritarios. O realmente temen que quienes siempre han votado por ellos se sumen al VOTO EN BLANCO.

No me cabe ninguna duda que su única preocupación es mantenerse o aspirar a curules en el parlamento, aspiración legítima que deberían alcanzar por convicción y persuasión programática y no atacando a quienes legítima y legalmente han decidido ejercer su Derecho Ciudadano de apoyar el movimiento del VOTO EN BLANCO.

Algunos buenos parlamentarios de oposición cumplen con su función de control político y cuentan con respaldo social. La pregunta es ¿por qué no avanzan electoralmente?. Claro, la maquinaria, el clientelismo o la “mermelada” como se dice ahora ¿O es que pretenden realmente acumular mayor número de Votos oponiéndose al VOTO EN BLANCO?. ¿Por qué no se preguntan por el avance incontenible de éste movimiento? ¿Por qué no convencen a quienes han decidido Votar en Blanco de que su propuesta programática los representa?

El Movimiento del VOTO EN BLANCO se erige hoy como un PODER CIUDADANO contra el Régimen Político. De lograr las mayorías e invalidar las elecciones parlamentarias se constituiría en una alternativa que sumada a las acciones de resistencia obligaría no a repetir las elecciones sino a convocar una Asamblea Constituyente de representación ciudadana y de organizaciones sociales mayoritaria capaz de reformar el régimen económico y político actual para avanzar en la construcción de la convivencia con fundamento en la justicia social. Pero claro. Para quienes se oponen al mismo movimiento es imposible porque quienes controlan el sistema no lo van a permitir. Entonces, ¿con 4 o 5 curules en el parlamento pretenden a través del control político cambiar el Régimen dominante que pregonan en todas sus plataformas políticas, incluso construir el socialismo?

Para quienes anticipan que el VOTO EN BLANCO no logrará ser mayoritario o si lo es pierden el tiempo porque se repetirían las elecciones únicamente con candidatos de “derecha” se les pregunta si una derrota electoral sin precedentes, motivada por el VOTO EN BLANCO, no ocasionaría la profundización de la crisis institucional. Afirmar que si avanza el VOTO EN BLANCO quien se fortalece es el actual régimen político es actuar de mala fe al desconocer que los ciudadanos son capaces de realizar transformaciones que aún no han logrado los partidos de oposición. Equivale a desconocer que a través de las movilizaciones sociales se han logrado reivindicaciones significativas como lo demuestran los recientes paros agrarios, reivindicaciones que no se han alcanzado por la simple intervención de los parlamentarios de oposición. Tampoco se pretende negar la importancia de la lucha parlamentaria siempre y cuando sirva para deslegitimar el Régimen Político como se busca ahora con el VOTO EN BLANCO en esta coyuntura excepcional donde los ciudadanos, sujetos de derechos, no creen en la institución parlamentaria y antes que abstenerse prefieren actuar.

Razón le asiste a José Saramago, Premio Nobel de literatura al expresar que:

"Si algo puede cambiar a una sociedad es el voto en blanco porque es un voto democrático y no significa un descalabro de la democracia. Si asusta a los partidos es precisamente por ser democrático. El elector que vota en blanco no puede ser acusado de subversivo, es sencillamente alguien que no está satisfecho con el funcionamiento de la democracia y escoge esa manera de expresarlo.

"Los políticos prefieren la abstinencia del electorado que el voto en blanco porque éste último está diciendo una sola cosa: que lo que está proponiendo el sistema político no le está gustando al elector”

"Si nosotros podemos votar, podemos tener una intervención en la vida política y social. Si pensamos que el poder político es el poder, es la peor afirmación en que hemos caído.

"La diferencia entre el voto en blanco de mi novela ’Ensayo sobre la lucidez’ y la abstención (...) es la misma que separa la inteligencia de la estupidez".

La Promoción del VOTO EN BLANCO se constituye para las organizaciones sociales en una actividad pedagógica para la formación ciudadana, con fundamento en la autonomía o capacidad individual y colectiva de tomar decisiones libres y conscientes para avanzar en la construcción del PODER DE LOS CIUDADANOS Y POPULAR para la transformación de la sociedad y el mejoramiento de la calidad de vida de sus integrantes.