Una vez más quedó en evidencia el doble rasero de los medios de comunicación colombianos, con el lamentable caso de los 11 soldados muertos a manos de la guerrilla en el departamento del Cauca. Armaron un escándalo de marca mayor y presionaron al gobierno de Juan Manuel Santos para que suspendiera los diálogos que adelanta con las Farc, desde hace más de dos años en la Habana.

Fueron dos semanas de intenso bombardeo mediático que obligó al mandatario colombiano a autorizar nuevamente los bombardeos contra los campamentos de la guerrilla, para beneplácito de los uribistas y de los militares enemigos del proceso de paz.

Pero qué cosa tan diferente fue cuando el gobierno de Uribe en el año 2003 inicio diálogos de paz con la cúpula de los paramilitares en el corregimiento de Santa Fe de Ralito en el departamento de Córdoba.

Mientras dialogaban los paras no hubo ningún tipo de bombardeos a su campamentos, ni presión de ningún medio para que suspendieran los diálogos a pesar de los múltiples crimines que ordenaron los jefes como Jorge 40, salvador Marcuso, Carlos Castaño, Ernesto Báez.

La mediática colombiana guardó un profundo y cómplice silencio ante los 2.500 asesinatos donde figuran sindicalistas, profesores universitarios, campesinos, indígenas y jefes paramilitares. Además de ordenar cerca de 40 masacres, entre ellas la de la comunidad de paz de San José de Apartado en Antioquia donde degollaron a varios niños.

Ordenaron asesinar a jefes paramilitares como Carlos Castaño, cuya muerte fue ordenada por su propio hermano Vicente Castaño, Miguel Arroyave, Rodrigo Cadena y Doble Cero.

También las autoridades incautaron una avioneta cargada con cocaína que pertenecía al jefe negociador Ernesto Báez, alias Don Berna.

Cuando se le preguntó al comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo (se encuentra hoy prófugo de la justicia), por delitos que cometían los paramilitares respondió: “Mi estilo no es salir histéricamente a los medios de comunicación a reaccionar ante cada episodio en el que puedan estar involucradas las autodefensas. Mi trabajo es producir hechos de paz, lograr que efectivamente estos grupos se desmovilicen”.