Asociación Campesina del Catatumbo
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De los Comuneros a las Cumbre Agraria
Consulta Previa a comunidades campesinas y territorios interculturales dan sus primeros pasos en el Catatumbo
Carlos Eduardo Olaya Díaz / Miércoles 14 de mayo de 2014
 

A finales del siglo XVIII, la Nueva Granada convulsionaba con la Insurrección de los Comuneros, suceso cuyo significado ha sido ampliamente discutido; aunque no ha sido negado el legado histórico de dicho momento en que se unieron indígenas, negros, campesinos, artesanos, entre otros, en contra de la Colonia Española, como preludio de la Independencia. Más de dos siglos después, las diferentes expresiones populares del campo colombiano se manifestaron juntas en un grito de unidad: la Cumbre Agraria Campesina, Étnica y Popular. Un renacer de dicho legado de resistencia y dignidad, que se propone a no desfallecer ante los distintos obstáculos que oponen los que buscan dividir para dominar.

De dicho resurgir nascieron acuerdos para la acción conjunta como lo es un segundo Paro Nacional Agrario, acompañado de un enriquecido Pliego de Exigencias. Sin embargo, y conscientes de que ello es un inmenso avance, hay que ser conscientes de la necesidad de llenar de contenido las propuestas de dicho espacio. Entre ellas contamos las que queremos resaltar en esta nota: la ampliación de la consulta previa a comunidades campesinas y el reconocimiento de territorios interculturales, como figura de ordenamiento territorial; propuestas que ya han empezado a trabajarse.

Los primeros pasos

En la región del Catatumbo, más concretamente en la Cooperativa Saphadana situada en al nororiente del municipio de Convención – Norte de Santander, se realizó la primera Consulta Previa para Comunidades Campesinas, desde la Asociación Campesina del Catatumbo -ASCAMCAT- los días 24 y 25 de abril; ello con el fin de avanzar en una propuesta de territorios interculturales, y así empezar a suscitar el diálogo con el Pueblo Barí, y con las distintas organizaciones con las que comparten el territorio.

Es un territorio al que ha sido relegado el Pueblo Barí después de siglos de dominación y despojo por parte de la Colonia Española, las distintas bonanzas después de la Independencia, y los diversos procesos de colonización. Paralelamente, es una región que ha albergado diferentes comunidades campesinas de tradición colona, condenadas a similares condiciones de violencia y exclusión. Ambas han sido afectadas por la llegada del paramilitarismo a la región, y ahora por los intereses de la agroindustria de los megaproyectos de extracción minera.

Por ello, es un espacio en el que comparten cotidianamente comunidades de culturas diversas, en donde no faltan las divergencias y convergencias; pescan del mismo río, comparten en el mismo caserío, y hasta llegan a formar familia entre ellos. Así como hay conflictos por incumplimiento de reglas de convivencia, y por la falta de discusión de éstas, como la prohibición de construir un parque comunitario para niños, y de mejorar las vías y las viviendas.

En la región, ya han existido proyectos antecedentes de solidaridad y cooperación entre indígenas y campesinos que han quedado en la memoria colectiva de sus habitantes. ASOCOOPBARÍ fue una de dichas experiencias, en la que indígenas y campesinos trabajaban en conjunto, sobre todo para la producción e intercambio coordinado de mercancías; que brindaba una extensa gama de servicios contando por ejemplo con tiendas comunitarias. Expresión que fue finalmente destruida por la llegada del paramilitarismo a la región.
Un mandato y un legado.

El resultado de la Consulta hecha por ASCAMCAT, es un Mandato por parte de comunidades de cinco veredas y tres comités regionales de mujeres, obreros y bogas; que reconoce las necesidad de un diálogo en torno a la figura del territorio intercultural, que permita la coexistencia de diversas formas de propiedad, la participación conjunta en las decisiones y la primacía del buen vivir. Afirmando además, que los roces han sido producto de diferentes conflictos que azotan a la región, que junto a las políticas estatales, han dividido a los Barí y a los campesinos en las propuestas de Resguardo y Zona de Reserva Campesina; desconociendo la mutua convivencia de las comunidades, mientras se van abriendo las puertas para la intervención de megaproyectos para la extracción de carbón y el cultivo de palma aceitera.

Experiencia que sirvió de antesala para el inicio del segundo Gran Paro Agrario, que va despejando el camino para el trabajo conjunto entre los pueblos, juntando las necesidades y las potencias comunes para llegar a un nuevo momento histórico y continuar con el legado que dejaron los Comuneros ya hace más de dos siglos.