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Declaración política
Convención de Marcha Patriótica en Colombia
Coordinación Política y Social Marcha Patriótica / Miércoles 12 de febrero de 2014
 

El Comité Patriótico Nacional del Movimiento Político y Social Marcha Patriótica (COPAN), reunido en Bogotá los días 8 y 9 de febrero, ha realizado con éxito su 8va reunión, cumpliendo su función de elaborar el plan de trabajo nacional, ajustar las iniciativas de acuerdo a las coyunturas políticas que se presentan y evaluar el desarrollo de las definiciones del Consejo Patriótico Nacional. Esta reunión deja ver un movimiento que se fortalece a diario y se consolida como espacio de unidad férrea de las más variadas expresiones y organizaciones que confluyen en su interior. El COPAN transmite un especial reconocimiento a los periodistas y comunicadores alternativos y populares por su importante e incansable labor de informar con fidelidad a la verdad y en defensa de los intereses de la mayorías. Extendemos también un saludo entusiasta a los capítulos de Marcha Patriótica en el exterior y agradecemos las voces de solidaridad que desde diferentes países del mundo se han hecho sentir a favor de nuestro movimiento y la solución política del conflicto colombiano. Como conclusión de los debates abordados estos dos días, concluimos:

1. Hemos realizado esta reunión del Comité Patriótico Nacional en medio de crecientes signos de crisis del régimen de dominación de clase. El devenir del proceso electoral ha puesto en evidencia el cierre antidemocrático del sistema político y de representación; las grietas de la administración de justicia hacen cada vez más notoria su crisis; el tratamiento generoso otorgado por el Establecimiento a sus aliados del paramilitarismo ha aflorado para desnudar los verdaderos alcances de la mal llamada Ley de Justicia y Paz que pone en riesgo la posibilidad de la democratización real, la cual exige desmantelar el fenómeno paramilitar en todas sus dimensiones; las interceptaciones ilegales promovidas por la inteligencia militar han develado una vez más el carácter policivo del Estado colombiano y mostrado la persistencia en la doctrina de la Seguridad Nacional; la corrupción campea en todos los niveles e instituciones del Estado; la ambivalente retórica presidencial entre la paz y la intensificación de la guerra desdice de su voluntad real de transitar por el camino de la solución política; los discursos guerreristas de la ultraderecha continúan teniendo audiencia en sectores de las clases dominantes y de los medios de comunicación. Todo ello muestra la incapacidad histórica de quienes han ostentado el poder y su pretensión de continuar por todos los medios con su régimen de privilegios. La necesidad de una profunda reestructuración del Estado y el régimen político se encuentra al orden día.

2. Los anuncios gubernamentales sobre presuntas mejoras sociales, la reducción del desempleo y la pobreza, ocultan la creciente precarización del trabajo, la persistente informalidad y la altísima concentración del ingreso, así como la instauración del régimen de la llamada sostenibilidad fiscal, útil para cercenar las posibilidades de financiación de los derechos sociales y garantizar el pago de la creciente deuda pública. Las políticas neoliberales han continuado su curso empobrecedor y destructor de la riqueza nacional como lo demuestran los impactos de los Tratados de Libre Comercio. Los privilegios e incentivos otorgados a las transnacionales sin la menor atención a los irreparables daños ambientales, ponen de manifiesto la vulneración de la soberanía nacional y el carácter antipatriótico del neoliberalismo que continúa gobernando en el país. Las anunciadas proyecciones hacia la “Alianza para el Pacífico” muestran el interés gubernamental por oponer y consolidar opciones neoliberales frente a los esfuerzos de integración de Nuestra América, en perfecto alineamiento con los intereses geopolíticos y económicos de los Estados Unidos en la Región. El celebrado crecimiento económico, basado en la extracción minero-energética, la construcción y la especulación financiera, no ha representado mejorías en la situación de nuestro pueblo. Su anunciada desaceleración augura, por el contrario, tiempos aún más difíciles. Superar el modelo económico neoliberal constituye un imperativo que debe concitar los mayores esfuerzos del campo popular.

