Hace casi 30 años, gracias a la cooperación entre la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI) y la ONG holandesa Solidaridad, se lanzaba el primer sello nacional de comercio justo (Max Havelaar-Holanda). A partir de esa experiencia, los productores(as) de diferentes países del mundo, comenzamos una lucha para crear un sistema de comercio justo que nos ayudara a salir de la pobreza y a lucha en contra de todas las desigualdades.

En 1997, gracias a los esfuerzos conjuntos de todas las iniciativas nacionales de certificación, logramos la constitución de la Fairtrade Labelling Organizations International (FLO, actualmente Fairtrade International); sin embargo, en ese entonces, los productores no fuimos considerados miembros codueños del sistema. A pesar de ello, iniciamos y aportamos a la creación de la marca internacional Fairtrade (2002) que ha tenido un impacto positivo y muy significativo tanto en nuestras organizaciones de productores y para las vidas de nuestras familias, como para el desarrollo de nuestras comunidades. Asimismo, años más tarde (2006), también logramos lanzar un símbolo propio de diferenciación de pequeños productores (Símbolo de Pequeños Productores), el cual ahora será propiedad de las mismas Organizaciones de Pequeños Productores de acuerdo a lo que decidimos en nuestra última Asamblea en Ecuador (2012).

En agosto de este año, cumpliremos 10 años de haber constituido CLAC como una Red de Productores de Comercio Justo, y aún seguimos trabajando arduamente en su fortalecimiento y sostenibilidad. Por otra parte, en el mes de junio de este año, hemos participado por segunda vez, en la Asamblea de Fairtrade Internacional como codueños de esta Asociación, después de casi dos décadas de incidencia para lograr una membresía que nos permite ahora participar activamente en la toma de decisiones sobre el futuro del Comercio Justo certificado Fairtrade.

Nacimos para representar a los(as) pequeños(as) productores(as), para tejer relaciones comerciales más justas, más equitativas y más solidarias, para velar por el cumplimiento de los principios y valores del Comercio Justo, y esa ha sido nuestra principal labor desde que decidimos unir nuestros esfuerzos como productores y fundar la CLAC en el 2004.

Sabemos que somos parte de un Sistema que no es perfecto, ni es la única solución para reducir la pobreza y la injusticia que enfrentamos en nuestros países y continente, y que tampoco está solo en nuestras manos el poder para cambiarlo; sin embargo, día a día, en cada proyecto que se emprende, buscamos la forma de involucrarnos activamente, y de tratar de incidir en lo posible para que ocurran cambios a favor de nuestros miembros. Es nuestra misión, y para eso nos unimos.

No quisiéramos dejar de mencionar, que cuando comenzamos a soñar con una CLAC fortalecida, también pensamos que para lograrlo debíamos estar organizados no sólo a nivel de continente, sino también a nivel de productos y a nivel país. Ahora mismo tenemos 7 redes de productos, siendo la más reciente la Red de Quinua, y 14 Coordinadoras Nacionales, siendo la de más tierna constitución la Coordinadora de Chile; todos estos son logros importantes, que nos permiten servir de mejor forma a las organizaciones que conformamos la CLAC. Hay Redes de Producto y Coordinadoras Nacionales que se han desarrollado más que otras y de las cuales el resto podemos aprender; sin embargo, no podemos perder de vista que sólo la UNIDAD nos permitirá tener mayores logros… y es la unidad como continente lo que hasta ahora nos ha dado éxito.

Mirar hacia atrás y ver lo que hemos logrado, nos llena de satisfacción; pero también debemos mirar hacia adelante y comprender que aún falta mucho por alcanzar. En este sentido, seguiremos trabajando juntos.

Juntos podemos lograr mucho más a favor de nuestros miembros y de nuestras comunidades.