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Una derrota digna: se aprueba el TLC UE-Colombia en Irlanda
José Antonio Gutiérrez Dantón / Miércoles 11 de febrero de 2015
 

El pasado 28 de enero, el Parlamento de Irlanda se convirtió en el 20 parlamento nacional que ratificó el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la Unión Europea y Colombia. El voto final fue de 67 a favor y 46 en contra, con los dos partidos de gobierno, Partido Laborista y Fine Gael, votando a favor, y todo el resto (independientes, Sinn Féin, Fianna Fáil, Partido Socialista) votando en contra. Irlanda es uno de los países europeos en los que el TLC con Colombia ha encontrado una de las mayores oposiciones, gracias al trabajo que han realizado por diversas agrupaciones que convergieron en una plataforma unitaria de coordinación de la campaña en contra de este acuerdo. Esta coalición, una experiencia única en un movimiento solidario que en Europa se caracteriza por sus fracturas y sus discusiones intestinas, ha estado compuesto por grupos de residentes como el Grupo Raíces (Grúpa Fréamhacha en gaélico), ONGs como Trócaire y Christian Aid (miembros de Oidhaco y ABColombia), los representantes de la Caravana Internacional de Juristas en Irlanda, sindicatos que conformaron la campaña ‘Justicia para Colombia Irlanda’, entre muchas otras agrupaciones, como el Centro para la Solidaridad con América Latina, que se unieron puntualmente para colaborar con esta iniciativa.
 

Este TLC despertó rechazo desde un primer momento, y se ha vito que su implementación plena será desastrosa para Colombia: en el área de agricultura, la UE inundará con productos subsidiados los mercados locales, a la vez que implementará toda clase de barreras no arancelarias a los productos colombianos para bloquear su ingreso a mercados europeos (por ejemplo, medidas fitosanitarias). Uno de los sectores más golpeados, se estima que será el sector lácteo. Otro tema candente es el de la propiedad intelectual en el cual un estudio de Oxfam en el 2009 señalaba que, como resultado de las restricciones sobre medicinas genéricas, el TLC con la UE llevaría a un aumento inmediato de un 11% en los medicamentos en Colombia –tema particularmente sensible, pues varias farmacéuticas tienen producción en Irlanda debido a los bajos impuestos a multinacionales en Irlanda. Otros estudios de impacto señalan que se estima que para el 2030, a causa de este acuerdo, 5 millones de colombianos podrían quedar sin acceso a medicamentos. Las privatizaciones que abrirán el mercado a la inversión europea en servicios, y el libre acceso a las empresas minero-extractivas, son otra de las áreas de preocupación respecto a este TLC. También preocupa el énfasis dado por la UE al tema de los biocombustibles, industria que en Colombia está asociada inequívocamente al paramilitarismo.

 
El proceso y la campaña
 

Aunque el resultado no fuera el esperado, el proceso en sí mismo fue una ganancia. Desde el 2007, cuando empezamos con esta campaña, hemos logado convertir a Colombia en un punto de la agenda política de este país, desarrollamos una amplia campaña de información que, pese a sus limitaciones, ha logrado generar mucha conciencia de la realidad del conflicto social y armado colombiano, así como acciones solidarias con los que luchan por una sociedad más justa. Este voto debió realizarse en Junio del 2014 pero la presión en contra logró no solamente aplazar el voto, sino que hacer que su aprobación no dependiera exclusivamente de la comisión parlamentaria encargada de “trabajo, empresa e innovación”, sino que se hiciera en pleno en el parlamento. Logramos, de hecho, que esa comisión, en pleno, se pronunciara en contra del acuerdo y que lo enviara al pleno del parlamento nacional, luego de las visitas de trabajo de Gilberto Martínez de la CUT, Nelly Cuadros de Astracatol y de Judith Maldonado del Colectivo de Abogados Luis Carlos Pérez (ver esta resolución al final del artículo, como anexo). La votación misma es el mejor balance obtenido en los parlamentos europeos hasta la fecha: por ejemplo, en Inglaterra, el voto fue de 333 a favor y apenas 61 en contra; en el Parlamento Europeo los hubo 486 a favor, y 147 en contra. Nuestra campaña, siendo muy humilde, ha logado mucho en términos de instalar la cuestión colombiana, generar debate, y en convertir la opinión a favor de los derechos humanos en voto en contra del TLC.

 
Fuimos derrotados, es verdad, pero salimos con una campaña fortalecida para seguir acompañando a los movimientos populares en su lucha. Lo que es más importante: se ha consolidado un espacio de acompañamiento solidario y estamos creando instancias para poder seguir presionando a todo nivel para que no se siga matando, encarcelando y desplazando a los procesos populares en Colombia.

 
Los argumentos de quienes votaron a favor

 
Algunos de los argumentos del debate parlamentario son reveladores respecto a las estrategias de esa operación “lavado de imagen” que iniciara el Estado colombiano hace una década (extractos de algunas de las intervenciones más importantes han sido transcritas al final, como anexo).

