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Medellín dijo: sí a la paz pero con justicia social
Agencia Prensa Rural / Viernes 10 de abril de 2015
 

El 9 de abril fue una fiesta en las calles del centro de Medellín, las cuales se llenaron de alegría y consignas por la solución política al conflicto social y armado.

Desde tempranas horas de la madrugada fueron llegando al Parque de los Deseos miles de delegados de organizaciones sociales de todas las regiones de Antioquia, además de los departamentos de Córdoba, Caldas, Risaralda y el norte del Chocó.

Hacia las 10 de la mañana fueron saliendo a la calle los delegados de las organizaciones campesinas e indígenas, junto a colectivos de estudiantes, comunidades LGBT, sindicatos, procesos barriales de Medellín, así como representantes de organizaciones políticas y sociales como Marcha Patriótica, Unión Patriótica, Poder Ciudadano, Congreso de los Pueblos y un sector del Polo Democrático. A lo largo de la jornada se fueron sumando además ciudadanos no organizados de la ciudad que atendieron la convocatoria.

Las consignas giraban en torno a la firma del acuerdo de paz entre la insurgencia de las Farc y el gobierno nacional, así como la apertura formal del proceso con el ELN. También los marchantes pretendían llamar la atención sobre el contenido de la paz, que no se queda en una consigna vacía sino que involucra elementos como la justicia social, la vivienda digna, la educación pública, la salud como derecho, el respeto a las minorías sexuales, el acceso a la tierra, la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, entre otras reivindicaciones.

En total cerca de 30000 marchantes desfilaron desde la Universidad de Antioquia hasta el Parque de las Luces, frente al centro administrativo la Alpujarra, en donde los manifestantes llegaron a descansar, a tomar los alimentos que cada delegación traía, a escuchar el comunicado unitario de las organizaciones convocantes y a seguir las actividades culturales que habían en tarima, con grupos musicales de la ciudad y de las comunidades campesinas

Al final los manifestantes regresaron cansados pero entusiasmados al ver que nuevos vientos soplan en favor de la paz en Colombia, con la esperanza de que otro país es posible y con la certeza de que cada vez se van quedando más solos los guerreristas de la extrema derecha que se oponen al fin del conflicto social y armado.