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Urgente seguimiento tras la suspensión de erradicación aérea en Colombia
Kasia Malinowska / Miércoles 27 de mayo de 2015
 

La decisión del presidente Juan Manuel Santos de suspender el programa de fumigación aérea en Colombia es un paso en la dirección correcta y refuerza aún más su posición como líder internacional en la reforma de la política de drogas. Éste es un paso audaz que señala un cambio importante en uno de los principales esfuerzos contra el narcotráfico, dejado de enfocarse en los cultivadores de coca, permitiendo fortalecer los esfuerzos contra las bandas de crimen organizado, principales beneficiarios en la cadena del suministro de drogas.

Mientras que la suspensión de la fumigación para erradicar los cultivos de coca es el camino correcto a seguir, es sólo el primer paso. Se requiere con urgencia una agenda de reformas innovadoras para allanar el camino que logre estabilidad duradera en Colombia y en los estados andinos. Los campesinos productores de coca de diferentes regiones del país tienen varias propuestas para su gobierno.

Los planes de desarrollo integral requieren una fuerte presencia del estado. Adicionalmente, las experiencias de otros estados andinos que han reducido la producción de coca también podrían ser útiles para Colombia.

El Gobierno de Colombia debería aplicar políticas que:

• Sean desarrolladas en consulta con las comunidades campesinas.

• Eviten la erradicación forzada y permitan una cantidad de tiempo realista para la sustitución voluntaria.

• Definir claramente las comunidades que tienen una relación histórica con la coca, regular su producción de coca, y proporcionarles modelos para la industrialización de la planta.

• Fortalecer la seguridad ciudadana en estas comunidades.

• Proteger y promover los derechos humanos.

• Hacer un esfuerzo especial para incluir las necesidades socio-económicas de las mujeres campesinas, incluyendo aquellas que fueron afectadas por la violencia sexual como consecuencia del conflicto armado.

Muchos países europeos le han dado prioridad al bienestar de sus ciudadanos mediante la adopción de nuevas políticas de drogas. Colombia se encuentra ahora en una posición importante para demostrarle al mundo que políticas de drogas pueden ser reformadas de una manera que se basa en la evidencia y que garantiza el mejor resultado posible para todos sus ciudadanos.