 
La primera intervención en el debate fue hecha por el ministro de empleo, empresa e innovación, Richard Bruton, miembro del partido de gobierno Fine Gael, partido derechista que en la década del ’30 envió combatientes para Franco en España. En su intervención exaltó los “enormes mercados sudamericanos, que representan grandes oportunidades para la compañías irlandesas”. Luego, enfatizó que el TLC comprendía mecanismos mediante los cuales la situación de derechos humanos podría ser monitoreada y señaló que, en caso de violarse las provisiones relativas, el acuerdo podría eventualmente terminarse. No mencionó ni que los mecanismos no son vinculantes, ni que temas como “consulta con la sociedad civil” están definidos tan vagamente que significan cualquier cosa, ni mucho menos señaló que la UE no ha cuestionado a ninguno de sus socios comerciales por situaciones de derechos humanos y Colombia no será la excepción. Finalmente, como un simple propagandista, celebró los “progresos” en temas de derechos humanos en Colombia, parte de la propaganda oficial machacada por el gobierno santista en Europa, con la complicidad velada de muchas ONGs, que en vez de hablar claro, tratan de mantener el “diálogo de alto nivel” reconociendo los “progresos” hechos hasta la fecha, los cuales “desafortunadamente”, serían insuficientes… ignorando que si ha habido algún avance, ha sido exclusivamente por la presión de los movimientos populares y que el gobierno busca desnaturalizar sus demandas, no hacerlas realidad.

 
Es interesante señalar que uno de los principales defensores de la ratificación del TLC, durante el debate, fue un representante del Partido Laborista, partido representante de la socialbacanería gaélica que co-gobierna con la derecha conservadora. El diputado Eric Byrne, quien ha viajado a Colombia a cuerpo de rey, alojado en hoteles cinco estrellas, en misiones organizadas por la ONG inglesa Justicia Para Colombia, nos dio un muy buen recordatorio de la hipocresía del laborismo, que promueve resoluciones simbólicas por Colombia –cuyos propagandistas ingenuos reproducen con bombos y platillos- mientras que a la hora de actuar se alinean con las políticas del gobierno de Santos. Al final de cuentas, Santos y ellos son parte de la Tercera Vía. El diputado Byrne, declaró, sorprendentemente, que había que apoyar el TLC porque era la única manera de establecer diálogo con el gobierno de Santos en materia de derechos humanos. Curiosamente, en sus intervenciones, él y Bruton fueron los únicos parlamentarios que utilizaron el epíteto de “terroristas” para describir a los insurgentes, afirmación irresponsable, que no ayuda a construir confianzas en medio de las negociaciones ni clarifica lo que realmente está en juego con la solución al conflicto armado. También señaló, cínicamente, que el trabajo de Justicia Para Colombia, una “ONG poderosa, profesional que me sorprendió por su habilidad para abrir las puertas de los políticos más experimentados, de los ministerios y de las autoridades penitenciarias en Colombia. Me parecieron con tanta influencia y acceso que creo firmemente que Irlanda (…) está en condiciones de presionar colectivamente de la manera que estime necesaria para que las autoridades colombianas generen estructuras democráticas, militares y policiales que sean supervisadas por organismos apropiados”. Para aplicar esta presión y lograr que nos escuchen, según Byrne, hay que “involucrarse” con el gobierno de Santos. Si no –aquí viene el chantaje- es posible que el coco de Uribe vuelva al poder, y se acabe el proceso de paz. O sea, nosotros apoyamos la paz, ustedes nos dan libre comercio. El proyecto de paz con injusticia social de Santos, de paz exprés a favor de las multinacionales ha encontrado en los laboristas excelentes defensores. Con estos amigos de Colombia, quién necesita enemigos.

 
Otro laborista, Joe Costello, con menos desparpajo que Byrne, al menos consideró seriamente la gravedad de la situación colombiana. Y aunque no tuvo el coraje para oponerse a la línea oficial del laborismo, por lo menos señaló la importancia de que el aniversario de la ratificación de Irlanda a este TLC sea un evento anual para revisar la situación humanitaria en Colombia y el cumplimiento de los compromisos del gobierno colombiano en temas humanitarios. Al menos algo puede salir de aquí a futuro…

 
Los argumentos de los que votaron en contra

 
Liderando la votación en contra, estuvieron algunos diputados independientes, los partidos Socialista, Fiana Fáil y Sinn Féin. Los diputados de Sinn Féin, como parte de ese vínculo que hemos tratado de crear entre políticos irlandeses con los movimientos sociales en Colombia, leyeron fragmentos de dos cartas enviadas por la Mesa de Unidad del Putumayo y por la CUT (ver las cartas al final como documentos anexos). El diputado republicano de Sinn Féin Peadar Toibín señaló que, pese a la aplicación provisional de este TLC desde Agosto del 2013, los abusos han continuad, señalando la falacia laborista y de la derecha de que el acuerdo significaría una mejora de la situación de derechos humanos debido a sus cláusulas para este efecto. Señaló que las organizaciones del Putumayo, habían expresado que la aprobación del acuerdo agravaría la situación humanitaria escalando la represión y el conflicto. Que la inversión internacional va, frecuentemente, de la mano del desplazamiento y la militarización de los territorios. Mencionó la carta de la CUT relativa a los abusos de empresas extranjeras en Colombia y cómo este TLC puede ser visto como una luz verde para incrementar la súper-explotación. También señaló la represión hacia los campesinos durante el paro agrario, uno de los sectores que será más golpeado por este TLC, indicando que el acuerdo provisional no frenó una respuesta violenta hacia la legítima protesta.

