¿Quién será el próximo rector de la Universidad Nacional de Colombia?
/ Miércoles 4 de marzo de 2015
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Columnista de la Agencia Prensa Rural. Ingeniero electrónico con maestría en ingeniería industrial de la Universidad Nacional de Colombia.
El próximo 18 de marzo se llevará a cabo la consulta a estudiantes, profesores y egresados de la Universidad Nacional de Colombia como parte del proceso de elección de rector para el periodo 2015-2018. Cinco de los siete candidatos que tengan mayor respaldo serán los que el Consejo Superior Universitario, el 25 del mismo mes, tendrá en cuenta para decidir quién será el que lleve las riendas de la institución por los próximos 3 años.
Por la conformación del Consejo Superior, es el Gobierno Nacional el que termina decidiendo en última instancia al rector, ya que cuenta con entre cuatro y cinco de ocho votos en el máximo organismo de decisión de la universidad.
A continuación las debilidades y fortalezas de los candidatos, así como sus posibilidades:
Ignacio Mantilla
Es el rector en ejercicio. En el papel, es el que más opciones tiene de ocupar la rectoría 2015-2018. Lleva décadas en cargos administrativos, entre ellos la decanatura de la Facultad de Ciencias.
Fortalezas: la mayor es precisamente la maquinaria que tiene cualquier persona que aspira a una reelección por lo que la cuota burocrática entre el profesorado que se ha beneficiado de él en el cargo le puede dar un apoyo importante, así como la que le pueda brindar gran parte de la comunidad académica de la Facultad de Ciencias, la cual es la que más tiene identidad de gremio, lo que le bastará para llegar a ser uno de los cinco elegibles. Hay que recordar que los tres periodos anteriores de la rectoría han estado en manos de académicos de esa facultad.
Debilidades: como decano en Ciencias impulsó y desarrolló la reforma académica en el 2009 pero nunca generó un espacio de evaluación de la misma. Además el examen de admisión que él creó, en el que no se ingresa a una carrera directamente sino que se compite primero para entrar y luego por los cupos de los programas, ha sido rechazado incluso por los mismos aspirantes. Esa forma casi dictarorial de gobernar, que además se caracteriza por no ir casi nunca al campus a ver la realidad de la universidad, llevó a la institución a una crisis que la tuvo paralizada tres veces por algunos meses por no querer dialogar con los trabajadores y luego negarse a cumplir los acuerdos con ellos. Si es rector nuevamente, seguramente habrá una nueva huelga laboral. Por otro lado, el hecho de que Jorge Hernán Cárdenas sea candidato, puede verse como una molestia de Santos con su gestión, lo que le complicaría la reelección, tal como ocurrió con Alberto Uribe Correa en la Universidad de Antioquia.
Fred Manrique
Profesor de la Faculdad de Enfermería. Es el candidato que menos opciones tiene de llegar a ocupar el puesto de rector.
Fortalezas: su juventud y discurso cercano a los estudiantes pueden darle un respaldo interesante en la consulta.
Debilidades: se nota muy solo. No hay un equipo ni un apoyo de organizaciones profesorales ni estudiantiles que pueda pesar. Por esa falta de “maquinaria”, en caso de llegar a ser uno de los cinco elegibles por el CSU, será seguramente el primer descartado.
Óscar Almario García
Ocupó el cargo de vicerrector de la sede Medellín. Es el único candidato de una sede distinta a Bogotá.
Fortalezas: al ser el único que no hace parte de la sede central, puede recoger un apoyo importante entre quienes ven un excesivo centralismo en la forma de dirigir la institución.
Debilidades: la sede Medellín se ha caracterizado por ser la que menos participa en este tipo de procesos de elección, seguramente influenciada por la Universidad de Antioquia en la que los estudiantes miran con desprecio los escenarios de dirección y participación institucional y los tachan de ilegítimos. Si bien no genera importantes rechazos, tampoco puede decirse que pueda mover grandes adhesiones ni siquiera en su propia sede.
