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La Cumbre Agraria ya tiene mesa única
En Bogotá se instaló la Mesa Única de Concertación con el gobierno nacional, en un evento al que asistieron el presidente Santos, los delegados de la Cumbre y los garantes
Agencia Prensa Rural / Jueves 9 de octubre de 2014
 
Al acto de instalación de la mesa asistieron delegados de la Cumbre Agraria, altos funcionarios del gobierno y los garantes. Foto Luis G. Gómez.

El viernes 3 de octubre se instaló en Bogotá la Mesa Única de Participación y Concertación entre el Gobierno Nacional y la Cumbre Agraria, instancia en la que se tramitarán las exigencias del paro nacional agrario del 2013 y de las movilizaciones subsiguientes.

En un evento celebrado en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, en el centro de la capital, el presidente Juan Manuel Santos, altos funcionarios de su gobierno, los voceros de la Cumbre y la comisión de garantes anunciaron al país la apertura de la mesa, avalada por el decreto 870 de mayo del 2014.

La Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular es la confluencia de movimientos y organizaciones populares que nació con la vocación de unificar las luchas de las comunidades rurales del país. En el marco de la negociación con el gobierno, la cumbre presentó un pliego unitario de exigencias y pidió crear una mesa única de interlocución con las autoridades, la cual acaba de instalarse.

“Al hacerlo, estoy reiterando la voluntad política del gobierno nacional, del presidente y de todos sus ministros”, dijo Juan Manuel Santos en el acto de instalación de la mesa, en el que estuvo acompañado por Juan Fernando Cristo, ministro del Interior; Aurelio Iragorri, titular de Agricultura; y otros funcionarios de la rama ejecutiva.

En la instalación de la mesa intervinieron también algunos voceros de la cumbre, como Luis Fernando Arias, consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC). Arias manifestó que la Cumbre Agraria representa “la esperanza, la democracia y la alternativa para la Colombia abandonada, la Colombia que sueña con un país en paz con justicia social”.

El dirigente campesino Andrés Gil se dirigió al público. El evento fue transmitido en vivo por Canal Capital, Contagio Radio y la Agencia Prensa Rural. Foto Canal Capital.

ZRC, sustitución y consulta previa

En los discursos de presentación de la mesa se ventilaron algunos de los puntos clave del pliego de negociación. Por ejemplo, Andrés Gil señaló que no es justo que en la actualidad esté congelada la figura de las zonas de reserva campesina (ZRC). El líder agrario añadió también que éstas no deben estar sujetas a los acuerdos de la mesa de negociación con la guerrilla de las FARC en La Habana.

Santos respondió diciendo que “el gobierno las reconoce como un instrumento legítimo de desarrollo rural, creado por la ley”. Pero a continuación dijo que “se tienen que surtir primero unos procedimientos para que, al final, las instituciones correspondientes tomen la decisión administrativa de darles reconocimiento”. El mandatario agregó que, frente a la implementación de ZRC, “habrá voluntad de diálogo siempre que se obre dentro del marco jurídico”.

Sin embargo, algunas organizaciones campesinas han cumplido todos los requisitos de ley para conformar ZRC y su declaratoria se encuentra estancada en las entidades del gobierno. Por eso ahora será clave la “voluntad política” que expresó el mandatario.

Otro de los aspectos que los voceros de la Cumbre resaltaron en la instalación de la mesa fue el tema de la sustitución de cultivos ilícitos. Al respecto, Santos dijo que se están logrando “procesos de planeación participativa para generar planes municipales de sustitución”, en los que participen comunidades y autoridades.

José Santos, del Proceso de Comunidades Negras y vocero de la Cumbre, denunció que “funcionarios del alto gobierno están minando el derecho fundamental a la consulta previa” y que los territorios están siendo agredidos por los permisos y la minería ilegal.

Frente a este planteamiento, el presidente de la República manifestó que su gobierno garantizará el derecho de las comunidades étnicas al mecanismo de la consulta previa.

Unidad y diálogo nacional

Al acto de instalación de la mesa única también asistieron otras personalidades que respaldan este proceso de negociación. Entre ellos se destacan Todd Howland, representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos; los senadores Alberto Castilla e Iván Cepeda; y la exsenadora Piedad Córdoba, quienes vienen acompañado el diálogo entre la Cumbre Agraria y el gobierno en calidad de garantes.

Según un comunicado de prensa de la Cumbre, unos 800 delegados de los procesos sociales, agrarios y populares de todo el país también arribaron al Centro de Memoria.

La Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular se viene conformando desde hace un año. Y con la creación de la mesa de concertación, tendrá desde ahora un espacio formal para seguir negociando unitariamente sus reivindicaciones.

“Este es el momento más importante de los movimientos agrarios en Colombia. Estamos construyendo un proceso de unidad que, si lo logramos consolidar, será definitivo no solo para movilizar a la gente en el campo sino para forjar cambios políticos”, dijo Eberto Díaz, dirigente de Fensuagro.

En la Cumbre Agraria confluyen procesos como el Congreso de los Pueblos, el Coordinador Nacional Agrario, la Marcha Patriótica, la Mesa de Interlocución y Acuerdo, entre otros. Para la negociación, tendrá hasta 35 delegados que serán rotativos, quienes se reunirán periódicamente con la comisión del gobierno, encabezada por el ministro de Interior, Juan Fernando Cristo.

En las últimas reuniones entre el gobierno y la Cumbre se ha avanzado en temas como la creación de un fondo para la economía campesina. Pero persisten grandes contradicciones como el reconocimiento del campesinado como “un sujeto político con derechos diferenciados”, o el rechazo de las organizaciones campesinas al censo nacional agropecuario que actualmente adelantan las autoridades.

La Mesa Única de Participación y Concertación será desde ahora el espacio formal para debatir con las autoridades sobre este tipo de temas con una perspectiva unitaria y de largo plazo.