 
Seán Crowe, de este mismo partido, enfatizó su oposición en vista al momento de este acuerdo en medio del proceso de paz, así como a su contenido contrario al espíritu de esta negociación, y a la falta de mecanismos de monitoreo de los derechos humanos. Comparó la hipocresía de las salvaguardas de derechos humanos con el TLC existente entre la UE e Israel: “Vemos este mismo patrón en el TLC de la UE-Israel, el cual supuestamente tiene provisiones sobre derechos humanos que a su momento fueron descritas como de largo alcance, y sin embargo, Israel arraso Gaza el verano pasado y asesinó a más de 2000 personas en un par de semanas, sin que la UE deje de ser su socio comercial”. Con tono firme, indicó que la tierra es un aspecto clave del conflicto colombiano y que este acuerdo fortalece a los enemigos de la paz. Argumentos similares fueron utilizados por el socialista Paul Murphy, quien indicó que no había que especular sobre qué ocurriría si el TLC se firmaba, pues ya estaba claro que la situación de derechos humanos no mejoraría en lo absoluto, sobre todo si se considera la podredumbre institucional reinante, como lo revela el caso del general Santoyo que implica a altos funcionarios del Estado en vínculos con el narco-paramilitarismo.

 
La diputada independiente Maureen O’Sullivan expresó que Colombia no es una tierra desconocida para los políticos irlandeses, que poseen suficiente información sobre la calamitosa situación de los sindicalistas, de los prisioneros políticos, de las comunidades y lamentó que en una hora y cuarto, un tiempo que definió como “patético” se tuviera que votar este TLC, el cual incrementaría el proceso de concentración de tierras de los aliados del capital internacional. En una clara respuesta a chantaje presentado por el laborista Byrne, O’Sullivan le fustigó diciendo que si bien había que apoyar el proceso de paz, este no podía ser moneda de cambio por un TLC que favorece al gran Capital. Haciéndose eco de estas palabras, el diputado independiente Finian McGrath, recordó las experiencias vividas por él en el 2006, cuando visitó Colombia enfatizando que él no pasó su tiempo en ese país fumando tabaco en su hotel, sino que reuniéndose con autoridades y organizaciones del pueblo, dijo que jamás olvidará las condiciones que vio de los presos, la situación de represión en contra del movimiento sindical, y que cualquiera que haya conocido realmente la situación en terreno, no puede sino expresar su rechazo a este TLC.

 
Los diputados del partido opositor Fianna Fáil, también tomaron una posición clara frente al acuerdo. Dara Calleary señaló que durante 2013, año en que empezó de manera provisional a funcionar el TLC, 78 defensores de derechos humanos fueron asesinados en Colombia y que en el primer semestre del 2014, 30 más fueron asesinados, quejándose que muchos de los que votarían a favor del tratado lo harían sin entender lo que realmente estaban votando así como la tendencia de la UE a tratar a sus propios ciudadanos como meros instrumentos económicos y que era hora de enfrentar esta situación. De manera similar, su correligionario Brendan Smith resaltó el informe que le leyeron participantes de la delegación irlandesa de la Caravana de Juristas recientemente.

 
¿Y ahora qué?

 
Antes que nada, este resultado nos demuestra que la unidad, como la hemos logrado construir en Irlanda, pese a la oposición de sectarios y de oportunistas de toda laya, da resultados importantes para una república pequeña y con un alto grado de dependencia de la Unión Europea, debido a la crisis económica que atraviesa. Hemos aprendido también quiénes son los amigos del pueblo colombiano y quienes no: una cosa son los bellos discursos y declaraciones, otra muy diferente es la práctica en los espacios de poder y toma de decisiones. No basta hablar bonito, hay que “caminarle a la vaina”. Salimos de este proceso con un acumulado político y habiendo puesto la realidad colombiana en el centro del debate político. Eso, de por sí, es un avance enorme.

 
Una cosa importante logramos ganar en medio de esta derrota digna: un compromiso de tener un evento anual de evaluación de la situación de derechos humanos en Colombia en el parlamento de Irlanda, en la cual seguir presionando para que se respeten los compromisos que el gobierno de Colombia ha asumido de respetar los derechos humanos y frenar la persecución y la represión. Con la misma dignidad con que fuimos derrotados momentáneamente, seguiremos acompañando al pueblo colombiano, a los de abajo, a los que no duermen en hoteles cinco estrellas ni tienen acceso fácil a las oficinas de los grandes caciques de la política colombiana. Con esa dignidad le recordaremos a los laboristas y a la derecha irlandesa, que después de su votación son cómplices de los crímenes del régimen. Les recordaremos una y otra vez, su responsabilidad moral ante la sangre colombiana. En un año, estaremos haciendo un balance de los resultados del TLC y exigiremos que se tomen medidas y se suspenda si no se cumplen las hermosas promesas que nos hicieron los camaleónicos laboristas en sus intervenciones. Pero cruzarnos de brazos y dar la lucha por pérdida, eso sí que no es una opción.
 

José Antonio Gutiérrez D.

