Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

La Costa Caribe en el abandono
El abandono del campo es total. Todos solicitan una reunión con la ministra de Educación, porque a nivel regional no resuelven nada. Los bancos de oferentes a estas horas no han podido solucionar el nombramiento de los docentes.
Aída Avella / Viernes 3 de abril de 2015
 
Estado de abandono y miseria se encuentra en muchas regiones de la Costa Caribe colombiana.

Después de visitar la Universidad de Córdoba en Montería, encontramos un ambiente de revictimización de los sectores sometidos al genocidio político en el claustro docente, declarado territorio de paz, convertido en un centro de retaliación contra los estudiantes que solicitan, como en todos los sitios de educación superior, mayor presupuesto y atención del Estado.

Recorrimos cientos de kilómetros en el departamento buscando los cultivos de algodón, de maíz y de sorgo. Todo esto ha desaparecido y el trabajo de miles de campesinos también. Ahora solo hay ganado, el cual produce muy pocos empleos.

Tomamos la carretera hacia Tierralta, llena de huecos y en situación lamentable. Algunos campesinos a lo largo de la vía se dedican a rellenarlos para ganar un poco de dinero. En un encuentro con campesinos e indígenas nos comentaron que el río está por llevarse el centro del pueblo. La represa ha cambiado todo. No sólo ha afectado la fauna y la flora, sino que el caudal del río que cruza la población inesperadamente aumenta y ha causado una erosión que en el próximo invierno fuerte se llevará parte del poblado, y un muro de contención que se requiere con urgencia no ha sido construido, a pesar de la insistencia de los ciudadanos y ante la indiferencia de las autoridades.

Nos dirigimos a visitar el refugio humanitario en uno de los corregimientos del municipio de Puerto Frasquillo. La exuberante naturaleza y la carretera en buenas condiciones lleva a la Represa de Urrá I. Grandes extensiones inundadas a los campesinos que jamás reubicaron, ni tuvieron restitución de sus tierras. Ellos solicitan educación para sus hijos, escuelas y maestros, enfermeras y médicos y las vías que tenían.

Lo más impresionante es que al lado de la represa, que da origen a la hidroeléctrica, no tengan un kilovatio de energía para los campesinos sacados forzadamente de sus tierras; ¡vaya contradicción! Pero sobre todo piden a gritos el cese de aspersión del glifosato. Hace pocos días falleció un joven campesino quien sintió asfixia después del riego del veneno, que aspira toda esta sufrida Colombia.

Pasamos al departamento de Sucre, encontrando en el camino en Sampués una industria de muebles de una calidad que difícilmente se repite en Colombia, verdaderas obras de arte, que deberían venderse en otras regiones, donde combinan el cuero, la madera y el mimbre. Al tomar la carretera para Colosó se pierde el asfalto, ya no se ve sino tierra y mucha pobreza, son pueblos hermosos donde todavía pesa el terror de las masacres, que aún son una amenaza. Está por ahí el fantasma de los Montes de María que ronda las poblaciones.

Los campesinos que esperaban en Chalán relataron que hay personajes de la vida política que prestan dinero, pero les hacen empeñar sus predios, y les cobran al acercarse las siguientes elecciones, o si no rematan las tierras. ¿Cómo lo harán, si no tienen título? Seguro que habrá un notario, como el de Ovejas que en épocas pasadas les dio títulos para poder venderlas a un personaje llegado de Antioquia y quien adquirió miles de hectáreas pagando dos millones por parcela.

¿Qué piden los campesinos? Lo mismo que en Córdoba: maestros, escuelas, médicos, enfermeras, vías de comunicación y alfabetización para adultos, pero sobre todo el cese de la aspersión del glifosato.

Y por último llegamos a Saba­nalar­ga (Atlántico), donde los campesinos volvieron a solicitar lo mismo: educación, salud y vías de comunicación.

El abandono del campo es total. Todos solicitan una reunión con la ministra de Educación, porque a nivel regional no resuelven nada. Los bancos de oferentes a estas horas no han podido solucionar el nombramiento de los docentes. ¿Será que se están distribuyendo los votos que deben aportar para los nombramientos que los mantienen inestables durante años y jugar con esos votos en cada elección? Este problema exige una solución de raíz para respetar los derechos de los niños que prevalecen sobre los de las demás personas.

Inconcebible que finalizando marzo los niños de la Costa no hayan empezado el año escolar, mientras los bancos de oferentes en cada departamento, sin que reciban siquiera un llamado de atención, violentan el derecho a la educación. ¿Será que la guardia pretoriana maneja también todos los hilos del poder en la Costa Caribe?