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Pre cumbre en Medellín realizada el 15 de febrero
Precumbre Antioquia: Propuestas para la creación de un nuevo país
Agencia Prensa Rural / Martes 18 de febrero de 2014
 

Desde las ocho de la mañana abrazos, sonrisas y palabras de aliento se empezaban a ver el auditorio principal de la Universidad San Buenaventura, en Medellín. Seres de lejanas y cercanas regiones del departamento estaban llegando para la gran cita: La Pre-cumbre Agrominera, interétnica y popular, de Antioquia. Se podía notar la gran unidad de las organizaciones sociales que tanto se anhela en esta Pre-cumbre.

Sectores campesinos, indígenas, afros y urbanos se reunieron a discutir las necesidades que están permitiendo la discordia y desigualdad en sus comunidades. Alrededor de 300 personas confluyeron en este espacio donde el trabajo fue arduo y el objetivo era unificar criterios y sacar unas propuestas que serán el aporte a la Cumbre Agraria: campesina, étnica y popular en Bogotá el próximo 15, 16 y 17 de marzo.

Cada sector hizo un saludo a todos los asistentes y se inició con la rueda de prensa, donde los medios que acompañaban eran los alternativos y populares, ya que se les hizo un llamado a los medios masivos, pero no atendieron, solo estuvo Teleantioquia, pero en un tiempo muy reducido.
Melkin Castillón, de la Agrominera hizo un balance de las movilizaciones que se vienen presentando desde el año pasado y de porqué han sido útiles. “Hay una expectativa muy fuerte desde las comunidades porque ven la necesidad de articularnos con todos los sectores, porque no podemos seguir trabajando solos en pliegos de peticiones individuales”.

Ofelia Arias, de Sintratextil habla del acompañamiento que hacen los sindicatos al proceso social. “Nuestra labor como sindicatos es enseñarle a los obreros mediante la conciencia, que los campesinos son quienes generan las riquezas de este País. No es la pelea con la empresa solamente por un sueldo mejor, es enseñar a las comunidades de la ciudad que el territorio es de quien lo trabaja”.

Efraín Majorí, indígena del resguardo Amparradó, Rionegro cuenta como el gobierno entra en sus territorios a invadir. “Nosotros somos de la selva, en el campo y cuidamos nuestra tierra, nuestras riquezas, hemos sufrido mucho, desde hace 500 años, luchamos y resistimos. El gobierno nacional nunca ha llegado a consultarnos, ahora el territorio es dizque del estado, nosotros también somos autoridad, gobierno, y por eso exigimos respeto, no mandar fuerza pública a que cuiden, esos nos ha afectado mucho”.

Oto Higuita de Marcha Patriótica hace una lectura de los sectores urbanos. “Hay que pensar la ciudad desde los movimientos, hay que articular lo que está desarticulado. Las urbes están llenas de grupos de resistencia pero falta esa unión para pensar la ciudad”.

Yolima Bedoya de Congreso de los Pueblos habla de la importancia de la unidad. “Vemos que en este país hay tres escenarios fundamentales que se pueden articular, lo agrario, el tema de la paz y los procesos urbanos. Qué papel cumplimos las ciudades y los movimientos en la construcción de país”.
Elver Mora, del Copad, Chocó, cuenta cómo es el desplazamiento en su región. “Ha sido de una manera muy bestial. Desde el 96 para acá el Chocó esperaba con los brazos abiertos una respuesta del estado con los problemas sociales que veníamos viviendo, y por el contrario se dio un impulso al paramilitarismo hacia un desplazamiento forzado y violencia en el territorio, con la supuesta justificación de que se iba a combatir la guerrilla y el narcotráfico”.

Isabel Cristina Zuleta del movimiento Ríos vivos habla de la propuesta de un nuevo país. “La propuesta del movimiento es que la defensa de la autonomía se construye desde lo local. Para retomar el estado es necesario los procesos de unidad y articulación, nuestra propuesta no solo es un proceso de desarrollo endógeno en que las comunidades decidamos nuestro propio modelo de educación, respetando el medio ambiente, agroecología, que sepa que las formas de producción ancestrales están en consonancia con la vida, con la naturaleza”.