7 de Febrero, 2015
 

Anexos

 
Anexo 1: Contribución Política del Comité Parlamentario Conjunto de Empleo, Empresa e Innovación en relación a la Com(2011)569 Propuesta para una Decisión del Consejo sobre la conclusión del Acuerdo Comercial entre la Unión Europea y Colombia y Perú, Dublín, 02/12/2014

 
Introducción

 
El Comité Conjunto de Empleo, Empresa e Innovación, ha expresado su preocupación en relación a la importante cuestión de los abusos a los derechos humanos en Colombia. Esta preocupación dice relación con la situación de los derechos de los trabajadores y los informes sobre la represión de sindicalistas y sus miembros. Estos abusos han sido formalmente notificados al Comité en su reunión del 13 de Mayo de 2014, en una presentación Conjunta. El Comité también señala los informes sobre este asunto recibidos por el Comité Conjunto de Asuntos y Comercio Exteriores en su reunión del 22 de Octubre de 2014, aparte de los informes elaborados por organizaciones de derechos humanos en otros contextos.

 
Opinión del Comité Parlamentario Conjunto de Empleo, Empresa e Innovación

 
El comité opina que el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y sus Estados miembros, por una parte, con Colombia y Perú, por otra, no contiene un mecanismo satisfactorio para monitorear la protección de los derechos humanos. Al Comité le preocupa que es insuficiente pedir que “los países andinos aseguren el establecimiento de un mapa de ruta trasparente y vinculante para asegurar la protección a los trabajadores, a los derechos humanos y al medio ambiente”. En ausencia de un mecanismo robusto para monitorear y actuar, los derechos humanos no están debidamente protegidos. Es opinión de este Comité que el Tratado de Libre Comercio en su forma actual es insuficiente en su cláusula de monitoreo de derechos humanos y por lo mismo, presume la protección de los derechos humanos en lugar de garantizar su protección. El Comité considera que la aplicación provisional y la potencial ratificación de este Tratado Comercial podrían ser interpretadas como un consentimiento a los constantes abusos de los cuales hemos sido informados.

 
Conclusiones

 
1. Al Comité la preocupa que el Acuerdo Comercial en cuestión, en su actual forma, no ha hecho mucho o nada para aminorar los abusos a los derechos humanos en Colombia, pese a su aplicación provisional con Colombia desde el 1º de Agosto de 2013. El Comité cree firmemente que la participación en este Acuerdo Comercial provee escaso o ningún incentivo para que Colombia rectifique su posición actual y no garantiza la protección de derechos humanos.

2. El Comité respalda la recomendación sobre el Rol del Parlamento Europeo en Relación con los Derechos Humanos y los Acuerdos de Inversión y Comercio, que dice que “todos los acuerdos que contengan cláusulas sobre derechos humanos, deben generar comités permanentes de derechos humanos con un mandato para monitorear la implementación de las obligaciones de las partes, como está señalado en la respectiva cláusula de elementos esenciales”.

3. El Comité señala que existen razones para estar esperanzados, según lo expresa el Informe del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia. A fin de garantizar que la situación de derechos humanos siga mejorando y de que estas esperanzas e conviertan en una realidad, el Comité recomienda que se garantice el monitoreo de los derechos humanos en todos y cada uno de los Acuerdos Comerciales con Estados que no cumplen con los estándares previstos en lo relativo a la protección de los derechos humanos, desde el primer momento de los acuerdos respectivos.

 
 
Marcella Corcoran Kennedy, diputada,

Presidenta

Comité Conjunto de Empleo, Empresa e Innovación

2 de Diciembre 2014

 
ANEXO 2: Intervenciones en el Parlamento de Irlanda, debate ratificación TLC UE-Colombia-Perú, 28 de Enero 2015 (Extractos).

 
Ministro Richard Bruton (FG)

“Sudamérica ofrece grandes mercados, que representan importantes oportunidades para las compañías irlandesas. Esto es vital para los esfuerzos del gobierno para incrementar la actividad exportadora en consonancia con la estrategia comercial del gobierno y el plan de acción laboral (…) Para Irlanda, en particular, este acuerdo le ofrece acceso a un mercado creciente del tamaño de Alemania con reducción de tarifas y una protección adecuada de la propiedad intelectual. Nuestro total combinado de exportación de bienes a Colombia y Perú fue de €61 millones en 2013, el grueso de éste en computadores y productos informáticos, productos médicos y farmacéuticos, leche en polvo para niños.

 
(…) Si una de las partes rompe elementos esenciales [del acuerdo], la otra está en su derecho de adoptar medidas proporciones sin demora. Tales medidas pueden incluir la terminación del acuerdo (…) Cualquier situación de derechos humanos que emerja en el contexto del acuerdo de libre comercio sería tratada dentro de este diálogo.

 
[El TLC] (…) alcanza un adecuado y efectivo nivel de protección y aplicación de los derechos de propiedad intelectual que (…) favorecen el bienestar económico y social y el equilibrio entre los derechos de los dueños [de las patentes] y el interés público.

 
(…) Sabemos que existen limitaciones serias en cuanto a los derechos humanos, particularmente en el caso de Colombia –limitaciones que tomará tiempo y esfuerzo superar- pero sabemos que involucrarnos con ellos es el mejor medio para el progreso de nuestros valores y, por esa razón, es que recomiendo enérgicamente este acuerdo al Parlamento. (…) Se ha realizado y se sigue realizando un significativo progreso. Colombia ha salido de estar al borde de convertirse en un Estado fallido. Se ha restaurado su democracia y está funciona.

