Organización Femenina Popular
36 años luchando por la libertad, la justicia social y de género
/ Domingo 20 de julio de 2008
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Proceso de organización, formación y movilización popular de mujeres de base.
Nosotras, las mujeres de la Organización Femenina Popular, hace 36 años estamos luchando contra la opresión, la dominación, la explotación, la guerra, las injusticias y contra todas las violencias que sufre nuestro pueblo y en particular para denunciar la violación a nuestros derechos humanos y la discriminación a la que hemos sido sometidas por el hecho de ser mujeres.
Con nuestras luchas nació esta organización cuya opción somos nosotras mismas, mujeres populares: campesinas, amas de casa, trabajadoras domesticas, obreras, maestras, estudiantes, desplazadas por la violencia, destechadas, desempleadas, mujeres víctimas del sistema patriarcal y todas sus violencias: la violencia económica, social, política, sexual y cultural.
Entendemos el patriarcado como el sistema de opresión hacia las mujeres y al capitalismo como el sistema de explotación de una inmensa mayoría de mujeres y de hombres por parte de una minoría “dueña” de los medios de producción.
Estos sistemas se fortalecen mutuamente y se expresan en colonialismo, imperialismo, esclavismo, racismo, sexismo, misoginia (odio a las mujeres), xenofobia (odio a los migrantes), homofobia (odio a las lesbianas y a los homosexuales), es decir en explotación de una clase minoritaria (los ricos) sobre las clases trabajadoras y campesinas que constituimos la inmensa mayoría y entre esa mayoría, las mujeres somos más de la mitad. Estos dos sistemas impiden a las mujeres y a los hombres ser libres. Generan pobreza, miseria, exclusión, violan los derechos humanos, particularmente los de las mujeres y ponen la humanidad y al planeta en peligro.
Las mujeres constituimos más de la mitad de la humanidad. Nosotras damos la vida, trabajamos, amamos, creamos, luchamos, resistimos, tejemos y reconstruimos tejido social; actualmente garantizamos la mayoría de las tareas esenciales para la vida y la preservación de la humanidad. Sin embargo, nuestra situación y posición en la sociedad permanece subvalorada e invisibilizada.
A lo largo de estos 36 años hemos construido este espacio para la libertad, la autonomía, la civilidad, la solidaridad, la organización; para la construcción de un mundo donde la diversidad sexual y cultural sea una ventaja y no la razón de la exclusión y la violencia, donde la palabra, los cantos y los sueños florezcan, para hacer realidad un mundo que eliminará las desigualdades, la explotación y considerará a la persona humana y su dignidad como las más preciadas de las riquezas, un mundo que, con nuestra fuerza, estamos construyendo.
Porque otro mundo es posible, otro mundo donde la explotación, la opresión, la intolerancia y las exclusiones, la guerra y las violencias, no existan más; donde la diversidad, los derechos y libertades de todas y todos sean respetados y garantizados como debe ser por el estado.
En busca de la verdadera independencia con gritos de libertad, para todas las mujeres y los hombres. Este nuevo grito de libertad, que venimos construyendo con todas las mujeres, de la región Magdalena Medio, en los municipios de Barrancabermeja, Yondó, Puerto Wilches, San Pablo, Cantagallo, Morales, Santa Rosa, Tiquisio; y con las nuevas generaciones de mujeres de otras zonas del país, como son Bogotá, Neiva, Nariño, Cartagena, y a partir de la nueva realidad surgida después de las amenazas y hostigamientos por parte del Establecimiento y sus paramilitares a nuestra compañera coordinadora nacional, llegamos a la capital del departamento de Santander, Bucaramanga.
Lograr gritos de libertad no es fácil, pero tampoco imposible. En nuestro país, Colombia, vivimos uno de los momentos políticos y sociales más difíciles, pues el gobierno, a cuya cabeza se encuentra el señor Álvaro Uribe, se ha empeñado en reducir lo poco de democracia que teníamos como nación. A través de su política mal llamada de “seguridad democrática” lo que ha hecho es aumentar el presupuesto para la guerra y las fuerzas represivas del estado, dejando de lado las garantías a los derechos fundamentales de las personas, violando los derechos a la vida, a la libertad, a la dignidad de millones de colombianas y colombianos a quienes se les niegan todos los derechos económicos, sociales, culturales, ambientales, civiles y políticos.
Este gobierno niega el conflicto, ha garantizado la impunidad para criminales de guerra y de lesa humanidad como son los integrantes de grupos paramilitares quienes ahora, supuestamente desmovilizados, continúan violando los derechos humanos de miles de personas humildes. A estos criminales se les otorgan beneficios políticos, económicos y sociales, mientras a sus víctimas se les niegan sus derechos a la reconstrucción de la memoria, a la verdad, la justicia y la reparación integral. Todo esto acompañado de una gran estrategia mediática a favor del Establecimiento que lo que hace es manipular y engañar al pueblo colombiano dejando en el olvido a miles y miles de víctimas del estado y sus paramilitares.
Es altamente conocido el gobierno de Uribe como el gobierno dedicado a privatizar todas las empresas estatales, y por consiguiente a arrebatarnos cualquier derecho que teníamos como resultado de nuestras antiguas luchas populares y sindicales.
