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EMGESA desalojó a campesina anciana de su casa en El Quimbo
 

Sin una explicación valedera o que justificara la salida de su predio, ubicado en el sector de El Balseadero, a orillas del río Magdalena, se cumplió por orden Emgesa el desalojo y destrucción de la casa de la señora Amelia Castro, de 91 años de edad, quien ha vivido siempre en el sector, e incluso, ha permanecido varios meses viendo las acciones para el viaducto que se construye en la zona.

Doña Amelia a su edad esperaba terminar su vida en su hogar. “Lo que no nos imaginamos es que de una manera de atropello y sin informarnos a los hijos y familiares tomaran semejante determinación, cuando estamos definiendo una sucesión. Y sobre todo que lo hicieron fue el sábado, a las 7:00 p.m., cuando nadie sabía, y confiamos en que ella estuviera en su casa, porque no nos han dicho cómo es que la van a compensar o dónde la iban a reubicar”, dijo su hijo Pedro Fernández Castro.

Días después de conocida la noticia del desalojo y destrucción de los bienes de DOÑA AMELIA CASTRO, anciana de 91 años, quien permanecía en su predio en el Balseadero del municipio de Agrado, resistiendo por la defensa de su vida y su territorio amenazado por Emgesa, apareció como un fantasma, una persona de nombre Fabiola Castillo quien se identifica como protectora de los Derechos Humanos, comisionada de la vicepresidencia de la República.

Cuando se esperaba un pronunciamiento por el crimen de Emgesa perpetrado contra Doña Amelia Castro, asida de la mano de Camilo Castrillón funcionario de la compañía y el procurador agrario de apellido Tafur, sorprendió a afectados por el Quimbo del Corregimiento de la Jagua, que protegen del saqueo del patrimonio arqueológico por parte de EMGESA, al persuadirlos de acercarse al despacho de la transnacional en el municipio de Garzón a censarse como lo pretende Emgesa desacatando la Sentencia T 135 de la Corte Constitucional.

Los campesinos de inmediato intuyeron que se trataba de un pésimo presagio de esta ave de mal agüero que en el pasado, engañó a jornaleros y mayordomos de la Vereda de la Honda de Gigante para que desalojaran sus tierras con el falso compromiso de garantizarles que Emgesa los compensaría sin afectarles sus legítimos derechos.

Como en una ‘Crónica de una muerte anunciada’, los campesinos fueron convocados al recinto de la Alcaldía de Garzón, el viernes 9 de mayo a las cinco de la tarde. Los esperaban el Señor Alcalde, su Secretario de Educación y Cultura, Camilo Castrillón de Emgesa y sus tinterillos, acompañados por el Capitán de la Policía del Municipio y el Coronel del Batallón Pigoanza de garzón al momento que observaban helicópteros que volaban como gallinazos disparando bombas de aturdimiento y gases lacrimógenos contra los campesinos que protestan contra los Tratados de Libre Comercio y por la defensa de la Seguridad Alimentaria.

Castrillón a nombre de la confianza inversionista y la seguridad democrática, al mejor estilo del ‘embrujo autoritario’ anunció que deberían censarse como lo ordena Emgesa como si se tratara de un listado de ‘judios’ próximos a ser conducidos a las cámaras hitlerianas de gas de Auschwitz.

Los campesinos reafirmaron su convicción de defender su territorio y regresaron al lugar donde protegen nuestros bienes públicos, sin sentir miedo ante la amenaza de volver a ser desalojados a cualquier hora de la noche como lo hicieron con la digna anciana de 91 años que con su ejemplo nos enseñó cómo se defiende la vida y el territorio dignamente.