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Alemania
Movimientos neofascistas y xenófobos se exacerban bajo la sombra de París
Jairo González / Lunes 12 de enero de 2015
 

Desde octubre del 2014 hasta la fecha, Pegida ha convocado manifestaciones islamofobas y contra la inmigración en varias ciudades alemanas, pero su epicentro principalmente ha sido Dresde [1] en el oriente del país, donde la última manifestación contó con cerca de 20000 participantes. ¿Qué es Pegida? ¿Quiénes la componen? ¿Y qué persiguen realmente este movimiento antiislámico que se esta convirtiendo en un símbolo peligroso que amenaza con polarizar la sociedad alemana?

La preocupación sobre Pegida en Alemania es generalizada. El 23 de diciembre marcharon en Dresden 17 mil personas y el 5 de enero cerca de 20 mil contra una supuesta islamización de Alemania y un presunto abuso del derecho de asilo. Se hacen llamar "Patriotas Europeos contra la islamización de occidente", PEGIDA (por sus siglas en alemán). Cuando salieron por primera vez a la calle en octubre eran solo unos cuantos que por su número no inspiraban casi interés alguno. Pero las dimensiones que han venido ganando estas movilizaciones generan serias preocupaciones entre analistas y sectores políticos y sociales. La canciller demócratacristiana Ángela Merkel, el presidente Joachim Gauck, los dirigentes de los diversos partidos, la Democracia Cristiana (CDU), el Partido socialdemócrata (SPD), la Izquierda (Die Linke), los Verdes (Die Grünen), las autoridades de las diversas confesiones religiosas (católicos, protestantes, judíos y musulmanes) igualmente que las asociaciones de migrantes entre otros, han expresado fuertes criticas a los organizadores de estas manifestaciones, que tienen lugar todos los lunes, tratando de imitar las que se realizaban en Leipzig en septiembre de 1989 que condujeron a la reunificación alemana.

Los seguidores de este movimiento exigen restringir la política de asilo del gobierno federal. Quieren que haya menos refugiados y en general menos inmigrantes en Alemania, por eso se opone a la acogida de refugiados por razones económicas, que según Pegida, no tienen ningún derecho y señalan que ellos lo que quieren, es solo beneficiarse de las bondades sociales del sistema. Expresan todo tipo de diatribas contra extremistas musulmanes y presuntas guerras religiosas en suelo alemán. Pero sobre todo temen que se pierda la „identidad alemana“, en un estado que de hecho se ha convertido en un país de inmigrantes.

El fundador de Pegida es Lutz Bachmann, un hombre con un historial delictivo, que sale acompañado todos los lunes con numerosos ciudadanos, que con seguridad muchos de ellos no quieren ser vistos ni asociados como neonazis. Pero con anterioridad y tiempo suficiente se ha hecho la mezcla y las fusiones necesarias de hooligans, sectores de extrema derecha y conocidos islamofobos con las movilizaciones de Pegida y sus organizadores. Activos simpatizantes y participantes son también los seguidores del nuevo partido de derecha populista, el partido AfD (Alternativa para Alemania), los militantes del partido neonazi NPD (Partido Nacionalista Alemán) y otras expresiones políticas de extrema derecha y xenófobas.

El clima social está enrarecido. Los fracasos de las medidas de integración en Alemania y en Europa, la crisis económica europea, las guerras civiles que generan nuevos flujos migratorios, esto y otros fenómenos abren el camino a movimientos nacionalistas y populistas reaccionarios como Pegida.

El grave atentado cometido por fanáticos que costó la vida en París a varios periodistas, caricaturistas y policias también es instrumentalizado para alimentar la intolerancia y agitar la islamofobia, posturas autoritarias y extremistas que coinciden con la intolerancia fundamentalista.

Las alarmas están encendidas, ya en varias ciudades alemanas se han empezado a organizar marchas en contra del racismo y la islamofobia. En las redes sociales y en los medios se ha pasado a la ofensiva para desenmascarar el carácter racista de Pegida. Estas movilizaciones bastante concurridas llaman a fortalecer los valores democráticos, el respeto a las libertades religiosas, a las ideas, a la solidaridad y al humanismo.

Esta nota hace referencia fundamentalmente al fenómeno Pegida en Alemania. Pero es un caso ejemplarizador para todo el viejo continente.

[1Valga la pena señalar que en Sajonia, el Estado del que es capital Dresden, los extranjeros son solo un 2,2% de la población. Y los musulmanes tan solo el 0,1%. Por su parte en Dresden cuenta con un 3% de población extranjera y un 0,4% de musulmanes, porcentajes muy inferiores a la media del país.