Jorge Hernán Cárdenas
Hermano del ministro de hacienda. Es el único que no hace parte activa de la comunidad de la Universidad Nacional en la cual ejerció como vicerrector general cuando Mockus era rector hace más de 20 años. Es el segundo con más opciones para ocupar el cargo de rector. Si llega a dirigir la UN, será el agente directo e incondicional de Santos en la institución.
Fortalezas: su cercanía con Juan Manuel Santos, por un lado hace pensar seriamente que pueda ser el candidato del gobierno, y por el otro genera la opinión errónea en muchos miembros de la universidad de que pueda ser ésta la característica necesaria para que el ejecutivo se preocupe más por sacar de la crisis a la institución.
Debilidades: es el candidato que mayor rechazo podría tener en caso de llegar a la rectoría por ser el hermano del ministro de hacienda y por no ser parte activa de la comunidad académica de la Universidad Nacional. Propuestas como la de cambiar la figura de vicerrectores de sede por la de rectores de sede hacen pensar que va a fracturar aún más a la institución.
Mario Hernández
El favorito entre los estudiantes y quien seguramente también saldrá ganador entre los profesores y egresados. Es el único que tiene casi seguros dos votos en el Consejo Superior Universitario, el de la representación estudiantil y la profesoral.
Fortalezas: entre los candidatos, es el que cuenta con el respaldo mayoritario de los estudiantes, además de las organizaciones estudiantiles y profesorales. Su papel activo en la movilización del 2011 le dio un gran reconocimiento por sus conocimientos y capacidades en materia de política educativa, lo que lo llevó incluso hasta hablar en el Congreso de la República sobre la reforma que necesita la eduación superior en Colombia. La posibilidad de que Cárdenas pueda ser rector le puede sumar gran cantidad de votos como rechazo de la injerencia directa de Santos en la dirección de la universidad. Una votación arrolladora por Mario puede poner a pensar al ejecutivo que podría temer una ingobernabilidad en caso de poner a otro en el cargo o podría servirle al gobierno como herramienta discursiva del “posconflicto” en caso de haber acuerdo de paz.
Debilidades: esa cercanía con los estudiantes hace que el gobierno no vea en él al gerente que necesita para profundizar las políticas educativas de oferta a la demanda en detrimento de la financiación directa a las universidades que lleva implementando desde la propuesta del 2011 derrotada por el movimiento estudiantil en todo el país. Además sectores que históricamente se han opuesto a las organizaciones estudiantiles seguramente no le brindarán su apoyo.
Carlos Alberto Agudelo
Es el candidato que menos popularidad tiene de los siete. Su carácter lo llevó incluso a perder la consulta para repetir en el cargo de decano de la Facultad de Medicina. Seguramente no estará entre los cinco elegibles por el Consejo Superior.
Fortalezas: cuenta con un respaldo de un grupo de porfesores de derecha, entre ellos un exrector.
Debilidades: su personalidad y posiciones políticas retrógradas le han causado un rechazo generalizado entre estudiantes, profesores y trabajadores en su propia facultad desde cuando se desempeñaba como decano. Los votos que pueda conseguir no le serán suficientes para llegar a estar en los cinco elegibles.
Fabián Sanabria
Es el candidato que más opiniones divididas genera a causa de su estilo poco ortodoxo para un académico que aspira a dirigir la universidad más importante del país.
Fortalezas: la opinión que tiene en la comunidad académica de él, lo hace ver como cercano a Antanas Mockus, que si bien no hizo una buena rectoría, goza de una popularidad importante dentro del campus. Sanabria además maneja un discurso que él mismo llama “contemporáneo” el cual puede ser visto de buena manera dentro de sectores estudiantiles que se han caracterizado por su escepticismo. Posiblemente consiga una buena votación en facultades distintas a la suya.
Debilidades: su desempeño como decano de Ciencias Humanas no lo deja bien parado ante la comunidad de su área ya que lo señalan como el causante de la actual crisis de su facultad y su discurso no ha sido bien recibido en muchos sectores que lo consideran posmoderno, tanto en su estilo como en su ideología, siendo este término considerado casi una ofensa en algunos círculos académicos. Su manejo de imagen, que raya con el egocentrismo, genera animadversión en muchas personas.