 
(…) El alto comisionado [de la ONU para los DDHH]: elogia al gobierno colombiano por su determinación en la búsqueda de una salida negociada al conflicto armado, así como por sus esfuerzos continuos para cumplir con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos. Muchas violaciones a los derechos humanos, vinculadas al conflicto armado interno, podrían acabarse o verse bastante reducidas si se hicieran progresos en las negociaciones de paz hacia un acuerdo de paz bien concebido e implementado. Un fin de las hostilidades también crearía una oportunidad única para atender de manera más amplia los derechos humanos”.

 
Eric Byrne (Laborista)

 
“Cuando tuve el placer de ser invitado por Justicia para Colombia, visité algunos lugares horribles en ese país. Fui testigo de las injusticias que se cometen y visité a las dolientes viudas cuyos hijos han sido asesinados por el Ejército. También constaté que aproximadamente una tercera parte de ese país está bajo el control de una organización terrorista, la FARC, que existe una guerra civil y que el anterior presidente, Sr. Ávaro Uribe, se opone a las conversaciones de paz. Par bien o para mal, el pueblo colombiano votó al Sr. Juan Manuel Santos como nuevo presidente, quien afortunadamente está negociando con las FARC para lograr una Colombia en paz.

 
(…) Con un terrible conflicto entre el gobierno de Colombia y las FARC como telón de fondo, uno puede identificar inmediatamente dónde los derechos humanos han sido abusados por los terroristas y dónde por las fuerzas del establecimiento (…)

 
Yo no estoy contento con que rechacemos este acuerdo. Daré mis razones. Justicia para Colombia es una ONG poderosa, profesional que me sorprendió por su habilidad para abrir las puertas de los políticos más experimentados, de los ministerios y de las autoridades penitenciarias en Colombia. Me parecieron con tanta influencia y acceso que creo firmemente que Irlanda (…) está en condiciones de presionar colectivamente de la manera que estime necesaria para que las autoridades colombianas generen estructuras democráticas, militares y policiales que sean supervisadas por organismos apropiados.
 
(…) Debemos apoyar el proceso de paz lo más que podamos. Si no lo hacemos y estas negociaciones fracasan, habrá un horrible contragolpe, porque el ex presidente Sr Uribe, se opone a este proceso de paz. Con todas las reservas que podamos tener sobre el presidente Santos y su gobierno, debemos reconocer que el movimiento por la paz es el primer objetivo de la UE y de Colombia.

 
El presidente Santos está bajo presión legal para que nos escuche a quiénes firmamos el acuerdo para que lo implemente. Si no firmamos este acuerdo (…) él podría decirnos simplemente quiénes somos [para criticarlo] ya que no somos parte de ningún acuerdo”.

 
 
Joe Costello (Laborista)

 
“A la luz de la naturaleza de este debate, el Parlamento debería conmemorar el aniversario de la ratificación de este acuerdo (…) teniendo un debate anual. Ese debate debería tener lugar en el comité conjunto, que podría reunirse con las partes interesadas, con funcionarios de la unidad de América Latina y el Caribe [del gobierno de Irlanda] y con representantes del movimiento sindical para discutir sobre América Latina y sobre Colombia en particular. El comité conjunto podría producir un informe anual y éste debería entregarse a la Cámara para que sus miembros lo debatan. Tales informes podrían producirse hasta que estemos satisfechos con los mecanismos de monitoreo y los sistemas para la ciudadanía estén los suficientemente fortalecidos como para reflejar las intenciones contenidas en el acuerdo que tenemos ante nosotros. Pido al ministro que acepte mi sugerencia al respecto, para que no dejemos las cosas como están, para que no nos olvidemos del asunto y no tuerzan la mano en el futuro”.

 
Peadar Toibín (Sinn Féin)

 
“Este acuerdo ya ha sido implementado de manera provisional desde Agosto de 2013 y, sin embargo, los abusos continúan (…) La participación de la UE en este acuerdo no implica ningún incentivo en la práctica para que Colombia rectifique su posición actual y es un fiasco para promover la protección de los derechos humanos (…)

 
En una carta abierta a los miembros del Parlamento por parte de representantes de más de 50 organizaciones de las comunidades indígenas, de mujeres y de campesinos del departamento de Putumayo, nos dijeron que en lugar de traer la paz, el acuerdo comercial con la UE servirá sólo para incrementar el conflicto social y las consiguientes acciones represivas. Nos dijeron que el gobierno colombiano, pese a sus compromisos internacionales, ha militarizado el territorio y ha desplazado a la población de ese departamento para atraer inversionistas internacionales (…) Este acuerdo comercial de la UE busca expandir las industrias extractivas y los agro-negocios a gran escala. Tal cual están las cosas, 80% de la tierra de Colombia está en las manos de un 14% de terratenientes. Sabemos por nuestra propia historia que la desigualdad en el acceso a la tierra está directamente vinculada a la pobreza.

 
Sabemos por la experiencia del TLC con EEUU que son los campesinos -34% de la población de Colombia- los grandes perdedores, llevando a una masiva movilización social. La respuesta fue una violenta reacción del Estado en contra de sindicalistas y defensores de derechos humanos, según informes con 78 dirigentes comunitarios asesinados por las fuerzas de seguridad colombianas solamente en 2013. En la primera mitad de 2014, 30 defensores de derechos humanos fueron asesinados. Este acuerdo de libre comercio está manchado de sangre y si lo ratificamos, somos directamente responsables de esta situación. 