3. Reafirmamos nuestra decisión de contribuir a hacer realidad la solución política al conflicto social y armado; apoyamos los avances que, en medio de la continuidad de la guerra y de los saboteos del militarismo y la ultraderecha, se han dado en la Mesa de diálogos de La Habana. Reconocemos el valor de los acuerdos parciales sobre desarrollo rural y agrario y sobre participación política al considerarlos como un invaluable aporte para la real democratización política, económica y social que reclama el país. Insistimos en la necesidad de un inmediato cese bilateral del fuego a fin de generar un mejor clima para el desarrollo de las conversaciones y, sobre todo, para reducir los efectos que produce la guerra sobre la población. Demandamos el cese inmediato del intervencionismo militar estadounidense y de sus agencias de inteligencia, de utilidad para atizar y prolongar la máquina de la destrucción y la guerra contra nuestro pueblo. Exigimos el inicio inmediato de los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional, en el entendido que la perspectiva de la solución política debe incluir a todas las fuerzas guerrilleras. Llamamos a fortalecer los esfuerzos de paz del pueblo colombiano a través de un gran movimiento social por la paz con justicia social y la ANC que, además de aislar y reducir los intentos de sabotaje por parte de las fuerzas militaristas y de ultraderecha, elimine por siempre las pretensiones, presentes en el propio Gobierno de Santos, de darle una salida militar a la larga contienda armada que por décadas ha caracterizado la historia de nuestro país.

4. Denunciamos la persecución e intimidación de que es objeto nuestro Movimiento con falsas sindicaciones judiciales que han producido el encarcelamiento de dirigentes y militantes nuestros; rechazamos la desaparición y ejecución de decenas de integrantes de nuestra organización, entre ellas la más reciente acaecida contra la persona de nuestro compañero Jhon Jairo Vega, lo cual señala la continuidad de la lógica fascista contra los luchadores populares y la represión brutal del Estado contra quienes encarnan las alternativas de transformación. Todo ello lo entendemos como parte de una campaña orquestada por las clases dominantes con el propósito de impedir que nuevas fuerzas políticas y sociales irrumpan en el escenario de la política para poner fin al régimen de privilegios que ha imperado en el país. Manifestamos nuestra solidaridad con las fuerzas democráticas y de izquierda, en especial con la Unión Patriótica, así como con destacados líderes del campo popular sometidos a amenazas contra su vida e integridad personal. Exigimos al gobierno del Presidente Santos las garantías del caso para evitar los intentos de dar continuidad al largo ciclo de guerra sucia que ha imperado en el país. Al mismo tiempo, afirmamos que no permitiremos que nuestras voces rebeldes sean acalladas.

5. Reiteramos nuestro compromiso con las movilizaciones y luchas de nuestro pueblo, esto es de la esencia de nuestro movimiento, por lo tanto las continuaremos alentado por lo que ellas representan no sólo en términos de la confrontación a las políticas neoliberales imperantes, sino por su potencia organizadora y transformadora. Valoramos los esfuerzos unitarios de los diferentes procesos que confluirán en la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular. La perspectiva de un pliego unificado de los pobres y explotados del campo, de campesinos, indígenas y afrodescendientes, en defensa de la tierra, el territorio, los recursos naturales y la soberanía alimentaria, deben generar nuevas condiciones para un poderoso paro nacional agrario y popular, y contribuir a desatar dinámicas constituyentes de las clases populares y desposeídas.

6. Manifestamos nuestro compromiso con las movilizaciones y los procesos organizativos urbanos por la democracia real, contra las configuraciones autoritarias y policivas del Estado y del régimen político, incluidos los poderes despóticos del Procurador, que se han expresado perversamente contra nuestra vocera, Piedad Córdoba, víctima de la persecución inquisidora, y en la ciudad de Bogotá en el contexto de la pretendida destitución del Alcalde Petro. Tales movilizaciones expresan las posibilidades actuales de amplias confluencias sociales y populares en las luchas cívicas y la potencialidad presente de dinámicas constituyentes en los centros urbanos. Además de persistir en ellas, llamamos a dotarlas con nuevos contenidos ligados a las problemáticas de la salud, la cultura, la educación, la vivienda, los servicios públicos, el medio ambiente, la democracia local y, sobre todo, del dominio que ejerce el capital financiero sobre los trabajadores y sus familias. Los sectores urbanos que sufren los embates neoliberales en las ciudades deben confluir en la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular, levantando sus banderas de lucha, para promover un espacio de unidad popular sin precedentes que se encamine hacia la construcción de un frente amplio por la paz y la Asamblea Nacional Constituyente.

7. Los rasgos del proceso electoral en curso, caracterizado por un marketing político carente de propuestas frente a los problemas centrales del país, dinámicas clientelistas y corruptas propias de un sistema de fraude estructural, así como por la ausencia de garantías para las fuerzas democráticas y de izquierda, reafirman la postura de la Marcha Patriótica en el sentido de desestimar su participación en el proceso electoral actual y de propugnar por una profunda reforma del Estado y, en particular, del sistema político y de representación, que posibilite y genere las condiciones para el ejercicio de la política de quienes como nuestro Movimiento representan una alternativa de poder y aspiran a ser gobierno. No obstante lo anterior, comprendemos que fuerzas políticas que hacen parte de nuestro movimiento hayan decidido participar en la contienda electoral y presentar sus candidatos al Congreso de la República. Valoramos esas candidaturas y otras provenientes del campo popular, en atención a su declarado compromiso con las causas de nuestro pueblo y, de manera especial, con el proceso de paz y la democracia verdadera. Reiteramos que los militantes y simpatizantes de nuestro movimiento que tomen la decisión de participar electoralmente lo harán atendiendo el buen juicio político-democrático y revolucionario.

