Acerca de la cacería de brujas o de la alianza estratégica: Colombia-España-Estados Unidos
/ Lunes 4 de agosto de 2008
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La onda expansiva de la represión política del estado colombiano ha llegado al reino de España con la detención de la ciudadana española Remedios García Albert, acusada de representar en Europa a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).
El domingo 27 de julio toda la prensa falsimedia de España informaba sobre su detención en San Lorenzo del Escorial (Madrid) por agentes de la Comisaría General de Información, “como responsable máxima de las FARC para Europa, bajo las órdenes directas del dirigente guerrillero Raúl Reyes”. “Su labor principal -añade el diario El País– era captación de fondos y ayudas políticas a favor de las FARC en Europa. Encubría su actividad a través de su vinculación con ONG de ayuda a Asia, África y América Latina, como Ospaaal”. Su detención por los órganos represivos del estado español estaría justificada, según el órgano periodístico del Grupo Prisa, pues “se ciñe exclusivamente a su papel delictivo contra la seguridad del estado de Colombia”.
Se ha llegado a hablar inclusive de una potencial extradición de la ciudadana española a Colombia.
Lo significativo de esta actuación policial y judicial no es que le hayan sido formulados los cargos de colaboración o integración con banda armada, a lo que estamos acostumbrados en el sacro reino borbónico con las detenciones de los independentistas vascos, sino que haya sido detenida y enjuiciada una ciudadana de nacionalidad española, en territorio español y con la participación conjunta de los fiscales de Colombia y España, bajo la acusación de conspirar contra la seguridad del estado colombiano. Más grave aún si, como se anuncia por los medios oficiosos de la represión, emprendería España la vía de la execrable extradición, instrumento utilizado políticamente por el gobierno espurio y tiránico de Colombia para entregar a las fuerzas de seguridad de los Estados Unidos a destacados dirigentes de la insurgencia guerrillera para ser juzgados por sus tribunales, acusados infamemente de delitos inexistentes.
Esta actuación policial llevada a cabo por los cuerpos de seguridad española en entendimiento con sus homólogos del estado colombiano no es un hecho puntual en las relaciones bilaterales de los gobiernos de España y Colombia. Por el contrario, su fuente, contenido y alcance ha de buscarse en el pacto tripartito de carácter estratégico, sellado por los estados de Colombia, España y Estados Unidos de Norteamérica, a mediados del año 2005 en Washington, para la persecución política extraterritorial de ciudadanos de uno y otro estado.
Por aquella época, el entonces ministro de Justicia español Juan Fernando López Aguilar, tras entrevistarse en esa ciudad con los fiscales generales de Estados Unidos y de Colombia y con el director del FBI, Robert Müller, anunció el lanzamiento de “un eje tripartito, triangular, de cooperación antiterrorista entre España, Estados Unidos y Colombia”, porque "los tres países tienen la misma prioridad y determinación contra el terror". “Nos ponemos –manifestó- enteramente a disposición de nuestro aliado estratégico en esta lucha para el refuerzo de la cooperación y aportamos el activo de España en otras esferas, como en norte de África y, sobre todo, el ámbito latinoamericano”. (El País, edición del 7 de mayo de 2005).
Hace apenas un par de meses la prensa, falsimedia, en página y columna discretas informaba sobre los acuerdos entre el gobierno de España y el de Colombia para intercambiar agentes de seguridad especializados en la lucha “antiterrorista”.
En el mes de junio de este año, en la visita que hacía Moratinos al gobierno, en Cali, Uribe Vélez pedía al gobierno español que “nos siga ayudando a fin que los grupos terroristas no encuentren refugio en parte alguna”. Hicimos, decía Uribe, “una nueva evaluación de la política de seguridad democrática, los desmovilizados”.
Se ha puesto en movimiento, pues, con inusitada diligencia, uno de los tentáculos de la alianza siniestra, en este caso el español, evidenciando, aunque con equivocación de diana, que los intereses económicos de la oligarquía colombiana y del imperialismo de los Estados Unidos, España y Europa, se protegen mutuamente ante sus “comunes enemigos” a lo largo y ancho de la dispersa geografía de los dos continentes, usando el mismo discurso y los mismos métodos.