Y finalmente Luz Elena Ibarra, de la Mesa Interbarrial de desconectados, cuenta cómo ve el modelo de ciudad. “Para nosotros el modelo desde la institucionalidad es un modelo capitalista porque es excluyente, no cabemos las personas más pobres ni los sectores populares. Nos muestran una ciudad innovadora, pero en desigualdad, en expropiación”.
Después de esas intervenciones, que es necesario resaltar, ya que son representantes de los sectores sociales y tienen una visión clara de las problemáticas, y al mismo tiempo de las soluciones de cada comunidad, se dio un informe de lo que ha trabajado la MIA con el gobierno tanto nacional como departamental.

En Antioquia se ha avanzado en algunos aspectos como la salud, se logró que se tuviera una resolución de salud para las veredas más alejadas. Proyecto para viviendas de los que se movilizaron el año pasado. En cuanto a vías se hizo un listado de vías terciarias y secundarias, también de puentes que deben ser intervenidos y fue enviado al gobierno. El departamento se comprometió con apoyar el proceso de Zonas de Reserva Campesina. Se está discutiendo el papel del Incoder, ya que es corrupto y ha generado más problemas al campesino. En cuanto a la educación es dónde más dificultades se ha tenido porque el departamento no quiere acceder a los requerimientos que se le hace.

Ahora el papel de la MIA es hacer de veedora con todos los recursos que el estado va soltando y que sean legalmente ejecutados, sin que sean arrebatados a los que verdaderamente los necesitan, sino se cumple, invitan de nuevo a salir a las calles para ser escuchados.

Hubo un acto cultural y en la tarde se trabajó en las cinco mesas que estaban planteadas. 1) Ciudad –región, 2) modelo de despojo, 3) territorio, territorialidad y prácticas culturales, 4) organización popular y modelos alternativos de resistencia y 5) paz con justicia social. Cada mesa tenía unas preguntas orientadoras como guía para iniciar una discusión y así llegar a unas conclusiones.

Todas ellas coincidieron en la necesidad de articular las organizaciones, apoyar las agendas de movilización que se desarrollarán en todo el país. Fortalecer las asambleas constituyentes como un mecanismo de participación política, exigir la no criminalización y las garantías de las movilizaciones, el desmonte del Esmad, apoyo a los diálogos en la Habana, unificar agendas de trabajo, evitar la dependencia del Estado.

La Mesa 1 propone una transformación del PBOT e invita a que el 24 de febrero nos unamos al día en contra del Esmad y la militarización. Generación de espacios de intercambios productivos y artísticos entre el campo y la ciudad. Las universidades y líderes deben aportar en las propuestas metodológicas en la creación de educación popular.

La mesa 2 llega a la conclusión de que el estado es responsable de las problemáticas que generan los megaproyectos. Se exige que todos los proyectos que se pretendan desarrollar entren a consulta previa y se de acceso a toda la información que esté disponible sobre cualquier plan.

La mesa 3 habla del fortalecimiento de las zonas de reserva campesina. La mesa 4 propone que el 22 de febrero se realice un cacerolazo antes de ir a la Cumbre, paro nacional el 22 de abril y movilización el 14 de marzo, día mundial contra las represas. Y finalmente la mesa 5 propone que no haya el voto en blanco, porque es estar a favor de la oligarquía colombiana. Exigir el real cumplimiento a víctimas y su reparación. Es necesario plantear la libertad inmediata para los dirigentes campesinos y agrarios como Huber Ballesteros, Carlos Toloza y todos los que son presos políticos.

Al final de la tarde se notaba el cansancio en esos rostros, pero su alegría seguía y se percibía la esperanza en todas estas propuestas que, si el gobierno atiende, pueden representar un gran avance para lograr la unidad e igualdad que tanto se viene buscando hace años. Aquí se vio que todos estos sectores quieren caminar juntos y contribuir a crear un mejor país.