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Chávez: victoria de Venezuela
Camilo Rueda Navarro / Martes 5 de diciembre de 2006
 

Como se esperaba, Chávez consiguió el triunfo en las elecciones del pasado domingo, el “día 3D”, como le llamaban en Venezuela. El candidato de la revolución bolivariana obtuvo el 61% de los votos contra 38% de su contendor, según el primer boletín oficial que reportó el resultado del 78% de los escrutinios.

En la noche, desde el balcón del palacio presidencial de Miraflores, el mandatario venezolano se dirigió a sus simpatizantes con un emotivo y ardiente discurso, como es habitual en él. Bajo la lluvia, y ante miles de personas que ondeaban banderas rojas, Chávez proclamó la victoria y anunció el inicio de una nueva era en la Venezuela bolivariana: la del socialismo. A su vez, dedicó el triunfo a Fidel Castro y al pueblo cubano, mientras le anunciaba al imperio estadounidense que Venezuela jamás volvería a ser una colonia.

El candidato de la oposición, Manuel Rosales, reconoció pronto su derrota. Rosales había dejado la gobernación del estado de Zulia, el último bastión de la oposición, para liderar la candidatura de unidad de la derecha venezolana. Su campaña tuvo el lema de “Atrévete”, y sus intervenciones públicas, de poco nivel político, estuvieron saturadas con reguetón de moda. Según se vislumbra, su candidatura no logró alcanzar el techo histórico de 40% de la oposición, pese a que los votantes aumentaron significativamente.

Con esta victoria, Chávez se convirtió en el primer presidente venezolano en ganar cuatro disputas electorales continuas: su elección en 1998, su ratificación con la nueva constitución en el año 2000, el referendo revocatorio en 2004, y ahora su reelección. A eso se le suman los triunfos del sector político que apoya al chavismo, una coalición de una decena de fuerzas políticas de izquierda, en las elecciones parlamentarias y para gobernaciones y alcaldías. Así, los partidarios de Chávez controlan la totalidad de la Asamblea Nacional (la oposición se retiró de esta elección), 21 de las 23 gobernaciones, y también la alcaldía de Caracas.

Como suele ser habitual en la órbita occidental, el carácter de “democracia” de un régimen se da según la existencia o ausencia de elecciones. Siguiendo esta lógica, el gobierno de Chávez representa uno de los procesos más democráticos del mundo contemporáneo: desde 1998 se han celebrado nueve procesos electorales. En todas ha ganado el chavismo. Pero más allá de las elecciones, el momento que vive Venezuela es el de construcción de un nuevo modelo político y social: el socialismo del siglo XXI.

Con la reelección de Chávez, se espera la profundización del proceso revolucionario venezolano, basado en el ideario bolivariano, la democracia participativa y el poder popular. También se dará continuación a los programas sociales y a la reforma agraria. Así mismo, se seguirá materializando la concepción del “pueblo en armas”, una gigantesca milicia de la sociedad civil agrupada en la “Guardia Territorial”, lista para enfrentar una agresión imperialista.

A nivel internacional, Venezuela seguirá impulsando la multipolaridad frente al hegemonismo estadounidense, y profundizará el proceso de integración latinoamericana, fortaleciendo el bloque de naciones que ganan independencia con respecto a los Estados Unidos, junto con Cuba y Bolivia, los países del Mercosur, y ahora con Ecuador, tras el triunfo de Correa. Por su parte, frente al conflicto colombiano mantendrá su principio de neutralidad soberana y de no intervención, el cual se ve amenazado con la puesta en marcha de la segunda fase del Plan Colombia, las agresiones paramilitares y la ejecución de operativos contrainsurgentes en zonas de frontera.

La gran marea roja ha vuelto ha triunfar. La victoria de Chávez es la victoria de Venezuela, de la Venezuela bolivariana, de la Venezuela roja, rojita.