Los campesinos, organizaciones, comités, Juntas de Acción Comunal, y afiliados de la Asociación Campesina del Valle de río Cimitarra, nos reunimos en asamblea ordinaria en la ciudad de Barrancabermeja, Santander, Magdalena Medio colombiano el 24 de Abril de 2015, ratificamos el compromiso inclaudicable con las luchas y derechos del campesinado, la defensa del territorio y la salida política al conflicto armado.

Consecuentemente hemos trabajado por construir escenarios que abran el camino para lograr la paz, siendo galardonados con el Premio Nacional de Paz y tras ser organizadores del Encuentro Nacional de Comunidades Campesinas, Indígenas y Afrodescendientes por la Paz en Barrancabermeja; desde entonces no hemos cesado nuestra brega por aportar en esa dirección; por eso saludamos desde su instalación y defendemos los diálogos entre la insurgencia de las FARC-EP y el Gobierno Nacional, porque conocemos de primera mano el drama de la guerra, su perversa dinámica, porque hemos sido víctimas de la demencia criminal del paramilitarismo articulado a los intereses terratenientes, del terrorismo de Estado y de los eufemística y tristemente recordados falsos positivos, de bombardeos y ametrallamientos indiscriminados, de la estigmatización y persecución política y de la militarización de nuestro territorio, es decir que conocemos la guerra y sus nefastas consecuencias, por ello anhelamos la paz real, con justicia social y democracia.

Creemos que la posibilidad real de lograr un acuerdo, exige el desescalamiento de las acciones militares, condiciones que generen no sólo un clima de confianza entre las partes, sino ante todo parar la guerra que afecta todos los días a las comunidades rurales, el cese bilalteral de fuego es el mecanismo sine qua non para garantizar que el proceso avance sin dilación en esa perspectiva. Se ha constatado, en jornadas de verificación en nuestro territorio, que la decisión unilateral de la insurgencia se ha cumplido a cabalidad, pero entre tanto las acciones ofensivas del Ejército no compadecen esta situación: ametrallamientos, desembarcos, operaciones con participación de desmovilizados que atemorizan y ponen en riesgo la vida de niños, jóvenes, ancianos, hombres y mujeres habitantes de la Zona de Reserva Campesina del valle del río Cimitarra. En esa lógica la correspondencia debe ser el cese bilateral, donde las comunidades, el Frente Amplio por la Paz, entre otras organizaciones y procesos, puedan garantizar su verificación y cumplimiento, no es coherente pretender la paz en medio del cruento y terrorífico ruido de las bombas y su estela de muerte.

Abrazamos la posibilidad real del acuerdo para la terminación del conflicto armado, apostando al mecanismo de refrendación que convoque a la Colombia excluida, profunda y diversa, que le otorgue poder constituyente, que abra el camino a las reformas necesarias para superar las desigualdades que han sido el origen mismo del conflicto; por eso la determinación por avanzar hacia una Asamblea Nacional Constituyente que dé tránsito y cumplimiento a los acuerdos y permita concretar los cambios democráticos que requiere nuestra patria.

La Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra acoge los ejes de trabajo, definiciones y propuestas de la Cumbre Nacional Agraria, Étnica y popular, incorporándolos en su quehacer organizativo, manteniendo en alto su compromiso por potenciar y fortalecer el referente de acción y participación política, el movimiento político y social Marcha Patriótica. Nos identificamos plenamente con las iniciativas de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina -ANZORC- y como Zona de Reserva Campesina seguiremos defendiendo esta figura que contribuye en un ordenamiento del territorio que garantiza la inclusión social y política de las comunidades, impulsando los proyectos productivos, las dinámicas de conservación de fauna y flora y el fortalecimiento de las organizaciones sin menoscabo de su determinación histórica por alcanzar la reforma agraria integral. Ese es el aporte auténtico e irreductible para la paz.

El diálogo es la ruta, no es sólo una consigna, es una sentencia histórica para garantizar el derecho a la vida digna y la paz con justicia social.

Cese al fuego bilateral ya
Asamblea Nacional Constituyente es el camino
Por la vida, a defender los diálogos y a construir la paz