La implantación de estos tipos de gobierno, capitalistas neoliberales y guerreristas, como el de nuestro país, necesariamente implican cambios en las dinámicas sociales. Éstas han variado, pues la violación masiva y sistemática de nuestros derechos nos obliga a implementar y experimentar nuevas formas de hacer, de organizarnos para resistir y hacerle frente a la dominación.
La Organización Femenina Popular, también durante estos 36 años ha definido sus propios cambios, cambios que corresponden a estrategias y metodologías más no a los principios y a nuestras apuestas políticas. Hemos ido de la ciudad a la región, y de la región a la nación entera, de la nación a lo internacional. El Movimiento Social de Mujeres Contra la Guerra y por la Paz es una propuesta política que nació como propuesta propia, se abre a construir y a dimensionar con otras y otros, siendo así hoy una propuesta desde las mujeres para el país en búsqueda de construir nación y reafirmando que otro mundo es posible. La Organización Femenina Popular es una organización que propone soluciones desde lo político-social. Nosotras, en nuestro nuevo aniversario, continuamos creciendo y cambiando para crear nuestro momento político y no dejarnos absorber por aquel que otros crean, ni dejar de luchar por nuestros propósitos e ideales.
Hoy aprovechamos este nuevo cumpleaños para hacer el lanzamiento de una nueva estrategia política de trabajo, se trata del Observatorio de los Derechos Humanos de las Mujeres, porque las mujeres colombianas continuamos siendo violentadas en todos y cada uno de nuestros espacios vitales, públicos y privados, porque hoy somos las más pobres entre los pobres, porque somos las mayormente afectadas por el desplazamiento forzado, porque la mayor parte de las mujeres somos víctimas, porque nosotras reclamamos la verdad, la justicia y la reparación, porque a las mujeres también nos han arrebatado el territorio, porque nosotras hemos resistido, hemos buscado a los desaparecidos, los secuestrados, hemos enterrado nuestros hijos e hijas, nuestros vecinos, porque nuestros vientres reclaman la vida, porque hemos vivido la violencia sexual y la violencia intrafamiliar, porque vivimos el desempleo, la discriminación salarial y sexual, porque vivimos la violación a nuestros derechos sexuales y reproductivos. Las negaciones son el pan de cada día para aquellas mujeres que no hacemos parte del poder.
“¿Para qué un observatorio de derechos humanos de las mujeres?”, se preguntaran muchos, “si en las regiones donde tenemos trabajo hay varias organizaciones que tienen observatorios, pero además existen varias oficinas de organismos internacionales encargados de observar, monitorear y hacerle seguimiento a la situación de los derechos humanos en el país”. Todo ello es cierto, pero también es cierto que la violación a nuestros derechos humanos como mujeres, sus causas y consecuencias no son visibilizadas, denunciadas ni analizadas desde una perspectiva de género que permita la comprensión más amplia del fenómeno de las violencias que se ejercen contra las mujeres con miras a lograr prevenir, investigar, sancionar y erradicar las violaciones a los derechos humanos de las mujeres.
Por ejemplo, el despojo del territorio en donde la estrategia del desplazamiento es un flagelo que nosotras las mujeres vivimos hoy, más en solitario y callado, porque hay mas temores y miedos. El Observatorio de Derechos Humanos de las Mujeres, de la Organización Femenina Popular, va a observar las violencias contra las mujeres con ojos y sueños de mujer. No sólo queremos denunciar, sino que queremos continuar acompañando a las mujeres en sus búsquedas para que sus derechos se hagan realidad, para que nosotras mismas aprendamos a documentar, para empoderarnos como sujetas políticas y de derechos.
Nuestro Observatorio de Derechos Humanos de las Mujeres será nuestra experiencia específica, resultado de los años acumulados en nuestro trabajo.
El Observatorio de Derechos Humanos de las Mujeres, de la Organización Femenina Popular, es una apuesta de comunicación y educación popular, generará acompañamiento jurídico y psicológico a las mujeres víctimas, para que todas seamos vigías permanentes de nuestros derechos; se constituirá en uno de los mecanismos de formación y denuncia para hacerle seguimiento a la implementación y cumplimiento de los tratados, recomendaciones, pactos, protocolos internacionales, constitución política de Colombia, leyes y políticas públicas que protegen, garantizan y promueven los derechos humanos de las mujeres y a los que el gobierno está obligado.
Nuestro observatorio será una pieza fundamental en la reconstrucción de la memoria de mujer y territorio, queremos hacer del Observatorio de Derechos Humanos de las Mujeres no sólo una experiencia de tipo metodológico, sino una vivencia real por el mejoramiento de los derechos humanos de las mujeres. Soñamos siempre que los aciertos en derechos humanos sean muchos mayores que las denuncias que tengamos que hacer. Y aspiramos a que el movimiento social de mujeres contra la guerra y por la paz logre por medio del Observatorio de Derechos Humanos de las Mujeres hacer realidad nuestro grito de libertad:
¡Las mujeres no parimos ni forjamos hijos e hijas para la guerra!