Aída Avella habla de la alianza con el Polo
“El frente amplio es la meta”
Una visión diferente del Estado y la construcción de una patria generosa y decente, dice la nueva fórmula vicepresidencial.
/ Jueves 20 de marzo de 2014
|
Se abre un nuevo capítulo de unidad de la izquierda colombiana. Dos mujeres que compartieron un pasado en la Unión Patriótica se reencuentran para dar un paso adelante en dirección de la unidad. Clara López será candidata presidencial y Aída Avella la acompañará en la vicepresidencia en un debate entre la guerra perpetua y la paz con cambios. Las nuevas coequiperas dicen tener un objetivo común: la paz con justicia social.
Aída Avella respondió a VOZ varias inquietudes respecto a este nuevo proceso de unidad.
–¿Cómo la Unión Patriótica da ese paso de unidad?
–Desde que llegué a Colombia, luego de varios años en el exilio, busqué a Clara López, para concretar acuerdos en torno a la posibilidad de construir una lista única de la izquierda para el Congreso de la República. Pero a pesar de mi insistencia, no se pudo llegar a nada en concreto. Un buen día Clara, a través de terceros, me buscó a ver qué posibilidades habían de un nuevo intento para la unidad y desde ese momento empiezan a escucharse las consideraciones, las opiniones, las valoraciones que finalmente llegan a un punto imposible pues debíamos inscribir nuestras candidaturas gracias a la premura de los tiempos exigidos por la Registraduría.
Pero no pararon allí los esfuerzos, seguimos conversando una semana más y tras escuchar nuevas opiniones para alcanzar una suerte de acuerdo con el ánimo de ser alternativa de poder para el país logramos ponernos de acuerdo en puntos nodales y firmamos con el respaldo de las direcciones de cada partido.
–¿Cómo se puede hacer la unidad con tan complejos antecedentes?
–Si hay una cosa complicada en la izquierda es la unidad, por lo que representan los diversos sectores. Claro, una unidad no puede contar con todos los consensos; es casi imposible pero hay que intentarlo. Contábamos con una ventaja y era que yo no había estado incursa en esas disputas de los últimos tiempos y no sabía que había tanto dolor fruto de las agresiones.
Pero no podíamos quedarnos ahí porque la vida política continúa mientras la derecha se alindera en la Unidad Nacional o en el Puro Centro Democrático. ¿Y nosotros? Diseminados por todas partes. Los grandes bloques políticos se agrupan y nosotros divididos. ¡Pues no! Había que tomar una decisión: nos unimos pese a todas las dificultades o seguimos totalmente entregados a la división.
–Voces escépticas dicen que lo que se produjo fue una adhesión. ¿Qué responde?
–No, no hay la menor posibilidad. Cada partido político en esta unidad conserva su autonomía. De hecho hasta en el tarjetón nuestra militancia va a poder votar por el logo de la UP y será un voto válido para la fórmula sin marcar el del Polo. Hay una cosa simple: nuestra identidad se va mantener intacta, nuestros planteamientos, nuestros temas centrales del programa de la UP.
–¿Y habrá consenso en el programa de gobierno?
–Como UP tenemos algunas propuestas que se van a enlazar con otros planteamientos del Polo en una especie de comisión de programa que construirá la propuesta final. Pero hemos sido insistentes: necesitamos que la gente nos ayude a construir el programa de gobierno de la mano de los sectores sociales. Los campesinos saben de la tierra, pues son ellos los que deben saber cómo es una política de Estado hacia ese sector. Esa es una manera muy actual para que la gente se comprometa con los temas pues son parte de sus propias ideas.
–¿Está satisfecha con la decisión?
–Sí. A pesar de las dificultades, el proceso de unidad entusiasma. Nunca es fácil el proceso de unidad pero no podemos dejar de intentarlo.
–¿Esa confianza tiene cimientos en los temas de paz, en la defensa del proceso de La Habana?
–Exacto, todo lo que tiene que ver con la paz lo compartimos y ahora eso es lo fundamental. Si no hay reformas sociales la paz no dura. La firma es el principio para la paz, lo siguiente es erradicar las causas del conflicto.
–¿Cómo evalúa el Polo la asamblea nacional constituyente?
–Están de acuerdo, lo que pasa es que tienen un temor válido: que con las reglas del juego electoral, el ventajismo y las mafias del voto se escoja una mayoría de extrema derecha y eso sería un retroceso para la paz.
–¿Qué otros temas hacen parte de este intento de unidad?
–Queremos que la gente reciba un mensaje diferente, un mensaje refrescante, que le llegue al ciudadano de a pie, a quien hace mercado, a quien se rebusca la vida en la calle, al campesino, al indígena, al afro, las mujeres trabajadoras o quienes desde el hogar trabajan. Queremos que los colombianos no vean a las mujeres de la izquierda como una clase rarísima que viene solo a buscar votos.
Queremos ser una clase política en permanente contacto con los ciudadanos explicando la necesidad de la asamblea nacional constituyente, de la renegociación de los TLC, del cambio del modelo económico o la discusión sobre la minería que deja regalías o mejor que nosotros le regalamos a las multinacionales.
–La veo con muchos medios de comunicación siguiéndole la pista. ¿Ya le han preguntado qué quiere hacer como fórmula vicepresidencial?
–Ganar las elecciones, gobernar para todos, cambiar el país. Mire, a mí que me pongan tareas: llevar agua potable a todos los municipios, veredas, corregimientos, llanuras, montañas, barrios, localidades, a todo el país. Pero también que me encarguen de la movilidad terrestre, aérea y fluvial. Quiero llevar a la práctica esos planes de gobierno de la UP que se quedaron huérfanos por la arremetida violenta contra nosotros.
Quiero hacer lo que en Arauquita encontramos en medio de nuestra gira por Colombia: la novedad era encontrar allí una carretera pavimentada en medio de la nada, pero la satisfacción es que efectivamente las había hecho la UP hace décadas y aún se mantienen, desde cuando fuimos gobierno local con Elsa Rojas. Todo eso es mucho trabajo, pero a mí me encanta trabajar.
–La Unión Patriótica dio el primer paso hacia un frente amplio.
–Yo creo que facilitamos las cosas. Aquí no pueden imperar criterios personales ante las necesidades del país. Esa decisión de unidad puede traer muchas diferencias, pero grandes retos para la madurez de la izquierda colombiana. El frente amplio es una meta a la que hay que llegar con muchos sectores, incluso aquellos que han depositado su voto en blanco en las últimas elecciones como voto protesta, o sectores que tradicionalmente no creen en la política y se abstienen de votar, pero también con el campesinado y los sectores sociales que están en movilización por sus reivindicaciones y por un mejor país.
-¿Qué viene? ¿Cómo conquistar esa abstención?
–Los politiqueros se han encargado de hacer la política sobre la lógica del mercado electoral. Nuestra fórmula es una visión diferente del Estado y la construcción de una patria generosa y decente. Cuando me tuve que exiliar deje aquí obreros de fábricas sindicalizados y luchando por sus derechos. Hoy que volví ya no encontré obreros, ni sindicatos y menos fábricas. Es un compromiso en la dirección de un mejor país. Invito a los progresistas y otros sectores de izquierda a sumarse a esta propuesta.