 
(…) La CUT colombiana, en una carta que nos hizo llegar a los diputados esta mañana, señala que los TLCs, incluido el de la UE, han contribuido a la destrucción de la agricultura y de la industria colombiana. Han dado a las codiciosas corporaciones luz verde para menoscabar las condiciones de vida del pueblo colombiano. Están contaminando el medio ambiente. Están expulsando a la población e sus tierras, lo que está redundando en mayores niveles de pobreza para la población.”

 
Seán Crowe (Sinn Féin)

 
“Sinn Féin se opone a este acuerdo por el momento, el contenido y la falta de garantías y mecanismos viables para los derechos humanos (…) Pese a toda la retórica sobre las provisiones de derechos humanos que serían de largo alcance, este acuerdo no entrega ningún mecanismo para obligar a las partes a respetar esos derechos. Vemos este mismo patrón en el TLC de la UE-Israel, el cual supuestamente tiene provisiones sobre derechos humanos que a su momento fueron descritas como de largo alcance, y sin embargo, Israel arraso Gaza el verano pasado y asesinó a más de 2000 personas en un par de semanas, sin que la UE deje de ser su socio comercial. El gobierno rechaza apoyar a quienes llaman a suspender este acuerdo pese a que más de 300 organizaciones, incluidos algunos de los más grandes sindicatos, partidos políticos y ONGs europeos, han llamado a suspender ese acuerdo.

(…) La clave de este conflicto es el derecho a la tierra, pero también lo son los derechos humanos (…) En lugar de apoyar al proceso [de paz], algunos sostenemos que este acuerdo fortalecerá al bando de quienes se oponen a la paz, al diálogo y al cambio en Colombia”.

 
Maureen O’Sullivan (Independiente)

 
“Ya conocemos las cifras. Sabemos que Colombia es el lugar más peligroso para ser sindicalista en el mundo. Sabemos la cantidad de sindicalistas, campesinos y dirigentes comunitarios que hay en la cárcel, incluido Huber Ballesteros. Su crimen ha sido hablar en nombre de las comunidades por las violaciones a esos derechos humanos que sufre. Esos derechos son el derecho a cultivar su tierra, a pedir mejores condiciones de vida, mejor precio por sus cultivos, y por el derecho a la reunión y la protesta. Tendremos una patética hora y quince minutos para debatir este TLC, un acuerdo que no debería ser ratificado porque no protege a los obreros, a los pobres, a las comunidades rurales de Colombia y Perú.

 
(…) Este TLC aumentará el proceso de concentración de tierra que adelantan empresas multinacionales. Destruirá el medio ambiente con su contaminación. Sabemos que Colombia es uno de los ecosistemas más diversos en el mundo. Creo que el proceso de paz es algo muy positivo, pero no puede haber un intercambio de concesiones por el acuerdo de libre comercio en beneficio de las corporaciones y el gran Capital”.
 

Finian McGrath (Independiente)

 
“Me opongo enérgicamente a la moción en base a los hechos de la realidad y en base a mi visita a Colombia en 2006. No pasé mi tiempo en Bogotá fumando habanos y relajándome en mi hotel. Salí a conocer la ciudad. Me reuní con muchas personas. Visité a los prisioneros y les conocí. Visité a las ONGs. Me reuní con los trabajadores de Coca-Cola. Me reuní con ministros y recorrí bastante. Vimos la situación y tuvimos una visión bastante complete y objetiva. Aprendimos mucho con esa experiencia, que marcó mi impresión sobre este acuerdo. Por esto es por lo que me opongo enérgicamente.

 
(…) Casi 3000 sindicalistas han sido asesinados en Colombia en las décadas recientes. Jamás olvidaré el miedo en la mirada de obreros de Coca-Cola mientras nos reuníamos secretamente en Bogotá, junto a un grupo de políticos irlandeses así como abogados y activistas de derechos humanos de EEUU.”

 
Paul Murphy (Partido Socialista)

“Ya no hay necesidad de especular sobre lo que ocurrirá. Tenemos la evidencia que nos da el tiempo transcurrido [desde la aplicación provisional del TLC]. La evidencia nos demuestra claramente que esto [la supuesta presión para que el gobierno colombiano respete los derechos humanos] no ha ocurrido. La situación de los derechos humanos en Colombia no ha mejorado. El acuerdo de libre comercio, que ha sido implementado de manera provisional, ha reforzado al gobierno colombiano mientras este continúa pisoteando los derechos humanos.

 
(…) La justicia es un bien precioso en Colombia, con tasas de impunidad superiores al 90%, en medio del legado del conflicto. Podemos leer las declaraciones de un ex comandante de la policía, Sr Santoyo, en las cortes de EEUU, siendo detenido por su asistencia a organizaciones paramilitares. El afirmó haber ayudado a los escuadrones de la muerte a identificar víctimas para ser asesinadas y para que luego estos escuadrones pudieran huir sin ser detenidos. Luego fue jefe de policía del presidente Uribe en momentos en que este acuerdo era negociado con la Comisión Europea (…) Tenemos la opción de escoger entre los derechos humanos y de los trabajadores, o poner primero la ganancia de los grandes empresarios”.

