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Ibagué
Presos políticos en precarias condiciones
Nelson Lombana Silva / Miércoles 3 de septiembre de 2008
 

Los presos políticos recluidos en la cárcel de Picaleña de la ciudad de Ibagué (Tolima) denuncian ante la opinión pública nacional e internacional, especialmente ante los organismos defensores de derechos humanos, las arbitrariedades que las autoridades carcelarias vienen cometiendo en este centro penitenciario.

En el patio ocho, que es donde están detenidos los sindicados de rebelión, no hay sino un solo baño, los servicios sanitarios están ubicados en el cuarto piso, dificultándose su uso en horas de la noche, especialmente a los presos prostáticos y con limitaciones físicas.

El médico Alfonso Figueroa, cercano a los 70 años de edad, tiene cáncer en la próstata avanzado y las atenciones médicas son muy precarias, sin que las autoridades hayan tomado cartas en el asunto. El viernes 15 de agosto, en horas de la mañana y en forma sorpresiva, fueron sacados de este penal cinco personas sindicadas de rebelión y hasta el momento no se sabe su destino o paradero. Ellos son: Fabián Palomar, Eider Toledo Charry, Luis Ángel Guevara, José Ovidio Rengifo y Agustín Guerrero.

También denuncian los detenidos el grado de corrupción por parte de los guardianes. Cuando llega alguien nuevo, se comprometen a apartarle una celda por la suma que oscila entre uno y dos millones de pesos, pero al poco tiempo allanan y por cualquier cosa lo meten al calabozo y, cuando sale, ya otro recluso tiene su celda.

De igual manera sucede con la boleta de libertad, según denuncian. Ésta la retienen y le dan vueltas de oficina en oficina hasta que el interesado cancela "por debajo de cuerda" cierta cantidad de dinero. Es una situación dramática, violatoria de los más elementales derechos humanos, máxime cuando hay personas que llevan muchos años presos sin que se le haya definido su situación, es decir, sentenciado. Los presos políticos demandan solidaridad, ante el horror de las mazmorras del régimen de la "seguridad democrática" que lidera el "príncipe" de la parapolítica, Álvaro Uribe Vélez.