Las jurisdicciones territoriales de los tres estados, aliados estratégicos en la lucha contra el “terrorismo” de las FARC-EP y el ELN, han borrado sus fronteras. Se ha instaurado un único corredor, sin límites, por donde pueden, libremente y con inmunidad, especializados agentes secretos, jueces inquisidores y mastines de la alianza tripartita perseguir y apresar a pretendidos activistas de la insurgencia colombiana, para prevenir y preservar el imperio de sus intereses económicos asociados, amenazados en la humillada Colombia. “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”. Y, como en el Evangelio, la alianza estratégica represora se ha hecho carne y habita entre nosotros en España.
Lo más monstruoso de este incidente es que la ciudadana española Remedios García Albert ha sido puesta, sin el más mínimo respeto a su dignidad, ni a su seguridad –sin mencionar la falacia judicial de la presunción de inocencia-, en la ergástula de los medios de difusión del oligopolio español acá y acullá, en Colombia y en España, difundiendo profusamente su imagen, su vida íntima, su lugar de residencia visto desde todos los ángulos de entrada al edificio y de acceso al piso; hasta de su buzón de correo, pudiendo el sicario encargado por las “Aguilas Negras” paramilitares atentar fácil e impunemente contra la integridad física de la víctima.
Con bombo y platillos los más encarnizados voceros de la alianza estratégica trilateral han dado oficialmente el pistoletazo de salida a una febril campaña de cacería en España y Europa a los que consideran agentes de la subversión “terrorista” de las FARC_EP, empezando a señalarlos desde ya con sus nombres y lugares de residencia y de trabajo. Los próximos capítulos, a imagen y semejanza de los GAL, nos darán cuenta de las víctimas. Y en este continente europeo, ojalá no asistamos al fenómeno de los “desaparecidos”, como en las mejores épocas en que las policías de Alemania y de Persia, también en concertación aliada, “desaparecían”, en territorio alemán, a los disidentes y conspiradores contra la satrapía del Sha de Persia.
¡A los colombianos en el exterior¡: Queda prohibida y criminalizada toda opinión, toda expresión verbal, escrita o difundida por cualquier otro medio; toda movilización o acto de protesta contra la tiranía narco paramilitar del gobierno de Uribe Vélez, privilegiado aliado “iberoamericano” del reino de España y de los Estados Unidos. Prohibido a los colombianos, a los españoles o extranjeros residentes en España cualquier expresión en favor de la independencia, la libertad y la soberanía de Colombia; contra los crímenes de estado del gobierno colombiano, contra los abominables crímenes de “desaparición” de ciudadanos, tortura, asesinatos, detenciones colectivas e indiscriminadas y despojo al campesinado pobre de sus tierras, propiciados o tolerados por el régimen de “seguridad democrática” de Uribe Vélez.
Entre tanto, el emporio periodístico español Prisa, con privilegiado acceso a los tétricos organismos secretos del estado colombiano, de lo cual se precia públicamente; dueña de la importante cadena radial colombiana Caracol y de casi toda la prensa regional, cumple la tarea trazada por el oligopolio nacional y extranjero, de desinformación, contra información, tergiversación, de mentira y engaño a la opinión pública de Colombia, España y Europa sobre la espantosa realidad del pueblo colombiano, guardando cómplice silencio ante los sólidos lazos del estado y el gobierno de Uribe Vélez con la criminal actividad política, económica y militar del paramilitarismo, cuya desmovilización ha sido una farsa, denunciada profusamente por todas las instituciones valedoras de los derechos humanos.
Formando el frente común de la infamia y cumpliendo idéntica tarea también habita en Colombia el Grupo Planeta, primer grupo editorial español y séptimo del mundo, privilegiado por la compra del 55% de las acciones del diario El Tiempo, órgano periodístico de mayor circulación en ese país, a la familia Santos, la Casa Santos, a la que pertenece el ministro de Defensa Juan Manuel Santos Calderón, propulsor y defensor feroz de la guerra de exterminio decretada contra toda expresión de protesta popular, y primero en la corte de “Uribe I El Grande”, así proclamado por el diario El País en destacada página y con gruesos titulares en su edición del pasado 13 de julio. Dicho grupo tiene adquirido, así mismo, el 40% del tercer canal de televisión de la nación, City TV, enriqueciendo así su presencia e influencia en la opinión pública colombiana.
