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La Fifa, una dictadura mundial
Pazífico Noticias / Jueves 26 de junio de 2014
 

La Federación Internacional de Fútbol Asociado, Fifa, todo lo determina, hasta si un jugador como Farid Mondragón se puede tomar fotos con sus hijos al batir un récord o no. Su poder económico gigantesco lo determina todo, hasta a los gobiernos de los países del mundo, cuyas constituciones de nada valen ante la imposición de sus propias normas. Así, la Fifa es una transnacional del fútbol destinada a usufructuar el mayor espectáculo periódico del orbe, a costa de la miseria de los pueblos en las naciones escogidas, las cuales tardan décadas en cancelar las deudas que contraen en la construcción de nuevos estadios, implementación de ejércitos de seguridad y puesta en marcha de obras de infraestructuras en las ciudades sedes, muchas de las cuales luego no cumplen función alguna. Y todo ello, para beneficio de una veintena de grandes monopolios económicos que están detrás de la Federación, como Coca Cola, Hyundai o Adidas. Esta es la otra cara del Mundial de Fútbol, la que los grandes medios no quieren o les da miedo mostrar.

Los costos del Mundial del Brasil son astronómicos y se calculan en 11.520 millones de dólares. Ellos han obligado a un enorme endeudamiento del Gobierno de ese país y originado multitudinarias protestas en muchas de las ciudades sedes, que los medios masivos internacionales han silenciado. Solo algunos medios alternativos lo denuncian, como este.

Marco Antonio Garcés es un experimentado periodista deportivo caleño que conoce muy bien los procedimientos férreos de la Fifa, que dificultan también el libre ejercicio de la reportería en los estadios.

La Fifa es monopolio y gendarme del fútbol internacional al que se someten los gobiernos que se pelean sus mundiales y no atienden los reclamos de los pueblos que exigen más inversión en salud, educación y empleo, y menos gastos en beneficio de la Federación y sus patrocinadores. Tal vez cuando grandes, los niños de Farid, que no se pudieron tomar la foto con su padre en la cancha de Cuiabá, donde ayer Colombia goleó a Japón, puedan ver mundiales diferentes, menos excluyentes.


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