 
Dara Calleary (Fianna Fáil)

 
“El énfasis del ministro ha sido primordialmente en el plano económico y ha sido demasiado optimista en relación al plano de los derechos humanos. Durante el 2013, primer año de este acuerdo, 78 defensores de derechos humanos, incluidos 15 abogados, fueron asesinados en Colombia (…) pese a que el acuerdo ya estaba en vigencia.

 
(…) Solicito una revisión anual de este acuerdo por ambas Cámaras del Parlamento para asegurar que lo estipulado en él sea cumplido por la otra parte. (…) La protección a los derechos humanos es visto como ‘asuntos varios’ en la agenda de estos países [Colombia y Perú] y entender a la oposición, a las voces de la oposición en la sociedad civil, como ‘asuntos varios’ después de hablar de comercio y de las ganancias, es algo erróneo.

 
(…) Muchos votarán hoy sin pleno conocimiento de lo que verdaderamente están apoyando o las condiciones de este acuerdo, en particular las condiciones del pueblo en aquellos países con los cuales supuestamente debemos tener acuerdos (…) La Unión Europea parece estar contenta con tratar a sus propios ciudadanos como instrumentos económico pero debemos ser capaces de no alinearnos con la Unión Europea en nuestra crítica.”

 
ANEXO 3: Carta de la CUT Colombia a Parlamentarios Irlandeses

 
CARTA DE LA CUT COLOMBIA A PARLAMENTARIOS IRLANDESES

Bogotá, 26 de enero de 2014
 
Señores
 
HONORABLES MIEMBROS DEL PARLAMENTO DE LA REPUBLICA DE IRLANDA

 
Apreciados parlamentarios:
 
Hemos sido informados que este próximo miércoles 28 de enero será sometida a votación la ratificación del Tratado de Libre Comercio suscrito entre la República de Colombia y la Unión Europea.

 
La Central Unitaria de Trabajadores de Colombia CUT, solicita de forma muy respetuosa a todos los integrantes del Parlamento Irlandés no votar a favor de la ratificación de este tratado, entre otras, por las siguientes razones:

 
- La violencia antisindical que ha provocado cerca de 3000 asesinatos de dirigentes sindicales en los últimos 25 años aún prevalece. La impunidad de estos asesinatos está cerca del 95% por la ineficiencia en las investigaciones. En el gobierno del presidente Juan Manuel Santos se han producido 200 asesinatos de los cuales 20 corresponden al año 2014. Las amenazas y los atentados han aumentado considerablemente en los últimos años. Colombia sigue siendo el país más peligroso del mundo para la actividad sindical. Es más fácil organizar un grupo ilegal que crear un sindicato porque sus organizadores son despedidos y perseguidos. Todo esto ocurre con el beneplácito del gobierno.

 
- De un total de 22 de millones aproximadamente de trabajadores colombianos, solamente unos 800 mil están afiliados a un sindicato (menos del 4%) y solo un 2% está protegido por un contrato colectivo.

 
- La característica del Gobierno es ignorar las exigencias que se le hacen de modificar esta política antisindical desde distintos organismos internacionales. Las recomendaciones de la comisión de alto nivel de la OIT en el año 2011; el acuerdo laboral suscrito con el TLC con los EE.UU ( Plan de Acción Obama Santos); los compromisos sobre política laboral y Derechos Laborales incluidos en los TLC con Canadá y la Unión Europea entre otros han sido totalmente ignorados. Por estas razones Colombia se incluyó en la lista de 25 países llamados ante la Comisión de Normas de la OIT por violación de las libertades sindicales, que se tramitaba para ser aprobada en la 103 Conferencia del año 2014.

 
- Los efectos de los TLC firmados hasta la fecha por Colombia, entre ellos con la UE, han producido efectos desastrosos como la destrucción de la industria y la agricultura nacional con consecuencias contra el empleo formal, precarización en las condiciones de trabajo y aumento de la informalidad a niveles cercanos al 70%.

 
Luis Alejandro Pedraza Becerra

Presidente

 
Fabio Arias Giraldo

Secretario General

 
José Diógenes Orjuela García

Director Departamento de Relaciones Internacionales

 
ANEXO 4: Carta de la Mesa Regional de Organizaciones Sociales de Putumayo, Baja Bota Caucana y Cofania Jardines de Sucumbíos de Ipiales Nariño al Parlamento de la República de Irlanda.

 
Puerto Asís Putumayo, sábado 01 de noviembre 2014.

 
SEÑORES (AS):
PARLAMENTARIOS (AS) DE LA REPÚBLICA DE IRLANDA.

 
De nuestra consideración,

 
Les saludamos desde el sur de la República de Colombia, Departamento del Putumayo, en donde nos encontramos hace más de 100 días en paro cívico. La razón por la cual hemos decidido tomarnos las calles para expresar nuestra insatisfacción e inconformismo, se debe a que siendo esta una zona muy rica en bienes y recursos naturales, zona petrolera enclavada en la Amazonía, pulmón del mundo, somos una de las zonas más empobrecidas del país. Las promesas incumplidas por todos los gobiernos de turno nos han llevado a esta situación en la cual hemos tenido que protestar en contra de las políticas extractivistas del Estado que nos generan contaminación, arruinan la economía de campesinos, indígenas y afrocolombianos, así como el bienestar y la tranquilidad de las comunidades. Ante estas políticas equivocadas pedimos que se apoye el Plan de Desarrollo Integral Amazónico (PLADIA 2035), propuesto por nuestras comunidades, basado en la producción alimentaria, la conservación de los bienes y recursos naturales, y la preservación de la selva que genera el 40% del oxígeno que se respira en el mundo y que vienen acabando con aspersiones aéreas con glifosato, pozos petroleros y destrucción indiscriminada de la extensa selva amazónica.