8. Como lo manifestamos en la declaración del séptimo Copan, realizado el 13 de octubre de 2013, “rechazamos la reelección de políticas neoliberales, de paz rápida y sin costo fiscal, de represión y criminalización de la protesta social; las pretensiones de sectores militaristas y de ultraderecha de privilegiar el escenario de la prolongación indefinida de la guerra; las ofertas de falsas tercerías”. Reafirmamos nuestro compromiso con la construcción de una alternativa popular. No escatimaremos esfuerzos en la búsqueda de un nuevo Gobierno Patriótico para la transición política hacia la democracia verdadera y la paz con justicia social.

9. Nuestra patria y nuestro pueblo demandan nuevos diseños institucionales en la organización del poder y del ejercicio de la política, encauzados hacia la soberanía y la autodeterminación, la profunda transformación del Estado y del régimen político, la superación del modelo económico neoliberal, la protección y el usufructo de nuestros recursos naturales para el buen vivir de nuestro pueblo, la defensa de los bienes comunes de la sociedad, la protección y garantía de los derechos humanos integrales, individuales y colectivos, la superación del malestar de la cultura, la desmilitarización de la vida social, y la integración de Nuestra América. Abrazamos como propias las luchas de los pueblos latinoamericanos por su soberanía y autodeterminación y los procesos de integración que se vienen consolidando en la Región como alternativas a la dependencia imperialista y la lógica neoliberal impuesta por las potencias capitalistas.

10. Nos declaramos en acción constituyente. Continuaremos promoviendo, en medio de la movilización y lucha contra el régimen imperante, las Constituyentes por la paz con justicia social; vamos hacia una Asamblea Nacional delegataria de procesos constituyentes regionales y sectoriales. Este esfuerzo político-pedagógico lo comprendemos como parte de un proceso de acumulación de fuerzas, de construcción de poder y de mandatos populares, que conjugado con otros procesos del campo popular, puede contribuir a desatar la dinámica del proceso constituyente hacia la nueva Constitución Política.

11. Saludamos a nuestros compañeros de Marcha Patriótica que se encuentran en prisión, a Huber Ballesteros, Francisco Toloza, Wilmar Madroñero, David Ravelo, Omar Marín, Jorge Eliecer Gaitán y Carlos Lugo, cuya determinación ha sido ejemplo de resistencia ante la persecución y la antidemocracia; agradecemos sus invaluables aportes desde la cárcel; les expresamos nuestra solidaridad indeclinable y exigimos su inmediata libertad. Asimismo, manifestamos nuestra solidaridad con todos los prisioneros políticos, activistas y militantes por la democracia y la justicia social. Un país para la paz es el lugar común de la libertad.

12. Declaramos el 2014 como el año de la unidad, organización y lucha por la Asamblea Nacional Constituyente, para la paz y la democracia. Llamamos a todos los procesos, organizaciones y estructuras que conforman nuestro movimiento, así como los procesos organizativos hermanos de la Unión Patriótica, del Congreso de los Pueblos, de la Coordinadora Nacional de Movimientos Sociales y Populares, Comosoc, de las organizaciones obreras, campesinas, indígenas y afrodescendientes, de los demás partidos y movimientos del campo popular y, en general, de las gentes del común, a concentrar sus esfuerzos en la batalla por la convocatoria y realización de una Asamblea Nacional Constituyente. Convocamos e impulsamos con los diferentes sectores que luchan por la solución política al conflicto, la gran movilización nacional por la Asamblea Nacional Constituyente para la paz y la democracia en el mes de abril del presente año. La conformación de un bloque de poder contrahegemónico se encuentra al orden día, representa un compromiso patriótico, ético y político con nuestro pueblo. Ha llegado la hora de juntar las rebeldías para gestar un nuevo contrato social que contribuya a superar la crisis nacional y los límites impuestos por el régimen de dominación de clase, así como a sentar las bases para la paz con justicia social hacia la democracia popular.

Llamamos a las gentes del común a juntar las rebeldías por una definitiva independencia.

COMITE PATRIOTICO NACIONAL

MOVIMIENTO POLÍTICO Y SOCIAL MARCHA PATRIÓTICA

BOGOTA, 8 Y 9 DE FEBRERO DE 2014