El reino de España, dejando de lado consideraciones humanas y moralistas que tanto le preocupan cuando se refiere a los derechos humanos de otros países, recibe triunfalmente a “Uribe I El Grande” cada vez que éste se acerca a estos lares a negociar por pedazos la soberanía colombiana. No puede ser de otra manera. Crecen las inversiones de España en Colombia, que ya son descomunales y copan casi de manera monopolista todas las actividades económicas del país.
La más reciente inversión ha sido la de Cepsa, que acaba de adquirir a Hupercol Caracas LLC, con una inversión estimada en 600 millones de euros, los derechos de exploración y producción del bloque Caracara, situado en la cuenca de los Llanos Orientales de Colombia, con una reserva de 40 millones de barriles de crudo. La producción de Cepsa en Colombia ascendió durante el pasado año a 253 mil barriles, con reservas atribuidas y custodiadas por el régimen, de un millón de barriles. En Colombia la petrolera cuenta actualmente con ocho contratos de exploración, localizados en el valle superior y medio del río Magdalena y en la cuenca de los Llanos. La mayoría de los proyectos son operados por la petrolera española (El País- 25 de marzo de 2008).
Invito al lector a fijar luego su lectura en el Apéndice a mi artículo, que reproduce una publicación del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio del Estado español. Presenta la visión general de un panorama del más crudo neocolonialismo español y una soberanía nacional colombiana vendida, cautiva y desolada.
La esclavitud y la servidumbre, de negros e indígenas, dieron durante la Colonia esplendor económico a España. Los curas se encargaban de los funerales y el enterrador de las mirladas de fosas de tierra, improvisadas. El “nuevo desembarco”, como ellos denominan sin rubor, amenaza o ha desalojado ya a la oligarquía criolla de la banca, industria, comercio y servicios, reduciéndolos a simples serviles socios menores, con pérdida creciente de su capacidad política nacional decisoria; somete, a su vez, a los trabajadores colombianos a una exacerbada explotación de su fuerza de trabajo, encadenándolos a los incontrolables planes de competitividad y productividad trazados por sus nuevos amos conquistadores desde la metrópoli, y a tener que compensar, con una aún mayor sobreexplotación de su fuerza productiva, las constantes crisis periódicas propias del sistema capitalista, que afectan en unas ocasiones la economía y el bienestar particular de los países inversores o al conjunto de la economía mundial, como en la actualidad.
Un monarca de la naturaleza de Uribe Vélez no tiene desperdicio. Por su importancia en la estrategia económica española, Uribe es al reino de España, lo que el rey de Arabia Saudí a los Estados Unidos de Norteamérica, guardadas proporciones. Quizás por eso esperan alborozados su segunda reelección y han decidido inaugurar su dinastía: “Uribe I El Grande”. Estaba pensando que hay gente en el mundo que blanquea capitales. Otros estados blanquean criminales.
Noticias
16/04/08 El Tiempo
Durante los últimos diez años se han invertido en el país 7.837 millones de dólares provenientes de España. El promedio anual de los desembolsos ibéricos podría duplicarse en el 2008.
Tras 11 años de oleada española, que se inició con la llegada de empresas como Endesa, Gas Natural y BBVA, la inversión de ese país en Colombia se mantiene en promedios anuales cercanos a los 800 millones de dólares y promete duplicarse en el 2008.
El año pasado, la inversión de España se consolidó como la más grande después de la estadounidense. Según el embajador Andrés Collado, en el territorio nacional ya hay 110 compañías de su país, que en la última década han invertido 7.837 millones de dólares.
El diplomático cree que el promedio de los desembolsos puede doblarse este año si se incluye la compra de Hupecol LLC (Estados Unidos) por la compañía energética Cepsa, en 920 millones de dólares. Con esa transacción, Cepsa se haría con el 70% del contrato de reservas de petróleo del bloque Caracara, en los Llanos Orientales.