 
Sabemos que en estos días ustedes están discutiendo el Tratado de Libre Comercio de la Unión Europea con Colombia. Queremos expresarles por qué todas las organizaciones sociales, campesinas y sindicales de este país hemos manifestado nuestro rotundo rechazo y por qué nosotros, como comunidades del Putumayo también les hacemos llegar nuestro clamor en contra de este acuerdo del cual nadie nos ha venido a consultar, aunque los efectos negativos tendremos que pagarlos nosotros, nuestros hijos y nietos. Mientras en los diálogos de paz de La Habana se discuten iniciativas de apoyo a las comunidades rurales, estos TLC´s destruyen a los que producen alimentos, como ya lo hemos visto en la práctica con el TLC con los EEUU. Esto, en lugar de generar paz, ayudará a escalar los conflictos sociales y la respuesta represiva por parte del Estado. Nosotros también tenemos nuestras propias propuestas de vida, que van en contravía de los TLC´s, y creemos que una relación respetuosa debe construirse a partir de que también se escuchen nuestras propuestas. Mientras se firman más y más acuerdos comerciales desde el gobierno, se nos sigue violando el derecho a la vida, al territorio, a la libre movilidad; el derecho a la libertad de organización, a la libertad de expresión y de pensamiento, y el derecho a la protesta social, sin haber garantías para el pueblo trabajador y excluido. Seguimos siendo estigmatizados, perseguidos, señalados, encarcelados y en muchos de los casos asesinados por ejercer nuestro papel de defensores de los derechos de nuestras comunidades y exigir mejores condiciones de vida para nuestro pueblo.

 
Sabemos que el gobierno colombiano les ha dicho cosas muy bonitas, que respetará los derechos humanos y que habrá herramientas para monitorear el progreso humanitario. También sabemos que son millones de dólares los que el gobierno se gasta haciendo lobby por los diferentes países del mundo diciendo que en Colombia se respetan los derechos humanos. Cuando acá ocurre todo lo contrario. El gobierno es muy bueno para hacer promesas: de hecho, lleva 18 años firmando actas de acuerdos con las organizaciones sociales del Putumayo y jamás ha cumplido ninguno. En estos 18 años se han implementado políticas que han hecho todo lo contrario a lo acordado, mientras han militarizado nuestros territorios mediante planes de guerra y desocupación de los territorios para entregárselos al capital transnacional para su saqueo; Plan Colombia I, II Y III, Plan Espada de Honor y ahora Plan Consolidación. Siempre nos han perseguido por reclamar nuestros derechos, tenemos 54 dirigentes entre campesinos, indígenas, afrodescendientes y estudiantes judicializados bajo montajes judiciales sin verdaderas garantías al debido proceso. También cuando firmó el TLC con los Estados Unidos prometió que habría respeto a los derechos humanos y todas las bellezas del mundo y la situación ha empeorado.

 
De manera respetuosa y en solidaridad con nuestro pueblo les pedimos que no firmen este tratado. Somos pueblos dignos dispuestos a defender lo que es nuestro, pero también somos pueblos que sufrimos mucho de la pobreza y del saqueo de nuestros bienes y recursos, así como del conflicto que azota nuestra región y que se ha profundizado con la explotación minero-energética, la política de guerra sucia contra el pueblo para la desocupación de los territorios que ellos llaman Política Antidrogas y como ya es sabido por todos, que es ordenada desde Washington, y los planes militares que se diseñan en otros países por gente que jamás tendrá que poner una sola gota de sangre en la guerra que nos desangra. Les pedimos sencillamente que escuchen a su propia tradición de defensa de los derechos humanos y de construcción de paz, y que no contribuyan a que se siga castigando a nuestros pueblos. Les pedimos que nos ayuden a que se respeten los derechos humanos, no que se violen. Les pedimos que nos ayuden a alcanzar una verdadera paz; la paz con justicia social y no a que se profundice la guerra.

 
Esperamos poder contar sus sentimientos de hermandad y solidaridad para con nuestro pueblo. Con todo el respeto, les pedimos no ratifiquen este Tratado de Libre Comercio que significa profundizar un modelo que crea violencia y desplazamiento, que destruye a nuestras comunidades y nuestro ambiente natural.

 
Los TLC´s para Colombia significan hambre, destrucción y muerte.
 

Los invitamos a que conozcan nuestra realidad, a que se sorprendan con la magia y el encanto de nuestra selva y toda su biodiversidad para que miren que si vale la pena luchar por defender la vida y el territorio. Los invitamos a que podamos dialogar de pueblo a pueblo y establecer verdaderos tratados que no atenten contra la vida y los derechos de los pueblos.

 
Atentamente,

 
MESA REGIONAL DE ORGANIZACIONES SOCIALES DE PUTUMAYO, BAJA BOTA CAUCANA Y COFANIA JARDINES DE SUCUMBIOS DE IPIALES NARIÑO