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Salsa al barrio, cójanlo que va sin jockey
Johann Ciro Pinzón Nevado / Sábado 1ro de noviembre de 2014
 

No sé exactamente su génesis, su comienzo, pero entiendo su voluntad, su propósito. Salsa al Barrio pudo comenzar como un grupo de sujetos interesados en llevar el arte y la cultura al seno de la comunidad en Barrancabermeja a través del género musical tal vez más representativo para el latinoamericano, “la salsa”. Hoy en día este grupo tiene carácter y su idea inicial se transforma en movimiento.

El evento es itinerante, deambula por los distintos barrios de Barrancabermeja llevando un nuevo mensaje y reflexión sobre el quehacer cultural de la ciudad. También retoma viejas costumbres de visibilizar el arte barranqueño de manera espontánea, que involucra a la comunidad en su organización resignificando los espacios en el territorio y de manera autogestionaria logra toda una dinámica solidaria alrededor de una causa común.

La música el vehículo, la salsa la excusa, el propósito, llevar el mensaje de construcción colectiva y comunitaria para el desarrollo de las artes con una visión distinta, más plural con un significado orientador para el desarrollo de una sociedad carente de valores y sobre todo llena de un individualismo segador de lo que realmente nos pasa. Así Salsa al Barrio se convierte en un espacio transformador para la sociedad Barranqueña, saca la cultura de la concepción meramente festiva a la que nos han obligado en Barranca y se constituye en escenario que convoca al diálogo social.

La idea sea expresa con la voluntad de músicos, melómanos, y en ciudadanos que se reúnen voluntariamente a pensar en Barrancabermeja como un territorio de todos con problemas y con bondades del cual nos debemos apersonar, volver a sentirse parte de él y de generar escenarios para transformarlo.

Hoy se sienten marginados por la negativa de la administración municipal por negarles los permisos para realizar su quinta edición. Aunque la organización de las festividades los afectó, Salsa al Barrio tiene su fortaleza en el proceso y no en el evento en sí mismo. Tiene la capacidad de reeditarse constantemente por ser una idea de carácter popular y no institucional que encuentra precisamente en la propia gente la garantía de su permanencia en el tiempo y en territorio, contrario a la expresión cultural institucional que obedece simplemente a la voluntad de los gobernantes de turno.

Hoy Salsa al Barrio es un ejemplo de poder popular, de hacer real la voluntad ciudadana y de propiciar escenarios de discusión que se necesitan. Ojalá este ejemplo transcienda la salsa y la cultura y puedan gestarse más acciones con ese carácter transformador. "Salsa al Barrio son un montón de caballos sin freno pero con una meta clara".