Aunque ya tiene ocho contratos en el Magdalena Medio y los Llanos, la mayoría como operador, la adquisición de Caracara le daría a Cepsa más visibilidad en Colombia, a la que considera una de las bases de su crecimiento.
Para el presidente local de BBVA, Óscar Cabrera, Colombia es una nación joven, con centros urbanos distribuidos como polos de desarrollo, lo que significa grandes oportunidades. "El país se ha convertido en un destino estratégico para la inversión", asegura.
Este año, el banco español invertirá 281.900 millones de pesos en el desarrollo de sus planes, el doble de lo desembolsado en el 2006.
Detrás de las grandes compañías ibéricas han llegado o esperan venir otras. Una de ellas es Unísono Soluciones de Negocio, especializada en la atención al cliente. Generó 600 empleos e invirtió unos tres millones de dólares.
La directora general de Unísono, María del Pino Velásquez, dice que se animaron a ’cruzar el charco’ por la excelente formación de los agentes colombianos, la seguridad jurídica y la óptima infraestructura de comunicaciones.
Otra que desempacó maletas fue la consultora Villafañe & Asociados, que abrió su primera oficina en el exterior. Su presidente, Justo Villafañe, contó que aunque la empresa no atenderá solamente a firmas de su país, estas sí constituirán una parte importante de la clientela.
Una de las razones que consideró la firma para venir fue el crecimiento de la economía colombiana frente a los de otros países de la región.
En cuanto al sector de la construcción, el grupo inmobiliario Geconsa planea construir viviendas financiadas por el sistema financiero y cooperativo español, mientras que la Inmobiliaria La Calve desarrolla un proyecto en Popayán. También entrarían al país Fincas Corral Servicing Inmuebles y la aerolínea Gadair European Airlines.
US$ 920 millones (1,65 billones de pesos) pagaría la energética Cepsa por la petrolera estadounidense Hupecol LLC, dueña del 70% del bloque Caracara, en los Llanos.
"Una de las principales razones para habernos establecido en Colombia es que allí hay empresarios con un alto nivel de formación". Justo Villafañe, presidente de la consultora Villafañe & Asociados.
Hace 11 años comenzó una oleada de inversión española en el continente, bautizada entonces por algunos medios como ’La reconquista’. Grandes compañías del país europeo se hicieron a la mitad de grandes empresas criollas, como Codensa y Emgesa, que nacieron de la escisión de la Empresa de Energía de Bogotá (EEB). En el sistema financiero, para citar solo algunos casos, tomaron control de Bancoquia (hoy Banco Santander) y el Banco Ganadero (BBVA).
Gas Natural tiene actualmente 1,2 millones clientes y una red de 10 mil kilómetros, mientras que Codensa es la empresa distribuidora de energía más grande de Colombia y atiende más de la quinta parte de la demanda nacional. Emgesa es la primera generadora de energía del país, con el 22,3% del total.
Unión Fenosa tomó las riendas de Epsa y luego las de Electricaribe y Electrocosta. Telefónica, las de BellSouth Colombia (hoy Telefónica Móviles Colombia-Movistar) y la empresa de servicios de telecomunicaciones Rey Moreno, además de crear la firma de atención telefónica Atento Colombia.
A principios de este siglo los españoles tomaron Telecom, la joya de la corona, y desembarcaron las marcas de ropa Zara y Mango.
La creación de Danone Alquería el año pasado se hizo con aportes mayoritariamente ibéricos y, en menor cuantía, franceses. Cabe recordar que la compañía de lácteos fue fundada por un español.
También en el 2007, el grupo editorial Planeta entró como accionista mayoritario de la Casa Editorial El Tiempo y se hizo dueño del 40% del canal Citytv.
Por último, la compañía Pluralsys Ivesur anunció una inversión de 120 mil millones de pesos para abrir varios centros de diagnóstico. Su gerente local, Jaime Alberto Duque, sostiene que el futuro de este tipo de negocios es promisorio, aun cuando falta trabajo de las autoridades para hacer cumplir las leyes.