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El fantasma de las multinacionales y transnacionales en el Tolima (VI)
Hay un infernal monólogo en el que la Anglogold Ashanti gracias a su imperio compra los medios para imponer una sola imagen, exactamente la que quiere y necesita mostrar.
Nelson Lombana Silva / Sábado 2 de mayo de 2015
 
Movilizaciones que se han hecho en Ibagué contra la megaminería a pesar de la incomunicación de los medios de comunicación. Foto Nelosi

El uruguayo Eduardo Galeano habló de medios de incomunicación, lo cual no es una exageración. Por el contrario, es una terrible realidad que mata todo rastro de libertad y democracia en Colombia.

En este país sudamericano no hay democracia, tampoco libertad de prensa. Sobre el primer aspecto, el maestro Carlos Gaviria Díaz hizo la siguiente reflexión: “No creo que democráticamente la mayoría del pueblo colombiano haya querido ser pobre y miserable”.

En relación con la libertad, ésta no existe en este país; lo que existe y se desarrolla desproporcionadamente es la libertad de industria. Es decir, la libertad de volverse millonario sin observar las más elementales normas éticas. Existe la palabra única, el mensaje único, la imagen única, la voz única, que son impuestas desde las alturas del poder y con qué virulencia alienante.

El megaproyecto de la explotación de la mina La Colosa en Cajamarca (Tolima) por parte de la transnacional Anglogold Ashanti, naturalmente, se ha ido desarrollando en forma antidemocrática y dentro de la más brutal incomunicación. La comunidad no cuenta, ni sabe exactamente el contenido de la explotación de esta naturaleza. Sus opiniones en pro o en contra no tienen asidero ni en la democracia ni en la libertad de prensa. Se desconoce olímpicamente el artículo 20 de la Constitución nacional que habla de la forma más hermosa de la supuesta garantía de la libertad de todo persona a recibir información veraz e imparcial. ¿Cuál información veraz e imparcial? Se le informa al pueblo la versión revisada de la clase dominante (la burguesía).

Hay un infernal monólogo en el que la transnacional gracias a su imperio compra los medios para imponer una sola imagen, exactamente la que quiere y necesita mostrar. “Minería responsable” es la consigna que el alienado pueblo repite maquinalmente, ante el imperio descomunal dominante de los medios de comunicación colocados al servicio de los intereses económicos de la transnacional.

La voz del pueblo no es tenía en cuenta. No tiene valor. Se tergiversa, se ignora o sencillamente se desconoce. La mina para los pobres de la zona es desde ya una maldición, que cada vez se va materializando. El encarecimiento de la vida en Cajamarca (Tolima) se ha disparado dramáticamente, la degradación de la sociedad local al parecer se ha triplicado: alcoholismo, prostitución, consumo de alucinógenos, pérdida de identidad, etc.; aumento de la corrupción social y estatal.

Los espacios de comunicación los viene copando paulatinamente. Se tomó los canales locales de televisión en Cajamarca e Ibagué, con solo honrosas excepciones hasta ahora; varios libros ha publicado presentando una imagen idílica, una revista llamada “Caminando por Cajamarca” en la que presenta sola versión de los empleados, directos beneficiarios y columnistas afines (¿comprados?).

Es más: tiene un pequeño museo temático en la zona urbana de Cajamarca llamado “Casco minero”. Aquí se realizan charlas, talleres y cursos en todos los sectores de la sociedad local, con dirección a influir directamente a mujeres, jóvenes, líderes locales y pequeños empresarios. La publicidad resulta asfixiante, presentándose la transnacional como un filántropo que cayó del cielo y que está dispuesta a servir a todos, sin privilegios de ninguna naturaleza.

Por supuesto que la campaña de la transnacional Anglogold Ashanti genera todo tipo de suspicacia y duda, tal como dice desprevenidamente un campesino del corregimiento de Anaime: “Si Anglogold Ashanti hace las cosas tan bien, si la minería es tan buena como dicen, si genera tanto bienestar, si las gentes los apoya tanto. ¿Por qué se gastan tanta plata en propaganda?” [1].

Pero no contenta la transnacional con esto, en los últimos años ha dedicado todo un ciclo de conferencias por escuelas, colegios y juntas de acción comunal, hablando solo maravillas del proyecto, sin dar la oportunidad de un debate serio y argumentado de cara a la realidad que significa la implicación que genera un proyecto de esta envergadura contra la comunidad y el ambiente de la vasta y frondosa zona.

La mentira repetida mil veces termina siendo verdad. Muchos niños y jóvenes llegan a la conclusión de que la minería es una dicha para el pueblo, lo cual es exactamente lo contrario: una tragedia para todos los nacidos en este pintoresco municipio ubicado a 30 kilómetros de Ibagué. La enfermiza publicidad hace el prodigio.

El proyecto se viene manejando de espaldas a la comunidad. En el Tolima el periodismo casi que en el 85% está a merced de esta monstruosa transnacional. La presión es bárbara. La relación está planteada casi que en términos fascistas: “Si no está conmigo, está en contra mía”.

“Reconocidos periodistas regionales han hecho parte de la nómina o de proyectos que financia la empresa, como la revista local que distribuye gratuitamente llamada Caminando por Cajamarca. Otros han sido contratados para la realización de programas informativos en los que la empresa es protagonista” [2].

La transnacional ha dedicado tiempo y dinero para levantar un poder mediático escalofriante, comprando a la mayoría de periodistas en el Tolima. “La avanzada de Anglogold Ashanti y la firma Portex (intermediaria con emisoras, revistas y periódicos) comenzó con el inocente patrocinio de fiestas para comunicadores, donde celebraban el Día del Periodista, despedida de año y demás (…) organizaron visitas programadas a la mina, empezaron a pautar en emisoras y regalar boletas preferenciales al fútbol (…) en los años 2010 y 2011 Anglogold Ashanti ideó los viajes a Brasil con todo pago”, afirma Alexánder Correa en su libro Sombras ocultas, sobre el periodismo en el Tolima” [3].

La fase de cooptación del periodismo tolimense es una etapa más en sus pérfidos intereses imperialistas de la transnacional africana Anglogold Ashanti. Seguramente muchas etapas y quizás más monstruosas habrán de venir, si no nos unimos todos y preparamos un paro cívico regional.

Continuará…

[1La Colosa: Una muerte anunciada. Informe alternativo acerca del proyecto de minería de oro de Anglogold Ashanti en Cajamarca, Tolima, Colombia. Universidad del Tolima. Página consultada 122.

[2Ibíd. Página consultada 127.

[3Ibíd. Página 128.